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Los relatos del blog están divididos en varios títulos genéricos que son "Reflexiones", donde hallaréis escritos espirituales y reflexivos, "Una mirada al Alma" donde podréis leer historias muy profundas de crecimiento personal, del alma, "El Romántico Obsoleto", que cuenta con relatos de humor, irónicos, historias de la vida cotidiana del ser humano, "Diálogos", que son como la palabra dice, conversaciones que suelen ser muy profundas y espirituales, y por último he publicado tres capítulos de una de las novelas en las que estoy trabajando "Alma Cristalina". Disfrutad con todos ellos y compartidlos si os animáis a hacerlo para ayudarme a difundirlos.

Gracias por leerme, bendiciones a todos.

lunes, 26 de mayo de 2014

EL PORTAL DEL AMOR- DE VUELTA A CASA

PASAJE A OTRA REALIDAD....


Pasear por la playa, de noche, a la luz de la luna, bajo un cielo estrellado... Es algo sencillo pero es tan especial y tan hermoso que sólo recordar los momentos vividos cubierta de la magia del lugar y del instante, me ayuda a evocar las sensaciones que viví y que aún conservo en mí.

Fue en aquella playa de Alicante donde descubrimos ese lugar que parecía tener el poder de transportarnos a otras dimensiones más elevadas. Tan cargado de magia que lo bautizamos como el portal del amor. Allí, cada noche, tras la cena y un buen paseo descalzos por la arena de la playa, nos acercábamos hasta la presencia de lo que era una puerta hacia otras realidades.

La última noche ya sentía la nostalgia de la despedida y la tristeza comenzaba a empañar el momento que vivíamos con tanto amor. Aquellos días habían sido para mí una gran desconexión de las rutinas que la sociedad me imponía, y no deseaba regresar todavía.

  • No quiero estar aquí, en este mundo, detesto lo que se respira, el egoísmo, la violencia, la ignorancia estúpida de lo que realmente somos y deberíamos ser, no puedo más, deseo volver a casa – te dije sin saber exactamente cómo expresar mis sensaciones y lo que era en realidad mi verdadero hogar.
  • No te preocupes, amor mío -me contestaste tan tierno como siempre- voy a llevarte a un lugar donde te sentirás feliz, donde podrás respirar el amor que se emana desde el alma de cualquier ser vivo que lo habite. Allí experimentarás algo tan hermoso que cuando regresemos a nuestra vida cotidiana te lo llevarás contigo y cada vez que te sientas como ahora, podrás evocar este momento tan especial y revivirlo.

Tomaste mi mano suavemente. Al sentir tu tacto cálido y sutil mi emoción se disparó desde mi pecho hasta mi garganta y un suspiro espontáneo acompañó a una mirada de esas que siempre te dedico, de esas en las que mi devoción hacia ti se vuelve tan tangible como lo puede ser el abrazo que deseaba darte en aquel momento.
Me devolviste la mirada, y tus ojos azules, claros como gotas de mar regalándome su pureza, cambiantes como los cielos que en ocasiones se nublan y en otras se tornan intensos y penetrantes, se clavaron en los míos paralizando el tiempo eternamente, por un sólo segundo en el que nuestras almas se amaron delicadamente.
Anhelaba abrazarte, beberte, acariciar tu rostro con dulzura, besando cada centímetro de tu piel para llenarte de todo el amor que destilaba hacia ti, pero no podía.
Bajé la mirada entristecida por no lograr superar los obstáculos que me impedían hacer algo tan sencillo y normal como tocar tu pelo, ese flequillo largo que caía por tu frente, y retirarlo para mimarte, o hablarte al oído para expresarte con susurros todo lo que sentía en mi alma, o tirarme encima de ti para hacerte caer en la arena y jugar como niños, reírnos, divertirnos...

En cuanto me leíste te sentí envolverme con tu energía, esa que siempre me tranquiliza y me relaja, esa que me devuelve la sonrisa cuando me ocurre lo que me estaba sucediendo.

  • No te pongas triste, mi vida, entiendo lo que sientes, pero todo eso cambiará, no te preocupes, ahora céntrate en vivir esta experiencia, será muy especial, créeme.
  • Está bien, lo haré -te dije intentando disimular mis ganas de llorar- tranquilo, ya me siento mejor.

El hecho de vivir en mundos separados y distintos no había logrado destruir la unión que había entre nosotros, y nunca fue un inconveniente amarnos a pesar de las dificultades que nos habíamos encontrado en este mundo incoherente, donde las personas viven perdidas buscándose a sí mismas y tratando de encontrarle sentido a sus vidas, refugiándose a menudo en relaciones de pareja infructuosas, por miedo a la soledad, a no sentir amor en sus almas, a no ser capaces de envejecer con alguien a su lado para estar seguros de que siempre tendrían compañía. Aquellas personas para nosotros eran buscadoras del amor verdadero, pero se embarcaban en relaciones basadas en la atracción física, o sexual, o en la necesidad de ser amados, de amar, perdiéndose en el intento de estar con quien verdaderamente debían y deseaban estar. Eso sí, claro está, el primer paso nunca lo daban, ese primer paso en el que uno se descubre a sí mismo y conecta con su corazón, con su alma, pues sólo así es capaz de conseguir la honestidad consigo mismo, sólo así deja uno de engañarse.

  • En este lugar, mi bella, están esas almas que se aman con la mayor pureza que hayas podido experimentar.- Me dijiste señalando hacia el portal del almor.
  • Vamos ya, estoy deseando verles y sentirles.


Fuimos caminando hacia aquellas rocas donde las olas rompían y se convertían en espuma reluciente, reflejando la luz de la luna llena, plateada y preciosa como nunca antes la había podido admirar.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo, algo parecido a una pequeña sacudida eléctrica, y en un segundo aquel paraíso se abrió ante mí dejándome extasiada, sin aliento, era un sitio maravilloso.
El mar brillaba en tonos turquesa, la arena de la playa era blanca y resplandecía como en destellos luminosos que me cegaban. Estaba amaneciendo, el sol, de tonalidad anaranjada, cubría las turquesas olas del mar y la arena, y su color teñía el cielo con tonalidades rosadas y violetas que me fascinaron desde el primer momento.
Varias personas paseaban como lo hacíamos nosotros dos.
A lo lejos, una pareja permanecía sentada, observando el amanecer, abrazados como si eso fuera lo más importante que podían hacer en aquel momento, como si eso fuera lo único real en sus vidas.

  • Vamos, Ara, te llevaré con ellos para que los conozcas. -Me dijiste con una sonrisa de esas que me cortan la respiración.

Como si fuéramos aves, comenzamos a desplazarnos flotando por encima de la arena, lo cual fue una sorpresa para mí, pues el tacto de mis pies descalzos sobre aquel lugar era algo tan placentero que casi me sentía ofendida por no poder pisarlo.

Tus ojos brillaban por la felicidad del momento, y tu expresión era tan dulce que no podía mirar otra cosa que no fueras tú, y eso fue lo que me ayudó a darme cuenta de que estabas comunicándote con aquellas personas sin hablar verbalmente.

Ellos me miraron y sonrieron. La mujer, de aspecto muy humano, salvo por su cabello dorado y brillante que más que cabello parecían hilos finísimos de luz que procedían de su cabeza, y salvo por sus grandes ojos color granate, se acercó a mí y, con un gesto grácil se presentó.

  • Hola Araelm, bienvenida a nuestro hogar, tu hogar. Soy Arcanam, bueno, es lo más parecido en traducción en el idioma que conoces a lo que es en realidad mi nombre. Él es mi compañero, Artcanmam. Ambos estamos felices de compartir este momento contigo y con Araham.
  • Gracias, es un placer para mí y para mi pareja estar aquí, de veras.

Nos sentamos junto a aquellos seres y comenzamos a charlar sobre sus costumbres, su sociedad, o algo parecido, y otras cosas que yo comparaba con nuestra manera de vivir en nuestro planeta, realmente eran muy distintos a nosotros y hubiera deseado no regresar nunca más a mi realidad, pero aquello sólo era un regalo que duraría un breve momento.

  • Aquí el amor es algo que se respira en todas partes, la arena desprende amor, el mar también, los árboles, las montañas, cualquier lugar de este planeta es amor en estado puro, así que la energía que estás sintiendo vibrando en ti es de lo más hermoso que hayas podido sentir jamás.
  • Es como estar siempre enamorada -le dije Arcanam riéndome mientras sentía las cosquillas de esa energía en mi plexo solar.
  • Sí, y por eso, cada uno de nosotros vibramos así, en amor, pues es nuestra naturaleza.


Tenía curiosidad por saber cómo se relacionaban entre ellos, si había familias, si tenían hijos, si exitía el sexo, si se enamoraban...
  • Y ¿cómo os emparejáis aquí? ¿Tenéis llama gemela o alma gemela? -Pregunté sin poder contenerme.
  • No exactamente, nosotros llamamos llama gemela a nuestro ser, a lo que somos nosotros mismos dentro de nosotros mismos, a nuestro yo superior, y nuestra alma gemela, como tú dices, es aquel compañero que, por resonancia y frecuencia vibratoria, se adapta a nuestro campo magnético a la perfección. Vosotros llamáis a esto llama gemela, nosotros lo llamamos compañero o compañera energética. La energía que compartimos es idéntica, sería como encontrar en tu planeta a una persona con tus mismas huellas dactilares, idénticas. El sello energético de mi compañero y el mío son exactamente iguales.
  • Pero eso es algo así como tu hermano gemelo, ¿no? -pregunté intrigada.
  • Sí, es algo así, pero no nacemos como vosotros, no encarnamos, existimos de forma semietérea, semicorpórea, no morimos tampoco, sólo evolucionamos a través de nuestras experiencias y nos vamos trasladando a planos más elevados. Así que no nos emparejamos con nuestro compañero sino que existimos con él desde el principio.
  • Y..¿cuál fue el principio?
  • Al igual que vosotros no podéis recordar vuestra vidas pasadas o vuestros orígenes cuando encarnáis, nosotros no recordamos el principio con total claridad, sólo sabemos que descendimos de la fuente a otra realidad y que nos adaptamos a ella. Con el tiempo fuimos ascendiendo a otras dimensiones, con el objetivo de regresar de nuevo al UNO, pero no nos preocupa no recordar todo el proceso, no es de ninguna utilidad, sólo existimos, vivimos, gozamos de nuestra libertad, del amor y aprendemos de lo que experimentamos desde el amor.
  • ¿Y sois de sexos diferentes como en mi planeta? -pregunté mientras tú me lanzaste aquella miraba con picardía.
  • Sí, las energías en esta realidad están teñidas de cierta carga positiva o negativa, pero no tan opuesta y marcada como en vuestro planeta. Experimentamos la sexualidad con la entrega total de nuestros cuerpos, fundiéndolos en una sola energía y creando un vórtice luminoso al que llamamos óvalo. El óvalo está formado por nuestras luces incandescentes y dentro de él ambos perdemos la identidad, creando un fractal del UNO, de su esencia, y sintiendo el éxtasis de la unión total de nuestros seres.
  • ¡Madre mía! -exclamé con sorpresa -Eso debe de ser increíble.
  • Es hermoso y muy placentero -añadió Artcanmam con una sonrisa traviesa.

De pronto se hizo el silencio, tú hablabas de nuevo con ellos mentalmente y yo, ajena a vuestra conversación, me llenaba de todo aquello que estaba experimentando, pues presentía que se acercaba la hora de irnos.

  • No me quiero ir -te dije.
  • Tenemos que regresar, amor mío, considera esto como un gran regalo que nos han permitido descubrir para nutrirnos y alimentarnos de las fuerzas necesarias para continuar nuestro camino allí.
  • No, aquí puedo tocarte, aquí puedo sentirte de igual a igual, sé que este es nuestro hogar, quiero quedarme.
  • Sabes que aún no podemos hacer eso. Si te quedas aquí conmigo no culminarás lo que pactamos.
  • Pero estoy cansada de estar lejos de ti.
  • No estás lejos de mí, yo siempre estoy contigo, lo sabes, aunque mi presencia sea etérica.
  • ¿Realmente eres mi llama gemela, Araham?
  • En la Tierra sí, aquí soy tu compañero, así como Arcanam y Artcanmam, y ambos decidimos ir en misión para ayudar a la humanidad en su proceso de transformación.
  • Pero allí abajo no te encuentro, no sé dónde está ese hombre en el que te encarnaste.
  • No tienes que buscarme, ya lo sabes, sólo tienes que vivir, tienes que ser. Ara, debemos seguir adelante, si decides quedarte aquí me abandonarás, me dejarás solo allí, en la Tierra, y yo solo no podré llevar a cabo el plan divino que ambos sellamos con nuestro amor.
  • Está bien, prométeme algo y volveré.
  • De acuerdo, si puedo hacerlo, lo haré.
  • Prométeme que te encontraré.
  • No. Te prometo que yo te encontraré, te buscaré por donde sea, dejaré que mi alma me guíe, permitiré que mi corazón me hable, que él me oriente para hallarte, como siempre he hecho, y cuando lo haga, te prometo que te reconoceré, porque sentiré cómo mi alma te aclama, cómo desea salir de mí para unirse a la tuya. Te prometo que recordaré cuánto te amo y que nuestro amor en unión será una herramienta voraz, capaz de sanar a todo aquel que se halle cerca de nosotros... Te prometo que lo que es arriba es abajo y que tal y como somos uno en esta realidad a la cual pertenecemos, allí, en Gaia, seremos uno aunque nuestros cuerpos humanos, nuestros egos, tengan que depurarse hasta transformarnos en amor puro, amor para darnos, para dar a otros, para emanarlo por nuestros poros, por nuestros ojos, por nuestras voces al comunicar, o por tus escritos, aquellos que estén destinados a guiar, orientar o sanar a otros que estén en el camino del despertar... TE LO PROMETO.
  • Araham -te susurré- no me abandones nunca, eres la luz que ilumina mi camino.
  • Araelm, yo voy tejiendo los puentes por los que tú transitas, voy cubriendo tu camino de flores para que puedas sentir la alegría de la vida, voy construyendo la senda que luego tú pisas mientras aprendes, creces y desempeñas tu misión. He venido aquí para abrir tus caminos, para guiarte, para acompañarte en esta misión, pues mi función es apoyarte, darte mi mano y hacerte caminar por los trayectos que yo, previamente, he preparado para ti. Vine antes que tú para que cuando tú llegaras mi amor fuera como un libro que yo escribiría para ti, antes de que despertaras, y que irías leyendo para que te orientara y te diera la fuerza necesaria para alcanzar nuestros objetivos comunes... Tú y yo somos uno y nunca dejaremos de serlo, aunque la distancia física parezca que nos separe. Fluye con la vida y ella misma nos reunirá en lo físico cuando sea el momento adecuado.

Salimos de aquel paraíso tras un largo abrazo y un apasionado beso, que yo sentí físico en mis deseosos labios, labios que te anhelaban como el sediento en el desierto anhela el agua en su boca.

De nuevo en la playa de Alicante, de noche, bajo la luna llena, volví a mirarte. Allí estabas, etéreo, pero siendo tú...

  • Vámonos al apartamento, nos están esperando.- Me dijiste.
  • Sí, mañana tenemos que madrugar para tomar un tren.


Pasear por la playa, de noche, a la luz de la luna, bajo un cielo estrellado... Es algo sencillo pero es tan especial y tan hermoso que sólo recordar los momentos vividos cubierta de la magia del lugar y del instante, me ayuda a evocar las sensaciones que viví y que aún conservo en mí.

Hoy aún me pregunto qué fue lo que vi, qué fue lo que me mostraste, incluso aún mi ego me hace dudar de si estaré loca, si mis pensamientos me llevan al filo de la locura, si ser soñadora me ha convertido en alguien lejana a la cordura considerada normal en esta sociedad.
Sin embargo, reniego de ser una persona cuerda, prefiero vivir mi locura a ser como la mayoría de los cuerdos de este mundo, con mi locura soy feliz, y ella me ha otorgado el poder de ser yo, el poder de enfrentarme a mis miedos. No puedo decir que no tenga miedo a nada, al contrario, tengo miedo a muchas cosas, pero sí puedo decir que a todas ellas me enfrento y salgo más o menos airosa de las pruebas que la vida se empeña en presentarme. Yo las saludo -muy buenas querida circunstancia adversa- y luego la escalo, traspaso o derribo, para aprender y continuar mi camino.

¿Fantasía? ¿Realidad?...

Araham me diría...
Cierra los ojos y siente, porque todo aquello que sientes es totalmente real, así pues, será mejor que sientas emociones y sensaciones bellas, para que éstas se puedan manifestar en el mundo terrenal, para poderte crear un mundo tuyo, a tu disposición. El Universo te escucha y te regala lo que le pides, así que, pídele amor, que tus sueños se cumplan, besos, dulzura, luz, felicidad, entrega, fantasía hecha realidad, y él te otorgará lo que más deseas. Deséate tener a ti misma, deséate a ti plena y completa, deséate a ti amándote y el universo te regalará, no sólo tu amor propio, sino un amor de otro que te ame por lo que eres, y se ame por lo que es...”

Arael Líntley


viernes, 23 de mayo de 2014

ENAMORADA DEL AMOR



Ella se descubrió llorando mientras la música penetraba en lo más profundo de su alma, navegando por sus emociones, sus recuerdos, sus pensamientos, sus expresiones más humanas; surcando sus cielos, sus nubes, sus tormentas, sus desasosiegos; desnudando su esencia, su luz zafiro oculta bajo los miedos, los velos del dolor y del  olvido…

-     -  ¿Por qué estoy llorando?-se preguntó a sí misma.
-    -   Por amor- le respondió aquella misteriosa voz.

 Aquel susurro de luz azul se mezclaba con las flores del parque donde ella se había sentado a escuchar su música preferida. Era una grácil voz de mujer, muy familiar para ella.

-     -  ¿Por amor?, nadie llora por amor.-Afirmó ella con contundencia.-La gente llora por dolor, por desamor, por tristeza, por decepción, pero no por amor…

-     - ¿Por qué crees que lloras tú? –preguntó paciente la voz que poco a poco iba tomando una forma humana.

-     -  No lo sé.-Contestó confusa la mujer.

-    -   ¿Qué sientes?

-      - No sé exactamente lo que siento, pero mi pecho vibra, mis ojos desatan las lágrimas de mi alma, mis manos tiemblan, y no puedo dejar de sentir algo muy parecido a la felicidad.

-    -  Lloras por amor.-Afirmó alegre la voz.

-     - ¿Por amor hacia quién? –inquirió ella intrigada.

-      - Por amor hacia la vida, hacia la música que estás escuchando, hacia quien la haya compuesto y tocado, hacia lo que tus ojos etéricos contemplan en estos momentos, hacia ti misma.

-     - ¿Por qué crees eso? ¿y quién eres tú?

-     - Soy tu Alma, tu esencia, la que te acompaña, la que te ama y venera, la que te adora, la que te hace experimentar la dulce miel del amor hacia el amor. Sé lo que sientes porque yo también lo siento, porque vibro contigo, amo contigo, y me elevo cuando eres consciente de que estás enamorada del amor, enamorada de la vida.

-      -¿Enamorada del amor?, ¿es eso posible?

-      -Sí, sí lo es. 

-      - Creo que yo no soy capaz de enamorarme, querida alma, no como se supone que tendría que hacerlo. Hace tiempo que dejé de ser capaz de sentir esa emoción del enamoramiento.

-     - Tienes razón, querida humana, ya no eres como antes, ya no puedes engañarte, tu honestidad contigo misma te ha otorgado el poder de distinguir el amor verdadero del enamoramiento pasajero, y no te apetece seguir con la falacia de la invención de tu mente acerca del amor de pareja. Sin embargo, sí eres capaz de sentir ese gran amor hacia el amor, hacia la vida, hacia todos los seres que son y existen.



-      -Sí, es cierto, alma mía, pero a veces me parece triste no poder enamorarme, porque una vez descubierta la verdad sobre lo que enamorarse implica en realidad, ya no hay marcha atrás, sólo podría unirme a un ser que entendiera el amor como yo, un ser que lo sintiera desde lo más profundo de su alma, un ser que no tuviera dudas a la hora de entregarse por completo, pero sin olvidarse de amarse a sí mismo, de comprenderse y aceptarse con su propio respeto, aceptando sus errores como experiencias para crecer y aprender, creyendo en sí mismo y valorando su capacidad de amar y de dar, sin esperar nada a cambio. 

-     - Lo sé, no concibes el mundo al lado de una persona que no comprenda que amar significa ser uno con ese amor y que antes de dar ese amor verdadero y puro a otro ser humano, primero ha tenido que encontrarse consigo mismo en un largo caminar de encuentros y desencuentros, de metamorfosis y transformaciones que le han llevado a ser él mismo en su mejor versión, en su estado más puro y genuino, y ha aprendido que amarse a uno mismo conscientemente y libremente, aceptando su luz y su sombra, integrando su alma y su parte humana dentro de él, uniendo en sí mismo todos sus opuestos, es el primer paso para amar al prójimo, y en consecuencia, amar a su compañera/pareja, sin necesidad de ella,  sin ataduras que la limiten, sin que su ego la someta o la atrape en la red de las relaciones más banales de la humanidad  en la que vivís.

-    -  Tus palabras me arrancan todavía más lágrimas, alma mía.

-    -  Sí, lo sé, pero es porque resuenan en tu corazón.

-      -¿Y crees que encontraré a esa persona algún día en este lugar donde todos vamos tropezando en el intento de ser seres humanos sabios y elevados?

-      -Querida humana, un día de estos, cuando tropieces, caerás en sus brazos sin darte cuenta.

-     - Para ser un alma me resultas demasiado “romántica”, algo que considero más bien de carácter humano y emocional.

-      -Sí, tal vez, pero es mi romanticismo, mi sensibilidad, mi dulzura, las que te nutren e inspiran cuando deseas trasladar en papel aquello que no sabes describir con palabras, es mi visión de la vida la que te transporta a los mundos sutiles donde puedes contemplar amaneceres de espíritus fugaces y eternos, colmándote de sus divinas presencias, bebiendo sus luces para ser y existir desde ti misma hacia afuera, olvidando el exterior como punto de partida y fusionándote contigo misma en el acto más hermoso que has vivido jamás…enamorándote del amor de tu alma, mi amor por ti, tu amor como humana hacia mí.

-     - En realidad, no sé quién soy, no sé qué hago aquí, no sé por qué añoro tanto la unión con alguien que sea como yo.

-     - Porque aún no te has dado cuenta de que la unión se ha producido ya dentro de ti y que el exterior será la manifestación de lo que hay en tu interior… Mira dentro de ti y dime qué ves…

-      -Amor, veo mucho, muchísimo amor, es tanto y tan enorme que no puedo distinguirme yo.

-     - Ay mi querida humana, sí que puedes distinguirte, tú eres ese amor que ves, tú eres Amor.


Ella estalló en un mar de lágrimas de emoción y alegría al experimentarse a sí misma, al saberse hermosa, al sentirse enamorada del amor, y por tanto, enamorada de su esencia, de ella misma, de lo que ella era dentro de sí misma. Y descubrió así a su alma gemela, navegando en su luz, siendo amor junto a ella, abrazándose a la fusión de los polos opuestos dentro de su éxtasis de devoción y amor entrelazados en el amor más infinito y sagrado que jamás habría imaginado.

-     - Querida humana mía, ya estás lista para ser tú, ahora comenzarás tu viaje hacia el renacer de tu humanidad, de tu nueva esencia fundida conmigo, ahora experimentarás lo que es ser quien eres dentro de tu cuerpo físico y humano, ahora tu responsabilidad será mantenerte en este estado de fusión con tu ser,  para crecer dentro de ti misma y llegar a cumplir con tu pacto inicial. Ahora que ya has llegado por fin a la cima de la montaña, tendrás que volar, y tu nuevo camino será más liviano, pero recuerda, sigues aprendiendo, sigues creciendo, sigues experimentando, aunque la perspectiva sea distinta.

-      -Sí, querida alma, lo entiendo, pero ahora estoy asustada… ¿es eso normal?

-     - Sí, mientras seas humana, cualquier emoción será bienvenida porque de ella seguirás extrayendo la sabiduría necesaria para cada circunstancia alcanzada… Fluye y sé, fluye y vuela, fluye y no permitas que tus miedos hagan descender tu vuelo con el peso del anclaje de la densidad que destilan, siente el temor, míralo y déjalo pasar de largo… Ama, sonríe y siente…


La mujer abrió los ojos, la meditación había concluido, los mensajes habían sido recibidos, el sol se desvanecía poco a poco, las flores se adormecían, su cuerpo se había enfriado y su corazón rebosaba de alegría.

-     - Me voy a casa… - Se dijo mientras se ponía en pie. –Gracias, alma mía.

Arael Líntley.

jueves, 22 de mayo de 2014

HE VENIDO PARA QUEDARME

HE VENIDO PARA QUEDARME

Escuchando el mantra "Om mani padme Hum" cantado por Lex Van Someren, he sentido cómo mi alma me hablaba.
En su susurro, a veces casi imperceptible por el ruido de mis pensamientos desordenados y confusos, me ha estado contando cuál es mi presente, cuál es mi futuro, y cómo debo dejarme llevar por el viento de mi proceso hacia ese destino, que, por otro lado, es tal cual debía ser, de acuerdo con el plan trazado antes de que naciera.

  • Todo está bien.- me dice con su voz melodiosa y apacible.
Y yo, ajena a la realidad que vive mi Ser Superior, encastada en mi vida terrenal, en los problemas o los anhelos no cumplidos, me desmayo en un sueño profundo entre sus brazos y me entrego a su verdad.

Ya lejos de mi vida corporal, me adentro en un mar de belleza y paz, donde mi esencia brilla como un gran sol, como una estrella, y todo se vuelve hermoso, sencillo y comprensible.
La claridad me inunda, mi corazón rebosa de alegría, el amor parece cobrar sentido... y ahí está él.

Su presencia lo inunda todo, es mi mundo, el cielo que cubre mi vida y por donde vuelo libre como un ángel, el océano por donde navega mi alma y por donde me adentro para experimentarme y experimentarle, la tierra por donde piso para ser humana y para enraizarme para crecer más y aprender más y más...

Me mira con un amor infinito, con una conexión que me desviste del ego, con una devoción que me traspasa y me cala hasta extasiarme y hacerme vibrar extremadamente, mientras yo le devuelvo la misma mirada, causando el mismo efecto en él.

Un hilo de voz que nace de su alma maravillosa a la que amo de una forma que no podría nunca describir con la justicia que merece, se desliza de su corazón al mío.

- No te vayas, por favor. -Me dice con una expresión tan tierna que mis lágrimas se derraman sutiles, como diamantes que se mezclan con la luz de sus manos que acarician mi rostro etéreo.




Yo le miro con la dulzura más intensa que he sentido en mi vida humana, es más, jamás he experimentado tanto amor y tanta magestuosidad en mí misma, y es algo tan explosivo que mi pecho estalla emanando amor en forma de luz, de rayos incandescentes que le envuelven a él y le hacen estallar también rodeándome a mí con sus chispas de resplandecientes luces de amor y devoción.

Y entonces, la voz tenue de mi ser le dice mirándole a los ojos, desnuda de cualquier prejuicio, de cualquier temor, de cualquier diferencia que pueda separarme de él.

- He venido para quedarme...

Una carta de su puño y letra se graba en mí para siempre, sus palabras, aunque no las recuerdo, se han instalado en mí y me han devuelto la seguridad y la certeza de que realmente todo está bien...

De pronto, todo se desvanece, y sólo queda el residuo de su carta, de tinta azul, letra cursiva, palabras de letras redondas que me abrazan en mi despertar, tras mi conexión con ese mundo sutil hacia donde me han trasladado por unos minutos...

Estoy con los ojos abiertos, recordando su carta..., su petición, y mi respuesta...

- He venido para quedarme- digo en voz alta sin entender por qué mi Ser ha dicho tal cosa... 

A veces, los mensajes que recibo, las experiencias que vivo en esos mundos astrales o etéricos, me muestran algo que aún no ha ocurrido, algo que primero sucede en esas realidades y que luego se manifiesta en lo humano...
Pero mi ego, mi mente, se pregunta algo y vuelve a enturbiar las bellas sensaciones que me han colmado el corazón.

- ¿Será que pronto voy a encontrarle por fin en este plano físico? Eso continua siendo un misterio...

Y mis ojos vuelven a cerrarse para quedarme dormida guardando esa pregunta dentro de mí, envuelta en la duda de mis pensamientos...

Arael Líntley.

domingo, 11 de mayo de 2014

METAMORFOSIS

Son las ocho y media de la mañana.

El dulce aroma de este despertar me ha devuelto algunos recuerdos entrañables...

Mis ojos se han abierto al percibir la luz del sol filtrándose como un espía a través de las ranuras de la envejecida persiana de mi ventana.
Los he abierto con cierta dificultad, como si mis párpados me pidieran seguir cerrados para no volver a esta realidad todavía.

No temo lo que estoy experimentando, no rechazo lo que me rodea, sin embargo, cuando durante el sueño mi alma viaja a lugares hermosos y mágicos, donde me reencuentro con seres a los que amo, donde todo lo que existe está colmado del amor más puro e infinito, es complicado desear regresar a este lugar para continuar con la tarea elegida o encomendada.

Los recuerdos son ahora como ráfagas de viento pasajeras que se escriben en la vida de una persona que fui, que ya no soy, pero que a la vez sigo siendo...
El pasado es una historia, un párrafo, un capítulo del libro de mi vida, donde estoy escribiendo más y más, pero ahora...ahora ya no soy la misma persona...

Letras entrelazadas, palabras, expresiones, frases, párrafos...Si miro hacia atrás, si leo los anteriores relatos de ese libro, de mi historia, puedo ver la esencia de lo que siempre fue mi alma, escondida en un ser humano que aprendía a serlo torpemente...

Ya he abierto los ojos. Mi habitación está iluminada por el sol de una mañana primaveral, una mañaña maravillosa, y estoy lista para comenzar el día.
Aún tumbada sobre mi cama, envuelta en la sábana granate, siento la fragancia del ayer, y sin saber por qué, mis pensamientos comienzan a traer al presente hechos que hacía mucho tiempo que se habían olvidado.

Recuerdo aquel barco, aquel mar oscuro, iluminado por la luna llena, dibujada entre las pequeñas ondas del agua fluctuante, meciéndose suavemente en una danza cristalina y brillante, mientras yo, en cubierta, contemplaba aquella maravilla que mi alma apreciaba como si estuviera ante el tesoro más increíble del mundo.
La brisa marina y nocturna me envolvía y me transportaba a sensaciones que no podía comprender, ni etiquetar, sin embargo, era feliz, completamente feliz.



Era la primera vez que viajaba, la primera vez que me iba fuera de mi tierra.
Siempre fui una persona extraña para los demás, así que, en mi solitaria experiencia, me sumergí en aquellas emociones, ajena a todo lo demás, ajena incluso de mí misma...
Deseé quedarme allí para siempre, sintiendo el viento acariciar mi piel, jugar con mi pelo, mientras mis ojos se llenaban de lágrimas al observar aquella milagrosa aparición de la naturaleza, algo tan sencillo como ver la luna reflejada en el mar podía hacerme sentir como la chica más privilegiada del mundo por poderlo vivir.
El tiempo se detuvo allí...
Aún era una niña por aquel entonces, una niña de trece años que no conseguía encajar con nadie, que buscaba más allá de lo que la vida le mostraba, que sentía dentro de ella algo que no sabía explicar, que necesitaba poder gritar fuertemente al cielo que deseaba amar, respirar amor, el mismo amor que ella estaba sientiendo en aquel instante tan simple y mágico.

No viajaba sola, claro está, algunos de mis compañeros de viaje se mareaban en el barco, se aburrían, se contaban historias que a mí no me interesaban, y yo, como siempre, me apartaba de aquellos grupos y me evadía, me llenaba de mí misma, de lo que amaba, y lloraba de emoción al poder sentir la belleza de algo tan natural.

Recuerdo cómo deseaba hallarle...con sólo trece años mi corazón le sentía, sabía que existía, y por alguna extraña razón le buscaba en todas partes de una manera inconsciente, adornada de sueños, de fantasía e imaginación adolescente.

  • Tal vez le encuentre allí, tal vez esté allí...

Pero nunca apareció, ni en la pequeña isla de Ibiza, ni en Tenerife, ni en ningún lugar a los que me desplacé, siempre con esa pequeña esperanza de que el destino nos ayudara y nos hiciera coincidir en el mismo trocito de tierra.

Dentro de mí un pequeño dolor se instaló y se propagó por toda mi alma, el dolor de su ausencia humana, un dolor que creció enormemente en mi pecho.

Aquel viaje fue maravilloso, me divertí, sentí, experimenté... también sufrí el desprecio y el abandono cruel de mis amigas, el sabor agridulce de ser quién era, alguien difícil de comprender por los demás, pero dispuesta a dar mi amor a quien lo aceptara.

En mi cuerpo siento la brisa marina al recordar todo aquello, miro con amor y entendimiento la tristeza que sentí por lo sucedido con aquellas amigas de mi adolescencia, algo que marcó mi manera de ver la amistad, y siento la comprensión desde mi nueva yo de todo lo vivido, la aceptación, y el reconocimiento de ese gran dolor que crecía en mí al no hallar a ese ser que tanto sentía en mí, ese ser que sabía que existía, que tendría que encontrar en algún momento de mi vida.

Agradezco todo lo que viví en aquellos días, igual que lo que viví el resto de mi vida hasta llegar a este hoy.
No hace mucho tiempo que descubrí que ya no cabía más dolor dentro de mi alma, y un hecho tal vez fortuito, tal vez preparado por esas fuerzas invisibles que nos guían, destapó bruscamente lo que aún lo estaba reteniendo...
Y lloré casi una hora, grité mi dolor, y sentí que me liberaba...
Desde mi ego, desde mi parte más humana, no entendía por qué él, aquel ser, me había abandonado aquí, en este lugar, por qué se había olvidado de mí, por qué, si teníamos que estar juntos, no había aparecido nunca, y seguramente ni siquiera me buscaba o presentia como yo a él...
Creí estar loca, creí vivir en una fantasía, creí que lo que mi alma sentía no era real, que había perdido la razón, que él, ese él, era producto de mi deseo de amar y ser amada, pero...una vez más, mi corazón habló por encima de mi ego y me recordó que estaba sanando mi dolor, el dolor creado por mi mente al no hallarle en este plano físico.

  • Nunca niegues la verdad que sientes en tu corazón, la verdad de tu alma, cree en ti, cree en lo que sientes, en lo que percibes desde tu yo superior, no permitas que las dudas del ego te aparten de lo que eres, de lo que sabes, de lo que siempre has sabido. No importa el tiempo que ha transcurrido, importa que durante ese tiempo tú has aprendido, crecido, te has elevado, has sanado tu dolor, así que, el tiempo ha sido el puente y el camino que has necesitado para llegar a ser lo que eres, tú, la versión más pura de ti misma, la más cercana a tu verdadero Ser. Las circunstancias que has vivido eran necesarias, tus errores, no fueron errores, fueron pruebas, tus experiencias han sido tus asignaturas, tus emociones son tus herramientas para comprenderte y comprender a otros, tu ego es tu mayor aliado, no luches contra él, sé su aliada, porque el ego es el bastón que te ayudará a subir la cima de la montaña.
    Te has transformado, has cambiado, sí, conservando tu esencia, tu propia fragancia personal, pero te has ido convirtiendo en tu alma manifestada en un ser humano. Aún no has acabado tu metamorfosis, pero ya no eres la misma de antes, por eso cuando recuerdas todo aquello te das cuenta de que parece la vida de otra persona, no la tuya, y sólo sientes agradecimiento y amor al recordar. Ya no hay más tristeza en tu alma, ahora sólo queda la sabiduría que tus emociones y tus vivencias han sembrado en ti.
    Respecto a ese ser que buscabas...ahora ya sabes que no tenías que buscar, sabes que no tenías que esperar, sabes que sencillamente tenías que tener la certeza de que aparecería, porque así lo sentías en ti.
    No debes interpretar con tu mente lo que habla tu corazón, porque la mente siempre va más allá, intentando ponerle nombre a lo que no lo tiene, intentando imaginar cómo, cuándo y dónde sucederán los hechos, cuando éstos sencillamente sucederán sin más en el momento adecuado.
    Vive, siente, sé, pero no dejes que te manipulen tus pensamientos, tu ego o lo que otros te digan o interpreten de ti misma, sólo tú creas tu realidad, sólo tú tienes ese poder, no se lo cedas a nadie, sé luz, sé tu propia luz, sin ostentar nada, sólo sé lo que eres, así de simple, sé tú misma, porque sólo así serás lo mejor de ti, sólo así manifestarás el amor que eres, sólo así brillarás...

Metamorfosis...una transformación que todos hacemos sólo por nuestro paso, nuestros aprendizajes, nuestras experiencias...Metamorfosis...o tal vez sólo es volver al origen de lo que uno es en realidad...después de tropezar con falsos errores colocados ahí para darnos cuenta de quiénes o qué somos en realidad...

Mi cuerpo necesita movimiento, ya he recordado bastante y por hoy mis reflexiones me han dado un buen desayuno... Es increíble que nada más despertarme pueda conectar con mi ser, con mis recuerdos y con mi corazón...

Arael Líntley.