SECCIONES - TÍTULOS

Los relatos del blog están divididos en varios títulos genéricos que son "Reflexiones", donde hallaréis escritos espirituales y reflexivos, "Una mirada al Alma" donde podréis leer historias muy profundas de crecimiento personal, del alma, "El Romántico Obsoleto", que cuenta con relatos de humor, irónicos, historias de la vida cotidiana del ser humano, "Diálogos", que son como la palabra dice, conversaciones que suelen ser muy profundas y espirituales, y por último he publicado tres capítulos de una de las novelas en las que estoy trabajando "Alma Cristalina". Disfrutad con todos ellos y compartidlos si os animáis a hacerlo para ayudarme a difundirlos.

Gracias por leerme, bendiciones a todos.

jueves, 26 de febrero de 2015

AMOR DIVINO EN UN MUNDO MUNDANO


-¿Estás llorando?

-Sí

-¿Por qué?

- Porque me has acariciado...

- ¿Y eso te hace llorar?

- Sí

- ¿Por qué?

- Te diré por qué, amado mío...
Porque tu dulce caricia ha traspasado mi piel, ahondando en lo más profundo de mi alma, tocando mi esencia con tu dulzura, besando mi cuerpo entero, recorriéndome por completo, sin dejar absolutamente nada sin cubrir con esa caricia... Porque tu contacto me ha devuelto la vida, me ha rescatado del miedo, de la ausencia, del abandono, de la soledad que cargaba a mis espaldas cuando te vi marchar hace tanto tiempo... Porque tus dedos han dibujado en mi ser tu esencia divina, marcándome para siempre con tu amor, con tu ternura, con tu deseo...
Y ahora, mi dulce amor, ya nada podrá hacerme daño, porque ahora sé que me amas...

- ¿Y si esto sólo es un sueño?

- Entonces soñaré siempre con este momento, amor mío, soñaré para vivirte, para sentirte, para volver a sentir que me tocas, que me acaricias, para volver a mirar tus ojos y ver en ellos ese eterno amor que se oculta en tu alma, para dejar de extrañarte, para creer que algún día, cuando el cielo se abra para cubrirnos con su don, con su luz, ambos nos uniremos por fin, tras esta larga espera, esta larga separación ilusoria, pues nuestros seres, vida mía, nunca se separaron realmente, sólo decidieron experimentarse a través de estos cuerpos para aprender a amar desde el olvido de quienes somos.

- ¿Y por qué querría yo olvidarme de ti?

- Mi amor, yo nunca quise hacerlo, igual que tú, pero ser humanos implica no recordar quiénes somos y de dónde venimos. Pero yo siempre te llevé en mi corazón, en mi alma, por eso siempre te recordé, incluso en los momentos en los que parecía que podía perder la cabeza por un amor imposible.

- ¿Y qué ocurrirá si despertamos de este sueño?

- Que volveré a extrañarte, porque mi condición de mujer me hace desearte y buscarte, necesitar tu cercanía, y sin embargo, sabré por la sabiduría de mi alma, que deberé seguir mi vida hacia delante, experimentar otros amores, olvidar que una vez me acariciaste, tal vez en un sueño, tal vez en un encuentro en algún lugar cercano al cielo...

- Te prometí que nos encontraríamos, ¿no me crees?

- Sí, amor mío, te creo, pero eso no significa nada, es sólo como hallar a una estrella fugaz que pasa frente a nosotros, la miramos, nos enamoramos de ella un segundo, y luego la olvidamos y continuamos con nuestras obligaciones mundanas, porque no somos capaces de entender algo tan sublime. Nuestro amor no es un amor mundano, es un amor divino, tal vez algún día estemos preparados para entenderlo y para amarnos desde nuestro Ser, siendo hombre y mujer, pero para llegar a eso, debemos liberarnos de nuestras ataduras, dejar de ser personajes que se adaptan a las circunstancias de la vida social, para alcanzar nuestro verdadero ser, la esencia que encarnó en estos vehículos que nos proporcionan la vida terrenal, física, material.





- Pero sabes que yo te amo, siempre te amé, y que no existe separación, créeme, hemos venido para amarnos, no para olvidarnos, hemos venido para recordarnos y para unirnos, hemos venido a llevar a cabo nuestra misión, amar y expandir el amor desde nuestra unión.

- Sí, es cierto, mi amor, pero a veces el libre albedrío, ese que está en la personalidad, en el actor que se identifica con el personaje y que olvida quién es realmente, puede interferir en la misión. No voy a negarte que es doloroso para mi parte más humana aceptar esa posibilidad, no voy a mentirte, pero sí te diré que soy mucho más que esa emoción, que no me rendiré, y que si tengo que llevar a cabo lo que vinimos a hacer juntos yo sola, lo haré, aunque sea volar con una sola ala, porque entiendo que no es fácil enfrentarse a este mundo laberíntico y recordar a qué vinimos.

- ¿Crees que no recordaré? ¿Y si eres tú quien no recuerda?

- No lo sé, no sé que hay en tu mente, sólo sé qué hay en tu alma. Respecto a mí, tal vez aún no lo recuerde todo, pero cuento con ayuda, ¿por qué crees que puedo hablar contigo en este lugar sagrado?

- Yo también cuento con ayuda, lo sabes, esta misión es de ambos y ambos tenemos ciertas habilidades, yo también puedo ver más allá, igual que tú.

- Lo sé, es lógico, somos lo mismo, la misma chispa divina.

- Tengo que irme. ¿Estás llorando todavía?

- Sí.

- ¿Por qué?

- Porque me has besado.

- ¿Y eso te hace daño?

- No, pero me duele que hayas dejado de hacerlo, me duele la despedida, y también siento tanta felicidad que me duele el alma.

- Pues quédate con mi beso porque es para siempre, porque te pertenece, porque el beso de mi Ser al tuyo es un beso que sella un amor que va más allá de estas palabras. Cueste lo que cueste, tú volarás con dos alas.


Eva Bailón B.

miércoles, 18 de febrero de 2015

EN MI YO

EN MI YO

En el viaje de retorno a casa, he visitado muchos personajes, todos dentro de mí y fuera de mí. Algunos me han hablado con emociones punzantes, desde mi interior, y otros desde el exterior.

Siempre fui un ave de paso, pero quise quedarme en muchos lugares, sobre todo, en muchos corazones. Así que eso fue lo que conseguí, en cierto modo.
Mi vestido estaba confeccionado al gusto de los que amaba, deseando ser la modelo perfecta para llevarlo, siempre dispuesta a ser gentil, a no ser enfado, a ser moldeable.
Creía que eso era así porque era una buena persona, que no podía enojarse nunca, pero en realidad sólo boicoteaba a mi propia esencia, la cual no lograba expandirse por estar demasiado centrada en no decepcionar a nadie, en agradar a todo el mundo.
Ceder a un sí que tal vez no sentía en mí era lo más habitual, no saber decir que no era lo que me hacía más daño, pero era mi funcionamiento por aquel entonces.
Una flor que se sentía rosa y que siempre se había mostrado como clavel, porque tenía miedo de ser lo que era, porque creía que si era lo que era no sería aceptada, y por eso, mi traje, hecho a medida, ocultaba mi verdadera fragancia.
De pronto, un día, una voz interior dijo ¡basta!...y se puso en marcha un mecanismo interno, un engranaje que fue transformándome, convirtiendo al clavel en lo que era realmente, lenta y pausadamente...
Defraudar a los que amaba no era fácil, pero sabía que ellos lo entenderían, que comprenderían mis pasos en el momento adecuado, debía ser libre, debía ser una rosa etérea, que pudiera volar a cualquier lugar, aportando su aroma siempre consigo, sin temor.



Así que, pensar en mí, en mi bienestar empezó a ser mi objetivo más especial, amarme, comprenderme, explorar mi océano, descubrir la belleza que había en él, despojarme de todo cuanto no era necesario, ser la música que amo, ser la lluvia, ser el sol, la tormenta, la calma, el aullido del lobo, el rugido del tigre, la luna, las estrellas, ser todo lo que hay en mí, todo lo que ocultaba la rosa sencilla que me vestía.
En ese precioso instante en el que me enamoré de mi alma, de mi ser, también me enamoré de todas las otras flores, de las otras almas, y descubrí que pensar en mí era el camino, creer en mí, no dudar nunca más de mi potencial, ni del potencial de otros.
Así que recité, canté, pinté, dibujé, compuse música, lloré, reí, fui todos los personajes que había escogido ser para amarlos y alcanzar lo único que realmente me definía, mi Yo Soy.
Fui consciente de que si manifestaba mi verdad, mi alma al desnudo, podía haber respuestas en otras personas, heridas, o reacciones que podían perjudicarme de alguna manera, pero había muerto tantas veces dentro de mí, que ya no tenía miedo de volver a morir.
Cada sentir es único, cada reacción del ego, del personaje, pero yo no soy responsable de las tormentas de los otros, sólo de las que estallan en mí, por lo tanto, siempre, siempre seré esta Yo Soy, y cantaré, y soñaré, y reiré y amaré a quien desee, a lo que desee, como lo desee, expresado como lo decida, sin que eso me limite, sin que eso me haga sentir pequeña, pues el amor nos hace grandes, y por eso, amo lo que soy por encima de opiniones, de sanciones, de reproches, incluso, por encima del miedo.

Algunos me llamaron valiente, otros ingenua, otros soñadora, otros se quedaron en el camino por no saber comprenderme, pero yo seguiré siendo quien soy.

Ser quien tú eres de verdad es lo más importante, pues a partir de ahí todo lo demás fluirá hacia tu ser, hacia lo que eres, sosteniéndote, aportándote en cada momento aquello que desees.

No dejes de ser tú, y si aún no lo estás siendo, ahora estás frente a dos caminos, elige, ser lo que viniste a ser, enfrentándote a todos tus miedos más terribles, o ser el personaje inventado que te hace sentir en tu zona de confort bajo el engaño de la ilusión de este mundo.

Cualquier decisión será buena, cualquier decisión será válida, todo es cuestión de saber qué es lo que deseas experimentar...

Eva Bailón B.

sábado, 14 de febrero de 2015

NO SABER AMARTE


Y así me desmayé en el piano, mientras sonaba tu canción, permaneciendo inmóvil entre sus notas, resplandeciendo etérea entre tus dedos, siendo tu luz mientras tocabas la melodía de tu alma enamorada... Mientras mecías tu corazón lejos de la rosa que sus pétalos te regalaba...
Y en ese aroma de fulgor, se fue el amor hacia tu boca y te besó...Besó tus labios inocentes, esos que nunca pronunciaron mi saliba con las dulces y armoniosas letras de pasión y de ternura que soñaba desde siempre...



Y es que soy una locura intransigente que te desnuda y que te hiere, ¿o no te hiere?... No, es sólo aire que respiras y que te vive en tus pulmones, para entregarse por completo sin que tu voz me nombre, sin que tu piel lo sepa, sin que que mi amor te toque...

Por eso, por eso y mucho más, me desmayo en tu piano cuando tu alma se esconde, soy rosa de cristal que se confunde con el canto de la aurora, que viene y va, que sueña y que muere cuando tu boca se llena de un amor que no me corresponde...

Y si nací para encontrarte... ¿para qué quiero mirarte en el vacío del enclave de de lo que no es importante? Soy apenas un suspiro en el mar de los momentos incesantes que se escriben en tu mirada errante... Así que, siendo esta caminante, sólo me queda un camino, olvidarte, olvidarte para así no morir en un nacer que culminó por no saber amarte...

Hoy me vuelco como el vino en una copa inerte, para beberme el destino que se me pierde, para entenderme, para cubrir mi olvido con la mentira de no quererte, aunque en mi ser yo sienta que por amarte de esta forma irreverente, ha sido mi castigo no volver a verte...

Pero mi penitencia se diluye en su incoherente torpeza, pues el amor no es una culpa, es aquello que nace en mi naturaleza, un regalo que emerge, que se expande, que te alcanza, aunque no lo quieras, aunque no lo merezcas, aunque yo no te quiera, aunque no te merezca...

Y en realidad, amar no es merecernos, es sólo fusionarnos cuando estamos unidos en el pensamiento, es sólo dibujarnos en el alma y clavarnos aunque no estemos cercanos, es sólo ser amantes, verdaderos, incesantes, con el fuego del deseo que fusiona nuestro corazón sanado, porque nuestros seres se hallan en planos más sublimes mientras la inconsciencia se distrae en vanalidades fútiles... 

Pero muero...

Muero y me deshago entre lamentos de mi ego subyacente, y hoy, hoy prefiero el llanto sanador que me consiente, para así apagar la luz y desmayarme en tu piano, como rosa incongruente...

Eva Bailón (Arael)

domingo, 8 de febrero de 2015

MENSAJEROS DE CRISTAL

Queridos amigos, 
próximamente os podré presentar el libro en el que estoy trabajando. Os adelanto un poco a través de este vídeo... 

MENSAJEROS DE CRISTAL

¿Conoces tal vez a alguno de ellos?...

 

 

sábado, 7 de febrero de 2015

GUERRERA


Ella nunca creyó en sí misma, nunca pensó que era una guerrera, nunca se sintió fuerte, ni capaz de conseguir alcanzar las metas propuestas. Cuando se miraba en el espejo, su reflejo mostraba a una frágil mujer, sujeta a sus propios miedos, al yugo de la esclavitud de sus temores, sometida al sistema que la envolvía. 

Ella nunca imaginó que tendría que luchar, porque no consentía que la guerra se librara más allá de sus confusos pensamientos sobre sí misma, pero se dio cuenta de que el ser humano libra sus batallas en el campo de lo externo. Atenta, observó el fuego ardiendo en las ciudades, contempló el dolor convertido en el llanto de los más débiles, vio cómo el cielo se teñía de negro, se hundió en las heridas y las llagas que sangraban en la Tierra, y pereció en el sufrimiento del planeta...


La muerte de la vanidad de la raza humana era inminente, pronto todos los volcanes responderían con más fuerza, pronto el mar embravecido se arremolinaría hacia el cielo y se uniría con el viento para librar la guerra más cruel de la historia... Aire, fuego, viento y tierra unidos en la lucha para defender la vida...


Pero eso no era defender ninguna vida, era aniquilarla...


Ella nunca creyó en sí misma, y sin embargo, debía hacerlo, debía alzar sus brazos al cielo y decir ¡Basta!...



Nunca pensó que era una guerrera, y no era lo que se considera un guerrero, no, era algo distinto, algo que debía descubrir.
En sus manos había poder, la energía sanadora emergía de sus chakras, su corazón desprendía una luz deslumbrante, su aura se asemejaba a una gran llamarada de luz dorada que se erigía a su alrededor...


La guerrera se había despertado...





Nunca se sintió fuerte, pero lo era, había vencido a todos sus fantasmas, sus terrores, sus dolores, sus fantasías, nunca se sintió capaz de alcanzar sus metas, pero ya las había alcanzado hacía tiempo, sin darse cuenta. Cuando se miraba en el espejo, su resplandor la dignificaba, pero aún no reconocía que se había transformado, porque aún creía que era una frágil mujer, siendo en realidad una diosa encarnada, una deidad que poseía el don de la vida...
Y salió a luchar...


Y su lucha silenciosa fue la que calmó las entrañas de la rabia, fue la que embriagó de amor los corazones vivientes y latientes, y al levantar su mirada, comprobó cuántos dioses se habían alzado para expandir su fuerza con furia, la furia de un amor cuyo poder era mayor que el de cualquier odio...
Guerreros luminosos que se habían colocado en círculo enseñaban su alma y su espíritu hacia el mundo para transformarlo...


Y de ellos amaneció una cúpula dorada que se extendió por gran parte del planeta. Miles de dioses y diosas de aspecto humilde se habían establecido en diferentes puntos de Gaia, para generar un vórtice energético suficientemente potente como para crear una ventana interdimensional.

Ella sentía su cuerpo desvaneciéndose, sus manos parecían más etéreas, su sensación era de gracilidad, sus dedos parecían más alargados, su tono de piel se había palidecido hasta convertirse en un color tenue casi dorado, su larga melena, que ondeaba por el viento, era ahora blanco brillante, sus ojos eran también diferentes, como cristal fulgurante, toda ella era otra siendo la misma, la metamorfosis de la que tanto hablaban había culminado.





Todos a su alrededor presentaban aspectos muy distintos entre sí, algunos de piel azulada, otros parecidos a su anterior forma humana, otros con extrañas alas, sin cabello, sin nariz, otros esbeltos, delgados... Cada uno de ellos parecía provenir de un planeta distinto, por fin sus disfraces habían desaparecido.

Los guerreros tenían algo en común, una gran energía que nacía del centro de su pecho, creando un campo de luz que los envolvía y se desprendía hacia arriba, uniéndose a un halo de energético que surgía de su cabeza hacia el cielo, perdiéndose en la inmensidad. Estaban conectados entre sí por la cúpula dorada que habían creado.

Ella, invadida por un amor tan fuerte que parecía disolverse en él, se dio cuenta de que ese gran poder que les había unido, era justamente el amor que estaba sintiendo.

De pronto, el cielo tembló, pero ella no tenía miedo, sabía exactamente lo que estaba ocurriendo, cerró los ojos, y se dejó llevar.

Todos estaban haciendo exactamente lo mismo, el espectáculo era increíblemente bello, y algunos humanos que lo estaban observando no daban crédito y, al mismo tiempo que admiraban lo que ocurría, tenían tanto miedo que salían corriendo de aquel lugar.

Una gran explosión de luz iluminó con fuerza todo el planeta, como si un gran sol fuera capaz de cubrir toda su superficie, y una inmensa paz silenciosa se apoderó de cada uno de los seres que estaban presenciando lo que acontecía.

Pareció durar una eternidad, pareció durar un segundo, cuando todo se despejó por completo.

Las luces cesaron en su trabajo, las manos de los dioses se desconectaron de la energía, sus ojos se abrieron de nuevo.

Ella, lloraba de felicidad...

Campos de un verde luminoso se dibujaban ante ella, árboles de hojas azules, un cielo claro y púrpura les cubría, el sonido de un riachuelo cercano era lo único que podía captar con sus oídos.

- ¿Dónde estamos, hermanos? - preguntó uno de aquellos seres.
- En la Nueva Tierra - contestó alguien que se acercaba. - Bienvenidos, os estábamos esperando.

Los dioses y diosas, conmovidos, supieron que, por fin, su misión había concluído...

- ¿Dónde están los humanos ascendidos? - se escuchó preguntar a alguien que parecía estar muy lejos. 

Ella se había percatado de que no necesitaban pronunciar palabras para escucharse, se había dado cuenta de que el amor que sentía no había disminuido en absoluto, y sabía que si pensaba en algo, se manifestaría de inmediato ante ella. Sin embargo, ya no existía el miedo, sólo podría crear amor...


Una pequeña ciudad de tonos claros, en su mayoría blancos, de redondeadas formas, les estaba esperando. Los humanos ya estaban allí. 

Misión cumplida...

Ella no quería ser una guerrera, pero tuvo que serlo, una guerrera amorosa, una guerrera de la luz y del amor, una diosa al servicio de una humanidad, al servicio de la fuente creadora de donde provenimos todos...

Eva Bailón

viernes, 6 de febrero de 2015

AMOR ENTRE DOS MUNDOS

Enamorarse en este mundo donde capas y capas de yoes y personajes se van desperezando para irnos descubriendo nuestra deidad interior, es algo complejo si se mira desde una perspectiva mental y analítica, pero enamorarse en realidad es permanecer en un estado de paz y felicidad, es algo así como estar meditando y en conexión con tu propio ser. Por tanto, cuando alcanzas ese clímax de amor en ti, en tu interior y tu conexión con tu luz, nada es como era antes, desaparece aquello que creías que era enamoramiento, y aparece un estado de amor incondicional que puedes manifestar a través de tu relación contigo mismo, con los demás o con aquello que existe y ves.
  • Entonces, ¿esto es un adiós?, ¿por qué?
  • Porque no puedo alcanzarte, porque tú no estás aquí, estás en otro mundo, un mundo en el que el amor no es lo que es para mí, un mundo donde aún tienes mucho que vivir, mucho que compartir, y donde yo no tengo cabida.
  • Pero no comprendo por qué crees eso, por qué dices que no entiendo el amor como tú, el amor es amor, nada más.
  • Voy a tratar de explicártelo, así podrás comprender este adiós, aunque sé que en realidad no te importa que me esté despidiendo, porque no no soy importante en tu presente.

En un mundo donde existía una manera de vivir muy específica, donde las personas se movían dentro de ciertos parámetros, había cierto número de seres que se adaptaban fácil, o difícilmente, a las normas preestablecidas, y se comportaban como cabía esperar de ellos en mayor o menor medida. Ese mundo se dividía en grupos catalogados por su función a la comunidad global, carpinteros, obreros, artistas, profesores... Cada uno se sentía identificado con un grupo en concreto desde su infancia, pues cada familia de alguna forma orientaba a sus hijos hacia un camino, ya fuera por carencia, ya fuera por herencia, y los niños crecían según lo dictaminado, programados para ser lo que sus padres no pudieron ser, o para tener lo que no lograron tener, o para repetir y convertirse en médico como cada miembro honorable de su linaje.

En ese mundo, el amor se vivía y experimentaba en función de cada clase o grupo social, no soliéndose mezclar demasiado, ya que eso conducía problemas culturales o sociales que dificultaban a veces incluso gravemente la relación de pareja. Así que se fijaron ciertos cánones de belleza e interés, algunos de cierta índole privilegiada, otros menos notables, pero había aspectos que eran muy loables en una persona y que la hacían muy interesante y atractiva para los ojos de quien la mirara. Esas personas que cumplían los requisitos del arquetipo más codiciado se movían en círculos de alto prestigio, las otras en diferentes niveles inferiores, en una escala imperceptible que se presentaba de forma descendiente.

Amar era coincidir en gustos, en afinidades, en profesiones o aficiones. Amar era sentir atracción por el cuerpo de esa persona, amar era enamorarse por tener ganas de hacerlo, para evitar sentir soledad, impulsados desde las
carencias emocionales, amar era darle al otro lo que necesitaba y que el otro diera lo que precisaba a cambio, pero de una forma inconsciente y subyacente. Amar, en definitiva, estaba sujeto a la codependencia del uno con el otro, ya fuera de forma material y superficial, ya fuera emocional y sentimental.

Y aprendieron a quererse, a poseerse, a celarse, a protegerse, a cuidarse, a acompañarse, con mucho amor, un amor real, mas creado para satisfacerse desde el paradigma del inconsciente, para no transitar por el mundo solos, un mundo donde la vida en pareja era lo normal, un mundo donde no tener un compañero o compañera era algo casi considerado una patología, o un motivo de cierta y sutil exclusión social.

Pero siempre han existido aquellos considerados "raros" y con el tiempo, fueron naciendo más personas que sentían  diferente, personas sensibles en extremo, que no entendían el mundo de esa manera, que nadaban contra corriente, pero que habían sido educadas de la misma manera, bajo los mismos preceptos, mismas normas, y mismos pensamientos, mismas carencias afectivas, mismos retos, y que aun así, su esencia era cristalina.

Esas personas al principio sufrieron mucho por la inadaptación a ese mundo que consideraban absurdo, sus almas gritaban la palabra “libertad” deseaban crear, ser arte, ser auténticos, pero no para ser famosos, o para destacar por encima de los demás, sino porque ese era su estado natural, amar, enamorarse de todo y sentir la inspiración para poder crear, ser y sentir. Muchos de ellos eran artistas, pero artistas que comenzaban a preguntarse “¿quién soy?” “¿por qué me siento así?” y entre los médicos, entre los profesores, y entre todas las otras profesiones, sectores diversos de ese mundo, había también cierto número de seres que se realizaban esas preguntas y que comenzaban a sentir que, ese enorme vacío que habían sentido dentro de ellos, se pronunciaba con más fuerza, deseando impulsarse hacia algo que no sabían qué era.

Algunos lo llamaron “despertar” pues era como comenzar a darse cuenta de que ese mundo donde habían nacido era un sueño, una ilusión, y que ellos habían estado dormidos, interpretando un papel que, en realidad, nunca escogieron desde su alma, un papel al que se vieron forzados a acceder, pero había llegado ya el momento de ser quienes habían venido a ser.

Entonces un velo cayó ante sus ojos y los colores cambiaron, de pronto el mundo era tan diferente, nada era lo que parecía, nada.

Y el amor cobró otro significado, ya no era lo que antes creían, era muy distinto, el amor nacía del alma, no de las necesidades de la mente, no de la belleza externa, no de lo superficial, no de las programaciones sutiles que había en sus inconscientes, no de la atracción sexual, no de la conveniencia o de la comodidad. Y se dieron cuenta de que todo estaba mal colocado, parejas que no se amaban porque el amor, naciendo desde esos programas, ya se había transformado en amistad, en otro tipo de amor, y vieron que nadie estaba con quien debía estar, con quien su alma amaba desde antes de nacer.

Esas personas comenzaron entonces un camino de comprensión hacia sí mismos, hacia su interior, aprendiendo de sus propias ideas, de sus pensamientos, de sus emociones, y llamaron a su personalidad “ego” para diferenciarla de lo que realmente sentían que eran, un Ser, una conciencia que iba más allá de lo les definía por su comportamiento, o por su rol, pues éste estaba inducido por los aprendizajes que provenían de su familia, de la sociedad, de todo aquello inventado para crear un mundo donde todo debía guardar un orden basado en ciertas normas de conducta aceptables. Así pues, su vida aquí parecía un teatro y ellos personajes que representaban su papel desde una personalidad inventada.

El sistema de creencias global servía de forma manipulativa para los que alcanzaban la cima y gobernaban desde esos parámetros, desde el paradigma de algo obsoleto y repetitivo.

Pero esas personas sensibles deseaban ser libres de verdad, sin violencia, de manera silenciosa, y comenzaron a soltar lastre, a sanar aquello que estaba aún doliendo en su alma, a liberarse de las cadenas de las creencias inculcadas o heredadas que les limitaban, a llenarse de sí mismos, de su propia energía, de su vitalidad, de su amor hacia su existir, de su conciencia de ser algo más que materia, mente, alma, ser algo que alcanzaba ya ideas cuánticas.

Sus corazones se expandían, sentían que el amor se abría paso desde lo más profundo de ellos mismos, y se creaba una especie de campo energético a su alrededor, algo que algunos llamaban campo cuántico de amor.

Desde ese momento, el amor cobró tal significado que su perspectiva de la vida se transformó por completo y entendieron lo que significaba que sólo se podría cambiar el mundo comenzando una metamorfosis individual, algo que se comenzó a llamar "ascensión".

Así que de pronto todo lo que antes era Verdad, ya no lo era.

No existía otra cosa que aprendizaje y experiencia, amor o miedo, y todo lo horrible del ser humano, esa sombra que todos tenemos dentro de nosotros, se manifestaba físicamente a través de las acciones de aquellos que escogían por libre albedrío ser la representación de la oscuridad de la humanidad.
Y vieron su responsabilidad en cada acto, y supieron que nada está fuera de uno mismo, todo está dentro, y que la proyección de nuestros miedos se alza ante nosotros, y que el dolor que vemos en el otro es el nuestro propio ahí reflejado, y que el horror que vemos en la sociedad es el reflejo del horror de muchos.

Esas personas, amigo mío, dejaron de amar desde ese personaje que habían estado siendo, aprendieron a amar profunda y desinteresadamente, tal vez debería decir mejor que recordaron lo que es amar de verdad.

Por eso, tú y yo no podemos amarnos como tú quisieras, no podemos amarnos como yo desearía, porque yo soy una de esas extrañas y extravagantes personas, una de esas mujeres que son alma y ser, una de esas gentes que otros no comprenden, una de esas “iluminadas” a quienes nos tachan de sectarias, o de soñadoras, y nos critican colocándonos en el recinto de las utopías, de las fantasías, de las enfermedades o transtornos emocionales o psicológicos, una de esas personas que otros no saben cómo tratar.


Por eso, amigo mío, me equivoqué al creer que el amor puede vencerlo todo, pues no se trata de vencer nada, no hay lucha, yo te amo, sí, y lo haré desde lo que soy, no desde lo que se inventó de mí, pero por esa misma razón, no espero nada de ti. Amar no significa poseer, amar no significa querer cambiar a quien amas, amar es sólo eso, amar. Tu punto de vista sobre el amor es muy distinto, querido amigo, y yo no amo a quien tú crees ser, sino a quien eres de verdad.




De alguna forma puedo afirmar que yo no soy de este mundo, sólo he venido de visita, estoy de paso, pero me enamoré de la belleza del lugar, de las personas, de tu alma, esa que está escondida ahí adentro. No desprecio al personaje, pero no es mi intención relacionarme con él de la forma en que lo haría con un hombre libre, un hombre que se sintiera completo, un hombre que amara de la misma forma que yo, sin miedo, sin la torpeza de lo que aún está aprendiendo.

  • Muy bella historia, pero ya sabes que yo no busco nada contigo, nada más allá de una amistad.
  • Lo sé, amigo mío, pero crees que yo sí, y eso no es cierto, mi mundo y el tuyo son distintos, tú estás en una dimensión y yo en otra, y sé que no me logras entender, que no puedes saber qué pasa por mi cabeza, y que intentas desglosar mis pensamientos porque te parecen interesantes, pero si ahondas en mí, corres un gran riesgo.
  • ¿Riesgo de qué?
  • Riesgo de querer transformarte, y riesgo de tener tanto miedo de hacerlo que nunca más quieras volver a verme o tratarme.
  • ¿Por eso me dices adiós?
  • No.
  • ¿Entonces por qué lo haces?
  • Por amor.
  • ¿Amor?
  • Sí, amigo mío, porque ni tú ni yo nos necesitamos, sólo nos amamos, cada uno de la manera en la que se siente cómodo con ese amor y ese amor nos hace libres.
  • No te comprendo.
  • Yo no necesito aprender nada más contigo, tú no necesitas nada de mí, y eso es muy bueno, pues no dependemos el uno del otro, nuestra amistad es libre, yo te observo, pero no te poseo ni lo deseo, tú me miras, pero no soy una obsesión para ti, nuestras mentes no han generado un lazo de unión dependiente basado en la carencia, pero nuestras almas, amigo mío, se aman sin esfuerzos, sin contradicciones, sin impulsos primitivos entre hombre y mujer... Sólo amor, amor puro, transparente y libre.
  • Entiendo, quieres decir que las relaciones suelen estar basadas en la necesidad del ser humano de cubrir carencias afectivas, ¿verdad?
  • Sí, algo así.
  • ¿Y te irás?
  • Sí.
  • ¿Y si te digo que no quiero que te vayas?
  • Entonces, pronto, muy pronto, volveremos a vernos para hablar sobre ello...
     
Enamorarse en este mundo donde capas y capas de yoes y personajes se van desperezando para irnos descubriendo nuestra deidad interior, es algo complejo si se mira desde una perspectiva mental y analítica, pero enamorarse en realidad es permanecer en un estado de paz y felicidad, es algo así como estar meditando y en conexión con tu propio ser. Por tanto, cuando alcanzas ese clímax de amor en ti, en tu interior y tu conexión con tu luz, nada es como era antes, desaparece aquello que creías que era enamoramiento, y aparece un estado de amor incondicional que puedes manifestar a través de tu relación contigo mismo, con los demás o con aquello que existe y ves.
A nivel de pareja entonces todo cambia, y no todo el mundo puede afrontar un tipo de relación de esa índole, lo que algunos llaman “relación divina” "relación libre"...
En muchos casos podemos hallarnos frente a quien deseamos amar o amamos y darnos cuenta de que no es viable la manifestación de nuestro amor en la expresión de la pareja, pues mientras uno vive pisando nubes, el otro todavía pisa la tierra, o mientras uno es capaz transitar el mundo caminando sobre las aguas, el otro todavia necesita nadarlas... Todo es cuestión de perspectiva, si yo vivo en un mundo azul y tú en un mundo verde, tal vez nunca logremos ver la vida juntos como para alcanzarnos, tal vez ni siquiera se trate de vivir en polos opuestos, sino en mundos diferentes...

Eva Bailón.