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Los relatos del blog están divididos en varios títulos genéricos que son "Reflexiones", donde hallaréis escritos espirituales y reflexivos, "Una mirada al Alma" donde podréis leer historias muy profundas de crecimiento personal, del alma, "El Romántico Obsoleto", que cuenta con relatos de humor, irónicos, historias de la vida cotidiana del ser humano, "Diálogos", que son como la palabra dice, conversaciones que suelen ser muy profundas y espirituales, y por último he publicado tres capítulos de una de las novelas en las que estoy trabajando "Alma Cristalina". Disfrutad con todos ellos y compartidlos si os animáis a hacerlo para ayudarme a difundirlos.

Gracias por leerme, bendiciones a todos.

viernes, 25 de julio de 2014

SOÑANDO


Me instalo en tu alma danzando al ritmo de nuestro pulso, como fuego que se entrelaza y se descalza de la materia que somos con estos cuerpos finitos, cuerpos que son como murallas, y al traspasarlas puedo tocarte con mi amor eterno, con la dulce inocencia de la pureza de lo que hay dentro, inmaterial, etéreo, infinito, supremo...

Y te conozco desde hace tanto tiempo...

Al rozarte con mis dedos desdibujo el dolor que hay en tu rostro grabado profundamente como un sello que se cierne dominante entre tus destellos de luz parpadeante, puedo verlos. Veo tus luces bailando entre mis sueños, posándose en caricias sobre mis miedos, arrasando a mi ego, y la emoción de la niña que aún teme que la rechaces, se esconde tras la verdad, esa que me dice que jamás me abandonaste.

Sabes quién soy, me reconoces, me sientes y deseas que te cuente, que te explique cuánto tiempo te esperé y me buscaste, cuántas veces me derrumbé al no encontrarte, cuánto dolor hirió a este cuerpo vulnerable hastiado por no poder alcanzarte, cuántas lágrimas bañaron a mi alma cuando te llamaba entre silencios y espacios atemporales...



Por fin recuerdas que me amas, por fin te acercas y me llamas, por fin despiertas y me gritas que también me esperaste, que tu pesar se aligera cuando mi amor te llega, que realmente nuestro amor se posa suave para sanar lo que hace tiempo ensució nuestros corazones...
Olvidas el rencor, el miedo, y derribas tus muros, abres las puertas para que tu alma vuele en libertad sin que la retenga nadie.

Y en tus ojos hallo la calma, el viento, el sol y el mar profundo que nos une, que nos cubre y engalana, buceando en nuestro espacio, esa burbuja sagrada que es testigo del poder de nuestras llamas ardiendo entre los besos que traspasan los cuerpos físicos para hacer el amor con las almas...

Y un resplandor dorado se funde con nuestras manos entrelazadas...

-Te amo - dice tu voz callada mientras un remolino de amor se despliega por mi ser en un estremecimiento de energías que se mezclan y se aman como nunca un ser humano podría amar si no fuera porque está con su verdadero amor, con su verdadera llama...

Y esas dos palabras se repiten incensantemente entre ambos, mientras la espiral de fulgor eterno se desliza uniéndonos en un estallido de placer en nuestros chakras, en todos nuestros cuerpos unidos en una esfera luminosa, y estalla y estalla, que brota y florece desprendiendo su aroma de chispas de amor que se dispersan como semillas que vuelan libres hasta tocar otras almas...

Mas cuando despierto del sueño de saberte entre mis brazos, cuando esta otra realidad se abre paso, veo tu rostro sufrido, perdido en tu propio olvido, y deseo no volver, quedarme en aquel paraíso, para no sufrir por tu silencio esquivo...



Aún tengo que sanar mis heridas por tu amor adormecido y comprender más allá de lo que en este mundo vivimos...
Estar preparada para ser como en mi sueño, un ser divino, capaz de despertar mi verdadera esencia para verme y comprenderme, para que tú puedas sentirme, y pueda así enseñarte quiénes somos ambos y por qué en la soledad me presientes...

Y si en la noche por un momento me sabes, me miras, me rozas en la distancia de nuestras mentes, tu corazón te hablará para que le escuches y para que comiences a fluir sin miedo hacia lo que no entiendes...

Fluye en tu camino y sueña, sueña, recuerda lo que eres, lo que siempre fuiste, ama lo que sueñas y despierta a ese sueño para que pueda cumplirse...

Arael Líntley

domingo, 20 de julio de 2014

DIOSA VIDA

Vuelan mis párpados antaño caídos, desmayados en el profundo miedo de estar vivos, ocultando a mis ojos la belleza de lo acontecido, el fulgor del brillo de las estrellas que se posan en mis pupilas a pesar de no haber podido ser testigo...
Y ahora que alzan sus alas y me abrazan al acertado sino, a la sublime realidad que no osaba contemplar cuando no la creía, cuando no la consideraba, cuando sólo conseguía nadar en dolor y en apego hacia lo que los demás consagraban, ahora, me baño en pétalos de luz sagrada, presencio milagros en cada gesto, en cada beso, en cada orilla de mi playa...

He conocido a la vida...



Se me ha clavado en la mirada, envuelta en las lágrimas de mi emoción extraviada, vencida por los temores de los dogmas de una sociedad apagada, desarmada de su propia fuerza individual, del amor, y en consecuencia, de la sabiduría de la colectividad armonizada...

He llenado mi copa de vida, del brebaje del universo, del hechizo incandescente del poder que sólo una diosa albergaría en lo más insondable de su alma, ritual de estrofas y versos surcando cada pluma de mis nuevas y radiantes alas, colmando mi corazón del amor más puro, límpido y hermoso que jamás haya sentido, amor a la vida, que me ha embrujado, que me ha enamorado abriendo mis ojos para poder ver cómo se dibuja un rezo, una historia, un comienzo, una fe vestida de velos que me muestran mis complejos, pues así los destierro, los venero como maestros certeros al enseñarme lo que sí tengo y descubrir que de nada carezco...

Y he comprendido que siempre estoy en lo cierto, crea blanco, crea negro, crea que todo es un desatino, un desafortunado esperpento, crea que todo es una increíble experiencia que se escribe a cada paso como un cuento...

La vida se asienta en uno mismo cuando la miras desde dentro...y te das cuenta entonces de que lo externo es un invento, hologramas de la mente que ha plasmado un mundo basándose en un patrón de miedos viejos, dudas de lo que somos y necesidad de seguir a un líder maestro que nos permita vivir en el silencio, acomodados pero sumidos en el caos que se cierne en nombre de lo que teóricamente es nuestro, suplicando el cambio cuando la metamorfosis está en tu pecho, tu esencia está marcando un ritmo, como un reloj que te va requiriendo, te pide que despiertes a tu mundo, para advertir por fin que la vida no es eso, que todo es falso, denso, y así liberarte de la mentira para ser de nuevo el cielo, el mar, el cosmos, el viento...

La vida es libertad, no es infierno, la vida es dulzura, no es tormento, la vida es respirar y ser, por ser y por existir, sin deberle a nadie nada por haber nacido, sin tener que pagarle a nadie por venir a este mundo tan retorcido...

Así que soy libre, vida en vida que se eleva y se divierte, que sonríe y que se siente, que se llena de más vida en cada elemento, sol, tierra, luna, aire, fuego de almas, de horizontes que florecen en cada amanecer sereno, siendo la vida misma encarnada en este pequeño y humilde cuerpo...

Arael Líntley

jueves, 10 de julio de 2014

UN REGALO



No sabemos lo que el otro ha sufrido, o lo que siente en su presente, no sabemos si es feliz, o si el dolor rige en su vida, no sabemos si sus miedos se apoderan de su caminar solitario, o si por el contrario, sus pasos están guiados por su alma sabia, conocedora de los grandes misterios que encierra el ser humano...

Ayer era frágil, triste, y esquiva de mi propia naturaleza, era una persona dormida en el temor de ser ella misma, era sumisa a lo que la sociedad imprimía en mí para poder ser una más, otra aceptada por cumplir con lo que la mayoría cumple, bajo las normas establecidas que nos manipulan a todos bajo la esclavitud invisible que hemos creado por separarnos de lo que somos en realidad dentro de nosotros...

No era tan distinta de lo que eran los demás, aunque yo me sentía una persona inadaptada por cómo me sentía dentro de mí, por mi profundo mundo interior, que trataba de ocultar tras varios intentos de compartirlo y ser excluída, maltratada, repudiada por mentes que no comprendían lo que expresaba...tal vez reflejando mi propia incomprensión hacia lo que me rodeaba...

Con el tiempo la vida lo pone todo en su sitio, tras varias experiencias, cada cual las que necesita para despertar de su letargo, de pronto abres los ojos y te das cuenta de cuántas veces has tropezado, muchas con la misma piedra, mismo patrón de comportamiento, mismo resultado, o parecido.

Pero te das cuenta de que ese no es el camino, de que algo falla en tu forma de proceder en la vida, y comienzas a cambiar algo en ti, o tal vez, sencillamente, un mecanismo de transformación interior se pone en marcha.

¿Qué persigo en la vida? Casi siempre mi respuesta era “Amor”... pero no amor romántico, sino amor, respirar amor, ser amor... Sin embargo me sentía ridícula, ingenua, absurda, ante un mundo lleno de fieras salvajes, inocente e ilusa soñadora en peligro ante lobos y leones, y me refugiaba en mi cueva, solitaria, envuelta en mi nostalgia, escribiendo en decenas de cuadernos cómo me sentía, cómo mi vida era un sin sentido total...

Las personas me parecían muros inquebrantables y su superficialidad me dolía, pues yo buscaba profundidad.

Me rendí y me conformé, me intenté adaptar y casi, casi lo logré, pero algo dentro de mí creció con fuerza para eclosionar, para explotar, para desvocarse, para demostrarme que lo que había en mí no podía ocultarse, que debía dejar de sentir miedo a ser lo que soy... tal vez siguiera siendo ilusa ante los ojos de otros, pero no podía serlo ante mis propios ojos, debía amarme, amarme de verdad y para eso debía descubrir lo que es en realidad el amor...

Aprendí que si miraba en mi interior, si me observaba con atención, podía ubicarme en mi presencia, sentir la vida latiendo, fuertemente, amar desinteresadamente, perder el miedo, aprender de mis reacciones, de mis temores, de mis dudas, de mis anhelos...
Y descubrí así, que no soy tan diferente de los otros...

Tal vez la diferencia resida en el permitir SER uno desde dentro de uno, o no permitirlo, tal vez lo que me hace distinta de otros es que he hallado mi alma en mí y me he enamorado de ella eternamente...

Cuando absorta en mí misma me sorprendo de mis complejos, una luz especial emerge y se posa en mi corazón, me habla con sensaciones, con silencios que expresan lo que no pueden transmitir las palabras, me envuelve dulce en su cálida transparencia enamorada, sí, enamorada de mi esencia real, enamorada de lo que soy en mí misma, sin porqués, sin explicaciones...
Y ese amor, que es esa maravillosa luz etérea, me enseña cada día, en cada momento, en cada lágrima derramada, en cada temor vivido, en cada desengaño, en cada enfrentamiento con esa parte difícil de la vida, que la verdad, la única verdad, es que existo, que soy, que siento, y que lo que pienso es sólo una ilusión, imaginación subjetiva, espejismo, mentira, conceptos que moldea la mente para aprender de lo que nos muestra la vida, sin embargo, el corazón, la esencia divina que somos, esa chispa de luz, esa estrella que habita en nosotros dentro de este receptáculo humano, es puro y magnificente amor, amor que si mirásemos con atención borraría todo el dolor que hemos sufrido, para que sólo fuéramos capaces de contemplar con ternura lo aprendido...

Y si nos damos la vuelta y miramos hacia atrás podemos entonces darnos cuenta de que no hemos amado de verdad, sino que hemos mendigado amor por necesidad, por no saber hallarnos a nosotros mismos ahí, en ese punto increíble, ese amor que somos nosotros mismos, eterno, imposible de entender, pues el amor no se comprende, se siente, se ES...

Como la mayoría, quise que me demostraran que me amaban, quise que me amaran como yo deseaba, quise que me necesitaran, quise que el romanticismo me colmara de magia, de besos, de miradas, de abrazos fieles y entregas ilimitadas... Quise que me dieran lo mismo que yo daba...

Y hoy, que me miro en el espejo de mi alma, sé que eso no es amar, no es amar el esperar ser amada, sino el amar sin esperar absolutamente nada...

El pasado es un gran maestro, el futuro es algo que estamos construyendo, el presente, el presente es el momento justo para darnos cuenta de que estamos existiendo, que somos seres perfectos, que somos el hoy del mañana y del pretérito...y que tenemos la oportunidad de sabernos ser, de amarnos, de ser ese amor que deseábamos que nos dieran otros, pues eso que sentimos cuando nos enamoramos es sólo nuestro, parte de nosotros mismos, no lo provoca el otro, lo provoca nuestra esencia, lo que somos, lo que seguiremos siendo...


Y al ver que ese amor nace de lo más profundo de mí, de mi alma, y que embriaga a todo mi cuerpo, he entendido que si yo amo es porque yo puedo, y no he de esperar que otro me devuelva lo que siento, no es necesario que me demuestre su amor, porque sé que todos lo tenemos dentro...

La verdad es tan insólita que nadie podría creerlo, el ser humano es amor, amor en su ser verdadero, pero decide si quiere o no quiere saberlo, experimentarlo, expresarlo, o decide si prefiere refugiarse en lo contrario...

Los opuestos, la dualidad, forman parte de los seres humanos, y dentro de ellos, unos deciden ser amor y otros miedo, unos dulzura, otros agresión, unos sabiduría, otros olvido y temor, unos aprendizaje y consciencia, otros desolación... Podemos vivir hacia afuera, siendo sólo la superficie, o hacia adentro para darnos desde lo que somos hacia los demás, sin miedo, para amar de verdad, sin temor...

El regalo más grande que me he hecho ha sido encontrarme a mí misma, hallarme, saberme, explorarme, aceptarme, respetarme, y fluir desde mi alma sin miedo a ser como soy..




Cometo errores, errores que en realidad son maneras de aprenderme, de investigarme, de darme cuenta de lo que aún debo integrar en mí, y sé que debo agradecer a otros por ayudarme a comprenderme a través de lo que me han aportado.

El regalo más impresionante que he recibido, ha sido el que me han otorgado los demás, a través de las experiencias compartidas, me parecieran buenas o malas, pues en realidad sólo mi yo conceptual y mental necesita etiquetarlas como tales, mi alma sólo sabe que lo vivido fue preciso vivirlo para descubrirme y hallarme.

El regalo más sagrado que yo estoy aprendiendo a dar a otros y a mí misma, es amar desde lo más intenso de mi interior, sin expectativas, sin pedir nada a cambio, sin miedo a sufrir, sin condiciones que imponga la mente, en definitiva, amar desde el amor.

Sólo sé que no voy a exigirme, ni a reclamarle nada a nadie, aún sigo en esta vida aprendiendo a saberme y conocerme, y en ocasiones aún me hallo en esas reacciones tan humanas y perfectas para seguir aprendiendo de mí, de lo que soy, de lo que doy, de lo que aún espero...

Paradójicamente, aprender a ser yo me ayuda a comprender a otros...

Algún día, cuando me alcance, podré alcanzar también a la otra parte de mi energía, de mi esencia, en otro ser humano anclada, y sé, que sabré amar de una forma clara, no contaminada, para empezar de cero una vida real, vivida desde la verdadera esencia de las almas, almas que experimentan el amor y las emociones, las ideas, los conceptos, el pensamiento, desde lo que significa ser un ser humano, un ser humano que debe reubicarse en la naturaleza para recordar cómo ser consciencia equilibrada en este mundo, en simbiosis con el todo, en unión, en la inteligencia real del amor que mueve los hilos como si de casualidades se tratara...

Nada es casual, no existe eso, el azar no es más que el resultado de esa inteligencia elevada llamada Amor, que une o desune, que ata o desata, según lo que precisa cada uno de nosotros para reencontrarse, para despertarse, para llegar hacia ese lugar que desconoce: su propio ser, su sabiduría y su alma...

El camino que recorremos en la vida lo solemos hacer distraídos, sin mirar el paisaje, con la prisa de las obligaciones que nos imponemos, tales como trabajar para pagar las facturas, para comprar más cosas, para conseguir el coche de tus sueños, comodidades, para tener prestigio o fama, para ser reconocidos por los demás, para encontrar el amor, la pareja perfecta, un hombre atractivo, guapo, una mujer escultural, preciosa... pero no nos detenemos ni un segundo a escuchar esa voz que hay ahí dentro, ni miramos lo que nos rodea para saborear el momento, ni observamos qué pasa dentro de nosotros...

Y cuando conseguimos la casa, el trabajo perfecto, el coche, el arquetipo de pareja que está de acuerdo a lo que consideramos bello y adecuado, el estatus social, el prestigio... de repente un día paramos y un gran vacío se apodera de nosotros... y si no somos capaces de darnos cuenta al detenernos, la vida se encarga de arrebatarte todo lo conseguido para que te des cuenta de que habías depositado todo tu ser en lo externo, y al desaparecer ante tus ojos, nada tiene sentido, porque eres tú mismo el que se ha perdido...

Me encontré...y ahora sé que sin mí, sin mí sí que nada tendría sentido...

Ese es el regalo, tú mismo eres tu mayor regalo, ámate, siéntete, exprésate hacia el exterior como una rosa que florece, ama desde ti mismo, con todo tu ser, permite que esa inteligencia superior te guíe hacia tu felicidad interior, igual que la abeja sabe dónde está la flor, estando en conexión con su esencia, con el plan divino establecido por encima de todo, puedes compartirte, regalar tu amor con un sólo gesto, una mirada o una sonrisa, y permítete saber en qué forma deseas expresar el amor que hay en ti...

Mi regalo para ti es amarte incondicionalmente...a través de esta reflexión...

Enamórate de ti mismo, de ti misma...de tu alma...Sé amor...y serás tu mejor regalo...

Arael Líntley






jueves, 3 de julio de 2014

MI MUNDO INTERIOR

REFLEXIÓN

MI MUNDO INTERIOR

Nunca imaginé que la complejidad de mi persona pudiera llevarme por este laberinto de luces y sombras, de miedos y dudas, de verdades a medias o mentiras que parecían ser ciertas.
El ser humano se empeña en complicarlo todo, tal vez ese es el nombre propio de nuestra mente, que necesita resolver problemas, ecuaciones y entresijos varios para poder ser útil.

El corazón no es igual que la mente, no precisa de soluciones, no ve problemas ante él, sólo ve aprendizajes y experiencias, sólo hay amor en él, pero no es ese amor que los hombres conocen, sino el amor que no conocen, el que se convirtió en una quimera, en un cuento inalcanzable, en un horizonte que nunca logras rozar.

Mi naturaleza es, como la de todos los seres humanos, una mezcla entre esa complejidad de la mente y esa sencillez del corazón.

Mi camino, trazado desde antes de nacer en este lugar, consiste en lograr alcanzar esa sencillez, pues esa es la naturaleza del alma, lo demás es filosofía, pensamiento, un entretenimiento para el Ser, pero debe dejar de estar por encima de la pureza que hay en cada uno de nosotros, oculta bajo las capas de la razón.

En ocasiones me encuentro a mí misma divagando entre mis dudas y, en un segundo, extraviada en un mar de ideas que me emocionan, que me ayudan a encontrar un sentido a mi existencia, sin embargo suelen ser pensamientos que actuan como una droga que me eleva, partiendo desde el intelecto hacia el razonamiento, hacia el conocimiento, pero aun siendo tan locuaces y certeras, en realidad no puedo responder a mis preguntas a través de la mente, eso sólo me genera más y más interrogantes y muy pocas respuestas fiables, sólo cavilaciones.
Eso no quiere decir que el intelecto no sea capaz de llevarme hasta algunas soluciones, lo hace, pero sólo cuando se trata de problemas que provienen del mismo plano intelectual, con el plano emocional no funciona igual.

Hace un tiempo descubrí gracias a otros pensadores del corazón, que la razón sin el amor es como un círculo sin acabar, o una ecuación sin incógnita, o un universo sin estrellas y planetas.

De nada sirve la inteligencia si nuestra alma está desconectada de ella, si ésta no puede hacerla servir para actuar desde el amor universal e incondicional. El amor es un motor que puede guiarnos hacia la verdadera sabiduría, hacia ese universo colmado de luces, estrellas, planetas, galaxias...

He comprobado que cuando pienso desconectada de mi ser, acabo en un mar de confusiones, pues mis emociones se disparan y enturbian a mi mente, la cual no está para nada exenta de dichas emociones, ya que éstas provienen de ella.
Algunos creen que el amor nace de la mente, que es una emoción o un sentimiento, pero puedo afirmar desde mi propia experiencia, si bien no de una manera científica, tal como necesita le mente, que el amor es mucho más que eso, aunque no me refiero en absoluto al amor que los seres humanos creamos para sostenernos en este mundo sin volvernos locos ante la amargura de una vida en la soledad del alma.
El amor es un estado vibracional, nace de nuestra alma porque pertenece al alma, al ser, al espíritu, de hecho, somos amor en estado puro.
Eso significa que el amor del alma está muy por encima de la imitación insignificante que hemos inventado en este mundo. Los seres humanos siempre hemos estado demasiado distraídos intentando sobrevivir, no ser asesinados o no quedarnos sin alimento porque otros se lo pudieran llevar antes, preocupados por no morir mañana, en una primera fase de la humanidad, y más tarde, desesperados por no perder nuestra casa, nuestro trabajo, nuestra vida tal como la hemos construído, o incluso, algunos con más “suerte”, luchando por no dejar de disfrutar de ciertas comodidades, aunque eso signifique el sacrificio de otros.
Nos hemos inventado a nosotros mismos como los grandes egoístas que sólo quieren tenerlo todo a su alcance, olvidando que hay otros humanos sufriendo para que esos otros puedan tenerlo todo.

Libre albedrío que nos ha llevado a realizar pactos para saldar karmas, por una mala gestión de nuestro proceso de vida y experiencia en este lugar, alejándonos cada vez más de nuestra naturaleza verdadera, creyendo así que estamos todos separados, que lo que le sucede a uno, no le afecta al otro... Nada más lejos de la realidad, la naturaleza es una simbiosis perfecta, cuando un árbol es talado, todo el bosque se ve afectado, cuando un ser humano es asesinado, todo un mundo energético se ve comprometido...

Eso que creemos que es amor y que nos da derecho a poseer y desear poseer al ser amado, controlar lo que hace, o nos hace pensar que tenemos derecho sobre sus decisiones, eso, no es amor...

Amar es comprender, respetar la vida del otro, sus decisiones, no juzgar ni para bien, ni para mal, compartir y no competir, no desear estar por encima de nadie, dar sin esperar nada a cambio...



El amor del alma es capaz de ser amor siempre, sin importar nada, pero el amor del ser humano tiene muchas condiciones.

Me enfrenté a todos mis temores para alcanzar ese estado dentro de mí y expandirlo por todo lo que soy como humana. Como yo, otros también lo hicieron, y comenzamos así un proceso de reconocimiento de lo que somos en realidad que ha sido y es toda una gran aventura.

Ahí he descubierto que los conocimientos que hay en mi memoria mental se han ido uniendo a una sabiduría especial que nacía de lo más profundo de mí, era como si de pronto supiera más de lo que sabía, como si una fuerza interior me proporcionara más conocimiento. Yo lo empecé a llamar sabiduría ancestral, aunque también supe que era mi alma quien me acercaba hasta ese saber.
Resultó ser increíble descubrirme dentro de mí, ver mi potencial, y comprender que no me amaba, ni me respetaba tampoco a mí misma, que nadie sabe amarse y que ese es el origen del problema que tenemos como seres humanos, no sabemos amarnos y, como consecuencia, no sabemos amar a los demás, y eso quiere decir que estamos desconectados de nuestra alma y de nuestra fuente de origen, así como de las almas de los demás. Es como si las neuronas de nuestro cerebro decidieran ir cada una a lo suyo y no se comunicaran entre ellas, eso sería un caos para nuestro organismo, y así es como ha sido en nuestro mundo, un caos por la desconexión entre nosotros que estamos viviendo.
Somos algo así como células que han dejado de saber lo que son y han comenzado a atacar a su propio organismo. Como células individuales tenemos que volver a estar unidas, pero primero debemos recordar cuál es nuestra función o misión, amarnos, hallarnos a nosotras mismas, liberarnos de lo que nos enturbia y reconectar con el gran organismo que nos envuelve, en simbiosis, uniéndonos todas para que todo esté en orden y en perfecto equilibrio y armonía. Si fallamos, falla todo lo demás.

Así como supe que estamos desconectados de lo que somos, supe que había vivido hacia el exterior, pero ahora estoy viviendo hacia mi interior.
Algunos piensan que solo con comenzar a hacer este ejercicio de mirar dentro de sí mismos es ya suficiente, pero no es así, esto es como pensar que lanzarte al mar a nadar significa que puedes ya adentrarte en lo más profundo del mismo. Es muy distinto comenzar a nadar en tu océano interior, sentir esa superficie de tu interior, a andentrarte buceando cada vez más profundamente en tu alma. El alma es como un iceberg, puedes estar en contacto con lo que se ve con más facilidad, como siempre hice yo antes de bucear dentro de mí, siendo capaz de verla y sentirla, incluso era guiada por ella, pero no de la misma manera, ni con la misma intensidad que cuando la descubrí más allá de lo que mi vaga percepción me permitía en un principio.

Me he dado cuenta también de que algunas personas necesitan una detallada explicación de lo que es el alma, de lo que es el espíritu y la mente, pero para mí todo eso sólo son conceptos mentales, necesarios sólo para los que no saben conectar con su propia sabiduría interior, pues el alma te da las respuestas que la mente no sabe darte.
Me he encontrado en mi camino, llamémosle “espiritual”, aunque no lo considero un término adecuado, con personas que precisan hacerse notar con sus explicaciones sobre la ascensión, el futuro de la humanidad, el alma, el ego, pero todo eso no son más que términos conceptuales que necesita el propio ego para comprender qué está pasando en su interior y en consecuencia en el exterior.

En meditación he aprendido a desconectar de lo que hay ahí afuera, y ese estado de silencio me otorga la fuerza inconmensurable de mi alma, sin necesitar saber qué es el alma, sólo sintiendo lo que es, y así funciono yo, sintiendo, no es para mí importante ponerle nombre y apellido a las cosas que tienen que ver con mi ser o con mi alma, el lenguaje humano es demasiado burdo y obsoleto para definir con total veracidad y certeza lo que hay dentro de nosotros mismos... de nada sirven las explicaciones intelectuales y cultas de todo esto, a mí, me sobran.
Así también descubrí que mi gran sabiduría no reside en las palabras que utilizo para comunicarme, sino en los silencios que se ocultan dentro de mí.
Ahora, lo que más deseo, es poder comunicar esos silencios a través del corazón, desde mi alma hacia otras almas, sin necesidad de palabras...
Tal vez ese sea el paso siguiente, podernos comunicar sin verbalizar lo que hay en nosotros, ser capaces de mirarnos a los ojos y saber, a través de las sensaciones, lo que el otro nos quiere decir... Un paso posterior a nuestra reconexión con nuestro ser.

De hecho, es así como canalizo al etérico de mi alma gemela, me habla con sensaciones que yo recibo en mi corazón, y realmente hay demasiados mensajes en ellas, tantos que no se pueden decir con palabras. Lo curioso es que la sensación está colmada de amor, un amor que inunda todo mi cuerpo, mi ser completo, y su traducción en nuestro lenguaje sería muy larga, aunque sólo tarde un par de segundos en comunicarse conmigo, lo que me transmite podría ocupar más de cuarenta páginas como esta.

Para describir lo que se siente podría compararlo con las sensaciones que la música despierta en mí. Una bella melodía puede desencadenar en nosotros cientos de sensaciones y emociones, puede convertirse en la inspiración que nos lleve a escribir un poema, o puede hacernos recordar momentos maravillosos de nuestra vida. También podemos experimentar sensaciones cuando comemos una fruta fresca que nos encanta, o cuando alguien a quien amamos nos mira directamente a los ojos, transmitiendo todo su amor en su mirada. No es un secreto, ni un misterio, que las sensaciones no son fáciles de describir, pues están cargadas de información. Así es como nos podremos llegar a comunicar algún día.

Respecto a los términos más intelectuales, yo también podría usarlos, de hecho, dentro de mí hay mucha información que no sé como describir de una forma sencilla, pues tiene que ver con conceptos muy complejos sobre el universo, sobre la vida, sobre el ser humano y su despertar, pero están dentro de esos silencios, los cuales son grandes universos dentro de mí.
Sin embargo, no los uso si no es por un bien que no tenga que ver con mi ego personal, pues mi alma no necesita presumir de vocabulario, ni de sabiduría, ni de tener conocimientos y definiciones puntillosas y detalladas sobre los temas que tienen que ver con la espiritualidad, o con otros temas... no he venido a realizar ese trabajo, y los que me conocen de verdad saben que sólo lo comparto en privado, y sólo si es necesario o divertido hablar sobre ello.

Tal vez mi ego se enfada, se entristece y se indigna cuando ve que, incluso en un camino de reencuentro con uno mismo y su propia verdad, todavía seguimos compitiendo y buscando las diferencias que marquen quién sabe más, quién es más elevado, quién es un iluminado, quién se convierte en el más popular... quién tiene más conocimientos...

Cuando vi eso recordé que, antes de adentrarme tanto en mi alma, el mundo que me rodeaba y en el que vivía, no era muy diferente de esto que estoy viendo ahora... y eso decepcionó a mi parte más humana.
Nada ha cambiado a mi alrededor, el ser humano continua siendo igual que siempre, salvo en algunos casos en los que las almas han comenzado a resurgir y a ganarle terreno al ego. Supongo que todo es proceso y que tarde o temprano todos seremos más alma que ego, y supongo que debo aceptar lo que soy y lo que son los demás, al fin y al cabo, la decepción es responsabilidad del que ha sido decepcionado, pues somos nosotros los que ponemos espectativas, los que esperamos que una persona sea de una manera, los que idealizamos al otro, los que interpretamos lo que nos conviene, los que nos enamoramos y nos fijamos sólo en lo que esperamos que la otra persona sea. Tal vez, el otro también intenta aparentar algo que no es y por eso luego, tras el engaño, la decepción es doble. Ni mostramos lo que somos, ni queremos ver la realidad del otro, sino lo que deseamos ver para sentirnos complacidos.
Y es que realmente nada es lo que parece...por eso es importante aceptarnos y amarnos para mostrarnos como somos, sin querer aparentar otra cosa para agradar al otro, y para que seamos capaces de amar y aceptar al otro por lo que es, no por lo que desearíamos que fuera...

Sólo así surge el verdadero amor, sin referirme al amor de pareja, sino al amor en general, el amor hacia la verdad que hay en ti y hacia la verdad que hay en el otro.

Y sólo así, cuando hallas a tu compañero de camino puedes reconocerle desde tu verdad a la suya.

Arduo camino para dejar de ser ciegos...para dejar de vivir en un mundo de ilusiones y espejismos...

Por ahora, me conformo con saber mi verdad, con vivir en mi templo, con aprenderme a amar cada día más... Tal vez, con un poco de ayuda del universo, pueda reencontrarme con mi compañero energético, aunque para eso, él tendrá que hallar su propia verdad...arduo camino...mientras el ego se desespera en la espera y en el desasosiego de ver cómo caen los velos y se descubre la realidad, el alma se regocija por ese descubrimiento y por saber que ya queda menos en este camino...

A pesar de la tristeza de mi ego, la cual debo sanar con el amor de mi alma, comprendo que todo está bien, todo es como tiene que ser, todo está perfecto según el plan divino, pero añoro a mi compañero, añoro mi hogar, añoro poder respirar el amor que desprenden las almas despiertas a través de sus cuerpos...

Arael Líntley

miércoles, 2 de julio de 2014

UNA ROSA BLANCA

UNA ROSA BLANCA

Desahogo del alma – ser amor, o ser miedo

El miedo fue mi vestido no hace tanto tiempo, un traje de varias capas que se me fueron cayendo poco a poco, hasta dejarme desnuda de mis dudas, de mis temores, de mis llantos amargos...

En mi camino aprendí que me dolía lo que consideraba falsa sabiduría, esa que creía basada en los conocimientos adquiridos y almacenados en el hueco de las mentes que necesitan el reconocimiento de los demás para sentirse admiradas y aceptadas, así como la competencia de egos, la impureza de algunos que se alzan como grandes combatientes de la luz, siendo noche todavía,  cuyas banderas son las de un intelecto contaminado de los espejismos de este mundo corrupto, inyectados por el veneno de la conveniencia de ser los elegidos, ingenuos e ilusos escogidos por la nada... 
Todo eso hizo estragos en mí, la hipocresía del ser humano, ese agridulce pesar por el descubrimiento de lo que erróneamente he creído y afianzado, esa espectativa fiel hacia lo que otros mostraban de sí mismos, sin percatarme de que sólo mostraban lo que deseaban ser, o lo que deseaban parecer para seducir y conquistar, y no lo que eran realmente, sin darme cuenta de cuánto amor estaba olvidando en mí al creer que la fachada era la profundidad de los que se me revelaban.

Así fue, en esta ilógica batalla, como me desenmascaré a mí misma, inmersa de nuevo en lo externo, creyendo en lo incierto, descentrada de mi propio ser, en favor de hallar respuestas compartidas, deseando conectar con otras almas iguales, similares, con las mismas inquietudes... qué decepción... Permití cometer el mismo error que otros cometieron conmigo, interpretar en lugar de conocer...creer en lugar de tener la certeza en mi corazón... Sin embargo, todo es aprendizaje...icluso el dolor más horrible.

Saber y sentir cómo el ser humano navegaba en sus sombras me  ensombreció con las mías. No estaba, ni estoy exenta de la pena, de la oscuridad, de mis propias trampas, pero dentro de mí ya he destrozado las cadenas que me mantenían esclavizada...

Me repetí que no debo sufrir porque los otros sufran, no vale de nada... Me prometí que no quiero ser juzgada por no estar a la altura de expectativas equivocadas, pues tal vez no soy lo que aparento, sólo soy una simple rosa blanca abandonada en un desierto de dunas deseando ser recordada, en el recuerdo de lo que soy en una realidad sagrada... ¡Olvidada! y ahora que me acuerdo de lo que soy, voy a ser la lluvia que sacie la sed de mi tallo, de mi raíz y de mi alma...

Soy solitaria, pero no sé estar sin mí misma, en esta soledad intrínseca donde puedo ser yo, sin más, yo misma, más que nunca, desatada de los entresijos de lo que no resuena en mi alma como la verdad, la verdad, ese tesoro que se haya en cada uno de nosotros... Yo lo hallé y pretendí compartirlo, pero otros apedrearon mi fragilidad intacta. Yo permití ese ataque, que no fue tal cosa sino mi propio ego agitando las armas contra mí misma...

  • Aquí estoy yo, para demostrate que aún tienes dudas, que aún tienes miedo, que aún tienes que aprender a volar en esa libertad de tu ser...


Y tras clavarme la daga de la desconfianza en mi pecho, resurgí, me  recuperé y después fallecí dentro de mí misma, para poder ser un yo sin más dolor, para tener la gran certeza de quién soy, de cómo soy, de lo que doy, de lo que hay en mí, el conocimiento de mi propio universo, el universo en mí...

Y ahora, al mirarme, contemplo una rosa blanca que brilla en mi alma, se eleva desde lo más profundo de mí, pues eso soy, eso es lo que me salva de mí misma, ser lo que soy, a un paso de ser aún más ese espíritu que se adentra en mi cuerpo para ser dentro de mí la luz que arde en mi corazón de pétalos blancos, suaves, delicados, pétalos de amor eterno...

Me quedo en mi templo, a salvo, abrazada a mi alma, en mi soledad intensa soy y me siento, me entiendo, y en la pureza de mi verdad callada me sostengo, mejor ser y existir en mí, que no ser en ese mundo externo...

No renuncio a estar aquí, no me iré porque ya no tengo miedo, me quedo, pero mi sabiduría y mi amor los hallarás en mi silencio...y mis palabras serán tan sólo el eco de mi experiencia, de mi vuelo, de ese lugar que se halla dentro de mi cuerpo, atravesando la materia, lo denso, siendo la estrella, el cosmos, la luna, mi propio templo...

La rosa blanca se viste con su aroma, con su terciopelo, con su pureza, con su aceptación de sí misma... no soy otra cosa, y amo lo que soy aunque otros no me amen, no puedo ser ni quiero ser un ideal para nadie...

No pertenezco a este sitio, pero admito que si estoy aquí es porque así lo apruebo, porque así lo he elegido, porque el amor es el poder más grande que albergo...

Arael Líntley