SECCIONES - TÍTULOS

Los relatos del blog están divididos en varios títulos genéricos que son "Reflexiones", donde hallaréis escritos espirituales y reflexivos, "Una mirada al Alma" donde podréis leer historias muy profundas de crecimiento personal, del alma, "El Romántico Obsoleto", que cuenta con relatos de humor, irónicos, historias de la vida cotidiana del ser humano, "Diálogos", que son como la palabra dice, conversaciones que suelen ser muy profundas y espirituales, y por último he publicado tres capítulos de una de las novelas en las que estoy trabajando "Alma Cristalina". Disfrutad con todos ellos y compartidlos si os animáis a hacerlo para ayudarme a difundirlos.

Gracias por leerme, bendiciones a todos.

domingo, 10 de julio de 2016

MADURAR INTERIORMENTE


Si la fruta no está madura, no hay que arrancarla del árbol, todo tiene su proceso en este mundo, todo llega a un estado de maduración óptimo para una siguiente fase. Recuerdo una frase que me decían a menudo mis guías, "Nosotros no vemos el tiempo como vosotros cuando os observamos, lo que vemos son procesos, que se dividen en fases y que éstas a su vez se dividen en pasos". Esa era una manera de hacerme entender que no podía exigir o pedir aquello que no estuviera "maduro", listo para la fase en la que yo me encontraba, y que yo podía no estar preparada para hacer algo que sentía que tenía que hacer de forma inmediata, y es que, en muchas ocasiones, en tu corazón sabes que hay algo pendiente, algo que tienes que hacer, un paso más que debes dar, pero esa inmediatez no se puede aplicar en tu proceso, porque aún no ha llegado el momento físico de realizarlo. Eso a veces desespera, porque sientes que llega un cambio, y que es inminente, pero sabes que aún no se ha dado el pistoletazo de salida, sabes que antes tienes que acabar algunos detalles. 



Así que me quedó muy claro que todo tiene su momento adecuado y que si nos precipitamos y tomamos del árbol aquello que no está maduro, nos encontraremos con muchos problemas añadidos, aunque es cierto que normalmente no se nos permite tomar algo antes de su tiempo de madurez, en lo que se refiere a nuestro trabajo interior.
Por otro lado, también he aprendido que no podemos pedirle peras al olmo, como afirma el dicho, así que, no hay que esperar de aquellos que no están maduros que respondan como si lo estuvieran. En el caso de los procesos de desarrollo personal y espiritual, existen varios estadios para llegar a la madurez total, pero hay también fases en las que estamos preparados para determinados acontecimientos, para iniciar cambios en nuestra vida, nuevos ciclos, como si tuviéramos diferentes tipos de maduración. Por ejemplo, alcanzas la madurez necesaria para comenzar un ciclo de transformación de tu entorno, vendes tu casa y te vas a otro lugar a vivir, y esto es el resultado de un proceso previo interior que, una vez ha madurado, te lleva a su manifestación exterior. Y así nos vamos reencontrando poco a poco con lo que somos realmente, a la vez que estamos desechando lo que no somos, los conceptos bajo los cuales nos estábamos rigiendo y controlaban nuestras decisiones, limitándonos a través de los miedos y las creencias basadas en los mismos.


Cada uno tiene su propio tiempo de maduración interior... y eso merece un gran respeto, todo es vida, todo es amor bajo las máscaras del ego, no hay que pretender que los velos caigan más rápido de lo que corresponde, ni para uno mismo, ni para los demás, los ritmos deben ser como son, cuando queremos correr es cuando de pronto descubrimos que nos estábamos engañando y que había mucho más de lo que creíamos aún pendiente, y ahí es cuando "suspendemos" el examen, y nos damos cuenta de que nuestro ego ha vuelto a hacernos caer en la trampa de la prepotencia...
Madurar interiormente es un milagro que debemos permitir que suceda... Florezcamos con la ternura que se le da a un bebé, sin pretender que éste crezca rápidamente, y cuidando cada etapa con todo el amor del mundo, hacia nosotros y hacia los demás... 


Arael Elämä Araham...

sábado, 9 de julio de 2016

COMUNICACIONES Y RESPONSABILIDAD - EGOS Y ALMAS

Una historia muy común

Pedro estaba muy enfadado, su amigo Luis le estaba diciendo que necesitaba espacio, que no quería continuar con su relación de amistad, ya que debía respetarse a sí mismo y no permitir que nadie le intentara controlar o manipular, convencer y chantajear emocionalmente. Su decisión estaba basada en su propia autoindagación, se había dado cuenta de que mantenía esa relación sólo porque había durado muchos años y le daba pena que se rompiera, pero debía ser fuerte y dejar libre a Pedro, porque no era una amistad verdadera, era una dependencia mutua que debía terminarse. En su interior sabía que no dependía ya de esa relación, que no le motivaba ya ver a su amigo, que ya no sentía que tuvieran cosas en común, pues había aprendido lo que tenía que aprender, y si no soltaba su apego no pasaría al siguiente nivel. Así lo llamaba él, diferenciaba sus procesos internos por niveles de autosuperación para darle un sentido mental a lo que percibía en su alma, pues era muy difícil entenderlo si no le daba una traducción que su mente pudiera asimilar. Tal vez, en un futuro, cuando su amigo también hubiera aprendido su parte, podrían volver a encontrarse, y tal vez podría surgir de nuevo una amistad, pero esta vez sin la dependencia de los enganches de los patrones inconscientes que les dominaban a cada uno de ellos.
Y es que Luis había aprendido que los seres humanos, la mayor parte del tiempo funcionamos desde lo que él llama “el piloto automático”, el cual es un personaje creado por el ego que se alimenta de estímulos del exterior que interactuan con programaciones muy ocultas en el inconsciente, que determinan nuestros comportamientos, nuestros gustos, nuestras decisiones, desde la ignorancia de lo que verdaderamente somos. En esos programas hay arquetipos, estructuras de creencias, miedos, complejos, y algunas verdaderas joyas de control por parte de otros que conocen mejor nuestro funcionamiento, tales como lo que él veía como inducciones a ciertos comportamientos para ser un ciudadano obediente y complaciente, un consumidor empedernido, o lo que él bautizaba como “una oveja” recatada y tranquila de un gran rebaño que vive en calma haciendo lo necesario y estipulado como “normal” (de normas), para encajar en un sistema creado para que funcione todo en beneficio de unos pocos y conformidad de muchos. Pero eso era algo que sólo tenía una solución, cada uno debía comenzar a verlo y a trabajar en sí mismo en desmantelar sus propios programas, es decir, cada uno debía ser responsable de sus emociones, de sus miedos, e intentar superarse a sí mismo desde el amor incondicional.

- Siempre estás intentando estar por encima de mí, ¡como si tú fueras perfecto!, siempre compitiendo conmigo para ver quién está más elevado de los dos, pero tú también tienes defectos, y no voy a a decírtelos, pero me has hecho mucho daño, desde siempre - le dijo Pedro dolido por la situación que estaban viviendo.



Luis, miró a su amigo de la infancia y le contestó:

- Yo no soy perfecto, ni pretendo serlo, no sé si soy elevado o no lo soy, porque a veces me siento atrapado en mis emociones sin poder evitarlo, como todo el mundo, y trato de que eso me sirva de enseñanza, y no de excusa para huir de mí mismo. No pretendo quedar por encima de nadie, sino superarme cada día más a mí mismo, siendo poco a poco lo mejor de mí, permitiéndome ver el mundo cada día con más amor y compasión. No compito con nadie, colaboro, acompaño, pero mi pretensión, mi deseo, es que cada uno haga su propio trabajo interior para que algún día este mundo deje de confundir sus propios temores con agresiones o desamor por parte de los demás. No culpabilizo, ni responsabilizo a nadie de mis desilusiones, o de mis heridas, no veo flechas que provienen del exterior, sino reacciones de mi ego que me demuestran que todavía no he aprendido a hacerme cargo de mi vulnerabilidad, de esa vulnerabilidad que proviene de mi inseguridad y mi desconfianza en mí mismo, así que no trato de perdonar a nadie, sólo veo lo que me tengo que perdonar a mí mismo a través de la aceptación de mis emociones, las de mi yo pequeño, para que deje de sufrir por su propio sentimiento de exclusión o de inferioridad, o desvalorización. Esa es mi manera de comprenderme y de valorarme. Yo no te pido nada, ni a ti, ni a nadie, ni siquiera amistad, sin embargo anhelo para ti que reconozcas tu divinidad, pero que lo hagas de verdad, y que seas capaz de distinguir las artimañas de tu ego para no caer en su trampa, pero siempre me ves como una amenaza y te pones a la defensiva. No soy superior a ti, ni a nadie, sólo sigo mi ritmo en mi descubrimiento interior, en permitir que eclosione mi potencial, mi esencia, mi perfume interior. Me estoy aprendiendo a amar, cada día más, y me estoy aprendiendo a respetar, por eso. Si me atacas proyectando tus miedos o tus inseguridades, sólo puedo decirte que lo que tú pienses sobre mí no me importa, porque no tiene nada que ver conmigo, tiene que ver contigo, con tu ego, con tus sombras, no con las mías. Yo me hago cargo de mis pensamientos, de mis residuos emocionales, de mis patrones, estoy en un proceso de autoindagación profunda, me permito llorar, me permito errar, me permito escoger, me permito reír, me permito ser un aprendiz y un maestro, porque mi ser es mi maestro y mi personaje un aprendiz. No he pretendido hacerte sentir inferior, pero cuando alguien me ha despertado ese sentimiento a mí, he mirado en mi interior para averiguar qué me ocurre y de dónde viene esa inseguridad, en lugar de acusar a quien ha venido a mostrármela, "si la piedra lanzada me alcanza debo ver por qué resuena ese dolor en mí"
Ahora decide tú lo que quieres hacer con lo que estás sintiendo y pensando, que yo ya he tomado mi decisión con lo que siento y pienso y la mantengo firme.

Pedro se sintió ofendido y desvalorizado, así que se tomó las palabras de Luis como un ataque más hacia su persona, como una muestra más de su intento de estar por encima de él. Se apartó de su vida resignado, pero dolido, resentido, destilando rabia e itentando dejar mal a Luis, hablando sobre él como la gran decepción de su vida, pasando de ser su mejor amigo, según le sentía antes, a ser el peor amigo del mundo, convirtiendo el amor que antes sentía en odio y rencor.
Y es que el lenguaje del corazón, cuando se transmite con palabras, tal vez no se traduzca con toda su vibración de amor, pero también ocurre que nuestro ego no nos permite escucharlo con el corazón, y lo interpreta desde sus carencias, traduciéndolo equivocadamente, a su conveniencia, para así negar esas mismas carencias y volcarlas o proyectarlas en el mensajero.

Luis sabía y sabe que es hora de vernos a nosotros mismos sin miedo, enfrentarnos a nuestras sombras sin excusarlas tratando de verlas en otros para así no responsabilizarnos de ellas, y que ya es hora de ser libres de las cadenas de aquello que nos domina, patrones, miedos, desconfianza en uno mismo, y por ende, sabe y entiende que ya es hora de que caminemos solos si eso es necesario. Debemos recordar que lo que no querermos ver en nosotros, tarde o temprano explota en nuestras narices, aunque hay veces que ni siquiera así somos capaces de ver que la basura que explota es nuestra y que no la ha provocado nadie, sólo nos la han mostrado,  no nos la ha traído nadie,  es sólo nuestra, y que por muchos razonamientos mentales que queramos darle, la verdad es ésa. Nuestras reacciones son la acción del ego, el ser no reacciona, se acciona. Es hora de que alcancemos ya un equilibrio entre ambos, que el ego se suavice y que el ser se manifieste permanentemente en nuestras vidas, pero hay que cederle ese espacio reciclando la basura emocional que tenemos en nuestro inconsciente, o lo que es lo mismo y en otras palabras, transmutando y trascendiendo nuestras sombras. Todo esto depende exclusivamente de uno mismo por esa razón cada uno debe hacerse cargo de su propio proceso, sin volcarse en nadie, sin pedir que otros solucionen lo que sólo uno puede solucionar, nadie puede comer por ti, nadie puede hacer tu camino por ti.


Arael Elämä Araham