DEDICADO A MI GRAN AMIGO
Llevaba
sólo unos meses preguntándose si realmente existía esa persona
especial para él, eso que algunos están llamando llama gemela,
otros alma gemela, otra mitad, complemento en polaridad cuando el
universo conspiró a su favor y le puso delante a esa mujer. Su desconcierto era
enorme, sus sensaciones indescriptibles, su confusión, su miedo y a
la vez su alegría de haberla hallado se mezclaban en su pecho como
una gran bola energética a punto de estallar.
Todo
empezó cuando nos conocimos, bueno, en realidad no es cierto, todo
empezó cuando él, Pedro, decidió nacer, encarnarse en esta
Tierra, sin embargo algo se activó en él aquel día que comenzamos a
hablar.
Aquella
tarde de agosto, hablaba con Alba, mientras permanecíamos
sentadas en un banco de madera, bajo la sombra del único árbol que
continuaba a salvo de las manos humanas que habían destruido todo lo
que había existido allí, justo antes de edificar el nuevo barrio
donde vivíamos desde hacía seis años. La conversación era
profunda y emotiva, ella me explicaba cuánto echaba de menos a su
querido amigo Miguel, el cual había fallecido el año anterior y yo
sentía su presencia como si estuviera vivo, allí a mi lado.
Tras
una media hora, a lo lejos, vi cómo se aproximaba Pedro, con su
habitual aire de hombre fuerte, robusto y varonil, de aspecto de
falsa arrogancia y presunción, un disfraz que algunos detectaban
como real produciendo en ellos el rechazo hacia esa faceta de su
personalidad, un hombre cuya verdad interior era más parecida al
desdén hacia sí mismo, desdeñado por sus propias creencias ocultas
que se cernían sobre él como grandes fantasmas dispuestos a
destrozar su estabilidad y su felicidad.
Nos
conocimos inmersos en una convesación profunda, sobre la vida, el
amor, la capacidad de ver más allá, de percibir energías y señales
en nuestro camino que nos ayudan a alcanzar nuestros sueños sólo si
sabemos estar atentos...
A
partir de aquel día iniciamos una gran amistad, basada en el
descubrimiento del alma, en la conexión interior que todos
deberíamos poder disfrutar para ser felices, para aprender a amarnos
incondicionalmente a nosotros mismos y así poder amar de la misma
manera a los demás.
Él llegó a conocer mi historia, mi búsqueda y mi anhelo incansable, mi dolor
punzante por no poder encontrar en el plano físico a mi llama
gemela, un sufrimiento que yo arrastraba desde hacía muchos años y
que me alejaba de mi propia luz cuando emergía, pues me inundaba de
desesperanza, desilusión y desaliento. Me escuchaba con interés,
suscitando en él su propia añoranza de amar así, de hallar a
alguien a quien poder mostrar tanto amor y que le amara de la manera
en que yo amaba a mi otra mitad sin ni siquiera saber quién era, sin
conocerle.
Nuestras
charlas eran largas, acompañadas a veces de paseos, de algún té en
algún bar cerca de la estación de tren, o del supermercado antes de
ir a comprar con Alba, de confesiones mutuas, de expresión del
idioma de nuestros corazones, de nuestros miedos ocultos, de nuestras
almas deseosas de cumplir con su misión. Tal vez es hoy en día una
de las personas que más comprende lo que mi corazón manifiesta en
su lenguaje particular, algo que otros nunca han llegado a oír, ni
tampoco han sabido comprender.
Pedro
siempre fue un hombre muy luchador, muy guerrero. Su vida no fue
fácil, su niñez estuvo marcada por el desamor y la incomprensión,
maltrato emocional por parte de sus padres. Su instinto más notable
era la protección hacia sus seres queridos, el arduo deseo de
sacrificarse por aquellos a los que amaba y sentía indefensos, darlo
todo por ellos, incluso su vida si ello era necesario, en su gran
afán de que la justicia prevaleciera por encima de todo.
Pero
yo veía sólo a un niño desvalido que estaba despertando hacia su
propio mundo, hacia sí mismo, hacia su sabiduría, hacia su amor
hacia su ser, hacia la aceptación de su vida y de todo lo que había
acontecido en ella.
Su
creatividad le había llevado, desde años atrás, a realizar un buen
trabajo, un programa informático de gran utilidad que ya estaba
siendo una herramienta propicia para una empresa importante de
Girona.
Sin
embargo, su programa corría peligro de ser plagiado y utilizado
ilegalmente si no lo registraba como obra suya.
Así
que se propuso hacerlo.
Arael,
podrías venir conmigo y así registras tu libro, ambos podemos ir a
Barcelona en mi coche, así no tendrás que ir en tren.
Gracias
Pedro, pero es que aún no lo tengo acabado, por lo pronto voy
registrando mis reflexiones y poemas en internet, así que tengo
derechos de autor, no me preocupo por eso. Espero que te vaya bien.
Su
propósito fue cumplido, su obra registrada, todo parecía ir bien
hasta que un mes más tarde recibió una carta donde el registrador
le denegaba su derecho a registrar su obra con alegaciones equívocas.
Pedro
siempre ha sido justo, contundente, temperamental, así que no cedió
ante aquel obstáculo y decidió prodecer a una poner una demanda,
solicitando un abogado de oficio.
Recuerdo
su rostro desencajado, su desmedida pasión defendiendo sus ideas, su
enérgica actitud mientras me leía y exponía sus argumentos para
defenderse de tal agravio, mientras Alba y yo intentábamos que se
calmara, que intentara ver las cosas de un modo elevado para no
actuar desde su enfado, sino desde la tranquilidad de su sabiduría
interior.
No
estoy enfadado -nos dijo conciso y contundente. - Sólo defiendo mis
derechos, estoy harto de que se me nieguen, esto no es justo y voy a
demostrárselo.
Perfecto,
Pedro -le contesté- pero si quieres que todo salga bien debes
conectar con tu corazón, porque sólo desde la calma podrás hallar
respuestas y soluciones, sólo desde tu ser podrás tomar decisiones
acertadas. Sé que eres muy pasional con tus ideas, pero desde esa
pasión que sientes sólo hallarás una energía que proviene más
de tu ego que de tu alma.
Proviene
de mi intelecto, sé que ese hombre se equivoca, lo sé.
Sí,
tu intelecto es importante, pero no es más que ignorancia si no
eres capaz de manerjarlo desde tu sabiduría más profunda, desde tu
corazón, ya sabes lo que siempre te digo, el conocimiento sin amor
es estupidez, tu verdadera sabiduría siempre proviene desde el amor
y la esencia de tu alma.
Tienes
razón...Trataré de estar más sereno, mi corazón me dice que
tengo que actuar, pero que debo estar más tranquilo para poder
escuchar lo que me tiene que decir.
Tras
una semana y media todo empezó a ponerse en su lugar, por fin tenía
un abogado para defenderle, una mujer.
¿Qué
te dice tu corazón ahora, Pedro?
Que
aunque haya hablado una sóla vez por teléfono con esa mujer,
aunque no la conozca de nada, es alguien especial, me ha hecho
sentir algo extraño, como una conexión que no comprendo.
El
lunes podrás comprobar qué es eso especial que sientes, cuando la
veas, cuando la tengas frente a ti, sentirás su energía, y si ella
es tu otra mitad energética, lo sabrás, lo sentirás en tu pecho,
ya lo verás.
Arael,
hace sólo unos meses que deseé realmente hallar a mi llama gemela
y ahora me encuentro con la posibilidad de que ella pueda serlo, no
sé qué me está pasando, tengo muchas ganas de conocerla y no sé
por qué.
Déjate
llevar, Pedro, fluye como el agua de un río, y ya me contarás.
Ese
fin de semana fue para mí muy bello, tenía preparada una salida con
una buena amiga, desconectando de mis rutinas, en un hotel de
Calafell, al lado de la playa. Olvidé por completo la historia de mi
amigo, aunque no la mía propia, así que me sumergí en mis anhelos,
viviéndolos desde el amor y la ilusión, disfrutando del sol, el
agua del mar, el paseo marítimo por el cual caminé junto a Elsa,
una de mis compañeras de fatiga, recordando emociones, amores,
sensaciones, gozando de la brisa nocturna, de una cena al lado del
mar, del vino, de las risas, de lo guapas que nos habíamos puesto
para sentirnos especiales, bellas, y superar complejos y limitaciones
que estaban implantadas en nuestras mentes, impuestas por creencias
colectivas, bajo el prisma de una sociedad materialista y
superficial.
Cada
uno tiene su propio trabajo interior, un esfuerzo más grande o más
pequeño por ser uno mismo, libre de contradicciones causadas por el
afán de ser como la sociedad dicta para no ser rechazado, para ser
aceptado.
Cuando
un gran amor se presenta ante tu vida lo primero que sientes es un
terror inusual de no ser aceptado, y todos los defectos que ves en ti
parecen magnificarse, en ocasiones hasta el punto de no saber si huir
o tener el valor de amar y ser amado, de dar la oportunidad a tu alma
de sentir el verdadero amor. Todo lo que ves en el otro parece estar
por encima de ti, como si de pronto todo aquello que siempre has
anhelado te asustara, haciéndote temblar de emoción y de miedo, y
creer que no estarás a la altura de la situación, a la altura de él
o ella.
Elsa
y yo conversamos mucho sobre ello, sobre ser una mujer atractiva o
no, sobre los defectos físicos que nos hacen sentirnos inseguras,
sobre la edad de nuestros cuerpos, nuestra piel envejecida, o
nuestras manías, cosas muy terrenales que no deberían preocuparme
en absoluto, y realmente a mí no me afectaban, sin embargo, me
preguntaba si cuando encontrara a mi llama gemela podría rechazarme
por no ser su tipo, por no sentirse atraído por mi aspecto, o por
pensar que es demasiado joven, o demasiado mayor, o por no estar lo
suficientemente despierto hacia sí mismo como para saber
reconocerme.
Son
muchos los casos que he visto en los que dos mitades energéticas se
encuentran y uno de ellos reconoce al otro, pero el otro no acepta a
su alma gemela por ser físicamente muy diferente de lo que está
acostumbrado a tener como pareja, o por un miedo aterrador de sufrir,
o por tener una pareja a la que ya no ama pero a la que está
acostumbrado, negándose a sí mismo y a su amada mitad la
posibilidad de ser uno, de amar de una manera profunda e intensa,
maravillosa.
Mi
experiencia fue muy gratificante, reí, lloré de emoción, me bañé
en el mar, compartí...
Llegó
el esperado lunes para Pedro. Su encuentro fue increíble para él,
un hallazgo inusual, insólito, una conexión más allá de lo
humano, más cerca del cielo que de la tierra.
Arael,
ha sido hermoso, sentía cosquillas en mi pecho, mi corazón ardía
en una efusión de amor extraordinaria, mi alma vibraba.- me
explicaba emocionado.
Me
alegro mucho, Pedro.
Nunca
creí que yo conociera antes a mi llama gemela que tú.-me dijo con
algo de tristeza por mí.
Eso
no importa, Pedro, esto ocurre siempre en el momento adecuado.
Tu
momento llegará, lo sé.-Afirmó preocupado.
Sí,
yo también lo sé, lo siento en mi corazón, tengo la certeza de
que está muy cerca de mí, pero como te he dicho antes, todo sucede
en su justo momento, cuando ambos estemos preparados para ello.
¿Significa
eso que nosotros lo estábamos?
Significa
que cada pareja de llamas gemelas se conoce y encuentra en el
preciso momento en que pactaron hacerlo, viven lo que decidieron
vivir para crecer, experimentar y aprender lo que es amar, para
sanar todo aquello que pueda impedirles su fusión, su unión, su
comprensión mutua. Si una pareja se encuentra sin haber sanado, su
encuentro puede ser sólo temporal, y después haber un
distanciamiento hasta que sus almas estén listas para retomar su
amor en lo físico, para materializarlo, para experimentar el cielo
en la tierra siendo uno.
¿Y
qué pasa si nosotros no estamos preparados para comprendernos? -me
preguntó con mucha preocupación.
Nada,
Pedro, sólo que tendréis que aprender a hacerlo conjuntamente, o
por separado, eso dependerá de lo que decidáis vosotros.
Arael,
tengo miedo de que no quiera saber nada más de mí. Cuando estaba
junto a ella no pude evitar hablarle desde mi alma, le dije cosas
muy profundas y creo que puede haberse asustado.
Tranquilo,
Pedro, no empieces a escuchar a tu ego, el miedo sólo te traerá
sufrimiento y retrasará todo el proceso.
Pero
estaba intranquilo y le escribí un mail para disculparme por ser
demasiado intenso en nuestra conversación. Nos tomamos un té y
estuvimos más de una hora hablando, de nuestras vidas,
de nosotros, de cosas muy personales. El tiempo pasó muy rápido y
a la vez era como si se hubiera parado. Cuando la miraba veía
estrellas que brillaban fuertemente, y una de ellas lo hacía con
más fuerza, centelleando como si me quisiera decir algo.
Pedro,
has hallado a un alma importante para ti, eso es lo que significa
haber visto esas estrellas, haber sentido todo lo que dices.
Pero
no me contesta el mail. -dijo cabizbajo y triste.
Dale
tiempo, ten paciencia.
Pero
sé que lo ha leído, lo sé, y estoy nervioso e impaciente, quiero
llamarla, necesito hablar con ella, ¿y si no vuelvo a verla más?
No
lo hagas. Ella necesita integrar lo que ha sentido, necesita
asimilarlo, piensa que ella también ha sentido cosas que no
entiende, tienes que respetar sus tiempos, aceptar que ella no puede
ahora contestarte, o que no quiere hacerlo, es su decisión y tú
tienes que estar por encima de eso. No puedes dejarte arrastrar por
tus dudas y miedos.
Esto
es demasiado lento para mí, quiero que vaya más rápido... tiene
que haber otra manera que no sea esta espera incesante, esta espera
desgarradora. ¿Ves, Arael? Acabo de conocerla y ya me siento así,
esto no es normal.
Sí,
es normal, cuando conoces a tu otra mitad no puedes dejar de pensar
en ella, no puedes dejar de sentir su presencia. Puedes sentir sus
emociones, su confusión, su malestar, su alegría. Conozco a
personas que sienten incluso sensaciones físicas, si su otra mitad
se enferma, ella también, si tiene insomnio, ella también, si
tiene un accidente, lo sabe, es tan fuerte la unión y la conexión
que aunque estén a kilómetros de distancia pueden percibirse. Es
como si te hubieran implantado su esencia y en tu mente no puedes
dejar de ver su imagen, además de sentirle dentro de ti, viviendo
en ti.
Parece
que lo hayas vivido tú.
Sí,
lo he vivido, Pedro, y lo vivo, sólo que no sé dónde ir a
buscarle, sólo sé que está cerca, lo cual es bastante
desesperante cuando conecto con mi parte más humana y emocional,
por eso hay que mantenerse elevado, por eso es importante tener
paciencia, comprender, trascender, brillar, porque tu luz la ayudará
a reconocerte, y si estás triste, enfadado o nervioso, impaciente e
inquieto, tu luz quedará ensombrecida y ella no podrá verte con
claridad.
Me
parecía inteligente no esperar, buscar un atajo para que todo
ocurriera más pronto, llamarla y zanjar esto rápido, porque no
puedo seguir con esta incertidumbre.
No,
Pedro, eso no es inteligente. Te has pasado el tiempo deseando
atajar por el camino más corto para llegar antes a lo que tú
deseas alcanzar, pero eso te ha llevado a no trabajar tu
impaciencia, te ha llevado a ser un hombre que no sabe cómo abordar
la espera de un acontecimiento importante con paciencia y respeto.
Ahora no te quedará más remedio que aceptar que tienes que saber
aguardar a que ella esté preparada para despertar ante ti y verte
como lo que eres, su llama gemela.
Sí,
supongo que me he hecho trampas a mí mismo.
Jajaja,
sí, Pedro, pero aún estás a tiempo de aprender, sólo siente
desde tu alma, ella te hablará y te guiará por el camino correcto.
Supongo que no tengo más remedio que esperar, Arael, así que esperaré... pero ¿y si no es ella mi llama
gemela?
Sea
como sea, Pedro, ella es importante para tu alma, porque el
reconocimiento ha sido muy fuerte, si no es tu llama podría ser un
alma gemela que te ayudará a crecer, aprender y a valorar el amor
incondicional para que ello te ayude a unirte a ella más adelante.
Me aterra sufrir, te he visto a ti padecer por su ausencia tanto, no
sé si encontrar a tu llama gemela es una bendición o es un
tormento.
Es
una gran y maravillosa bendición, no te preocupes, yo he sufrido
por su ausencia física, porque me sentí abandonada por él,
porque mi parte humana me atormentaba con pensamientos negativos,
creyendo que prefería estar con otras mujeres antes que conmigo,
faltando así a su promesa de estar juntos, de amarnos, esa promesa
en la que él tenía que cuidar de mí, protegerme, guiarme... Me
sentía olvidada por él... pero aprendí, Pedro, que el amor no es
eso, que es mi ego quien me hace sufrir y que solo yo tengo el poder
de permitir o no que eso ocurra, y he decidido no sufrir más. Amar
no es desear estar con la persona amada, amar es amar,
incondicionalmente, aprendí la lección soportando un gran dolor,
pero por fin lo supe, amo a mi otra mitad sea quien sea, sea como
sea, esté donde esté, se dedique a lo que se dedique, tenga la
edad que tenga, sea serio, simpático, maniático, loco, alto, bajo,
flaco, guapo, feo, rubio, pelirrojo o moreno, me da igual todo eso,
sólo deseo que sea feliz...allá donde esté...y desde aquí, le
enviaré mi amor siempre, siempre, y mi luz también, porque eso es
amar, Pedro, es darlo todo, es dar sin pedir nada a cambio...
Pero
aún hay tristeza en tu mirada, Arael...
Sí,
mi anhelo, mi añoranza de su abrazo, de su mirada, de su cercanía,
es algo que no sé disimular, soy un alma nostálgica y romántica,
y mi melancolía me ayuda a escribir relatos y poemas, supongo que
eso va conmigo porque es parte de mí...
Si
no hago nada, si no la llamo, será como si me rindiera, como si
dejara pasar la oportunidad de concocerla mejor.
No,
Pedro, en este caso, no hacer nada es amarla, respetar que ella
pueda responder después de entender y asimilar lo que está
sintiendo. Cuando tú sientas en tu corazón que debes llamarla,
hazlo, pero sólo cuando sea tu alma quien te lo diga, no tus
miedos. Yo no dejo de luchar, Pedro, no dejaré nunca de esperar que
algún día él aparezca, y cuando lo haga, mi amor estará ahí
para él, intacto, íntegro, puro, fuerte, recio, sin condiciones...
Pedro
ha encontrado a su llama gemela...
Eso
es un verdadero milagro, un milagro en el que yo he sido testigo, un
milagro que adoro...
Desde
aquí te deseo lo mejor, amigo mío...Gracias por todo lo compartido
y por todo lo que compartiremos en el futuro...
Arael
Líntley.