Mi
querido amigo,
En
respuesta a tu carta, en respuesta a ese dolor que he sentido de ti,
en respuesta a lo que tanto preguntas, te diré que todo lo que
deseas saber está dentro de ti, pero intentaré darte mi versión de
la vida y compartir todo lo que yo he aprendido, así, sintetizando
un universo en una simple canica.
El
ser humano aprende desde niño una serie de conceptos que le dan
forma a sus ideas, a sus pensamientos, y queda atrapado en una
burbuja de la cual no hay forma de salir, pues aquellos que se
atreven a hacerlo son rechazados e incomprendidos, algunos
etiquetados para siempre como locos, raros, extravagantes y
diferentes. Por esa razón, muchos, cuando perciben que hay algo que
no está bien en este mundo, primero intentan expresarlo de alguna
manera, buscan algo que les haga comprender, que les ayude a salir de
todo eso y ser ellos mismos, pero tras varias decepciones, después
acaban mirando a otro lugar y disfrazándose de fieras salvajes para
defenderse de una sociedad que sienten agresiva, una sociedad cuyos
componentes se mueven y viven de forma autómata, en un paradigma
creado para que nadie pueda cambiar nada, para que todo tenga un
cierto orden. Y es que el hombre necesita ordenarlo todo, el tiempo,
por ejemplo, ha sido organizado de forma en que todos estemos
controlados, todos debemos comer a la misma hora, todos debemos
entrar a trabajar en los mismos horarios... Si bien hay ciertas
excepciones, todos estamos encajados en una rueda que no para de
girar y girar, y al igual que los ratones, nos contentamos si tenemos
comida y agua, si estamos cómodos y satisfechos materialmente, si
todo lo que nos rodea está dispuesto a nuestro gusto.
Cuando
tu rueda gira y todo está correcto, cuando la costumbre te
proporciona la estabilidad que necesitas, cuando has hallado a
alguien que llena ese vacío que sientes por tu gran deseo de amar,
de ser amado, cuando todo parece estar perfecto, la vida te da la
sorpresa de arrebatártelo todo.
El
ser humano se pregunta por qué, por qué he tenido que perder todo
lo que amaba, por qué ya no tengo mi empleo, por qué me han quitado
esto o lo otro, pero no encuentra una respuesta, sólo se siente
sumido en el dolor, en la impotencia, en la autocompasión, en la
rabia, en el rencor y se rinde ante la perspectiva de una vida
absurda e injusta, conformándose con aquello que encuentra para
consolar su profunda desesperación, su miedo, su sufrimiento,
intentando cubrir una herida que sangra con cualquier venda que le
sirva para no padecer tanto...
Pero
la respuesta existe, está dentro de nosotros, y es verdaderamente triste
que no seamos capaces de descubrirla.
Si
un árbol se preguntara por qué sus hojas caen en el otoño, si se
sintiera hundido en el desasosiego por perder todo y quedarse desnudo
ante el frío del invierno, no se daría cuenta de la gran maravilla
que es esa transformación, esa oportunidad de volver a ser. Sin
embargo, el árbol no sabe que puede cambiar su paradigma, su
persepectiva de la vida, pues el árbol sólo es, es lo que ha venido
a ser.
El
hombre llora por dentro cada vez que se le presenta la oportunidad de
ser lo que ha venido a ser, cada vez que la vida le desnuda en su
otoño y le proporciona la posibilidad de hallar lo que realmente
busca, a él mismo.
Cuando
una persona se da cuenta verdaderamente de que la crisis que está
viviendo es el inicio de un nuevo comienzo donde podrá ser ella
misma, donde sus ideas brotarán como flores, donde su inspiración
se apoderará de ella, donde su necesidad de amar y ser amada se
transformará en el sencillo hecho de ser amor... entonces renace de
entre sus cenizas, su mente y su corazón se expanden, su luz emerge
con fuerza, sus ojos muestran su transparencia, su disfraz cae y su
desnudez deslumbra a cualquiera que pueda ser capaz de mirarla...
Ahí
esa persona inicia su camino siendo su mejor versión, ahí es cuando
su misión o su vocación se convierte en su recurso para sostenerse,
ahí se vuelve independiente y deja de ser una más dentro de de la
burbuja creada para ser todos iguales y controlables, ahí es cuando
está abierta de verdad para encontrar a su compañera de viaje, ese
amor que es puro e incondicional, junto a otra persona que también
ha despertado a lo que es dentro de sí misma.
Vencer
todos los obstáculos para amarte a ti mismo, para aceptarte, para
respetarte y no ser deshonesto con tu alma, no es un camino fácil,
pero siempre puedes hallar una mano amiga, como la mía.
Amigo
mío, deja de castigarte, de enredarte en juegos que no te llevan a
ninguna parte, deja de acomodarte en situaciones que no te aportan lo
que deseas, deja de sucumbir a lo que tu ego te ordena, sé corazón,
sé alma, sé tu propia respuesta y actúa.
La
vida es un juego, pero nadie gana, nadie pierde, en realidad todos
aprendemos, en algunos momentos sufrimos, en otros somos felices,
pero todos ellos son la experiencia que nos hace crecer, si deseas
jugar al juego de la vida, sé consciente de que estás jugando, pero
no te hagas trampas a ti mismo, no te juzgues, no te entregues a las
circunstancias que no te compensan, haz todo aquello que te haga
feliz, vibra, canta, baila, sueña, y cumple tus sueños, no te
distraigas, avanza, permanece en ti, sé lo mejor de ti mismo y
libera tu dolor, tus miedos, desapégate, vuela, y salta al vacío,
ese vacío que es tu nueva vida, tu nuevo camino, porque te esperan
grandes sorpresas, si te atreves, si eres valiente, crea tu propia
realidad donde tú eres el protagonista, donde el amor nace de ti y
te cubre, donde eres un ser completo, dispuesto a darte, dispuesto a
derribar todos tus muros, todas tus barreras...
Sólo
cuando aprendas a amarte podrás amar realmente, sólo cuando estés
preparado y seas luz, hallarás otra luz que te ame como mereces ser
amado...con plenitud, madurez, responsabilidad y pureza, con eterna
pasión, incondicionalidad y respeto...
Sólo
cuando comprendas que la vida nunca te quita nada, que es tu aliada,
que te regala oportunidades para transformarte, sólo cuando
entiendas que sólo tú eres responsable de ti mismo y de lo que te
acontece, recuperarás el poder que siempre estuvo en ti.
Despierta
y camina, levántate y anda...
Arael...
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