SECCIONES - TÍTULOS

Los relatos del blog están divididos en varios títulos genéricos que son "Reflexiones", donde hallaréis escritos espirituales y reflexivos, "Una mirada al Alma" donde podréis leer historias muy profundas de crecimiento personal, del alma, "El Romántico Obsoleto", que cuenta con relatos de humor, irónicos, historias de la vida cotidiana del ser humano, "Diálogos", que son como la palabra dice, conversaciones que suelen ser muy profundas y espirituales, y por último he publicado tres capítulos de una de las novelas en las que estoy trabajando "Alma Cristalina". Disfrutad con todos ellos y compartidlos si os animáis a hacerlo para ayudarme a difundirlos.

Gracias por leerme, bendiciones a todos.

domingo, 26 de enero de 2014

LA NIÑA Y EL PIANO

Siempre he sido una enamorada de la música romántica italiana, sobre todo de la que sonaba en los años setenta, cuando yo era una niña que no contaba más de cinco años.
Por alguna razón, algunas músicas que sonaban cuando yo sólo tenía esa corta edad, anidaron en mi corazón y se quedaron grabadas como una hermosa marca musical...

Sonaban en la emisora de radio que mi madre escuchaba mientras hacía sus tareas, entretanto, yo, probablemente jugaba distraída, pero mi corazón percibía esas melodías.

La música siempre fue para mí como parte de mi alma, parte de mí, adoraba el piano y tenía la capacidad de dejar fluir la música de mi esencia a través de mis manos, ni siquiera eso se puede decir que sea componer, era sólo dejar que las notas circularan a través de mí. Nunca aprendí solfeo, ni piano, pero cuando el alma se empeña en ser canción, lo es.



Una de las músicas que probablemente retuve en mi memoria y que surgía de mis manos cuando tenía un teclado a mi alcance, era la que a continuación he colgado, "Amore Grande, Amore Libero", supongo que me transmitía justamente lo que yo sentía y siento en mi corazón, un amor grande y libre, puro...


Recuerdo que, cada año en Navidad, el día de reyes, solíamos ir a visitar a mis tíos. Allí nos reuníamos todos los primos, también mi abuela, toda la famila paterna. En aquella ocasión alguien había recibido un regalo que fue para mí muy especial, no era para mí, pero me fascinó. Era un teclado, no muy grande, pero yo no tenía ninguno y mi alma estaba ansiosa por experimentar con aquel mini piano. Así que, en cuanto lo vi libre, comencé a dejarme llevar.
Pasado un rato, mi tía entró en la sala donde yo estaba tocando, atraída por la melodía que sonaba. Me miró sorprendida y emocionada y me preguntó:

  • ¿Cómo puede ser que tú sepas tocar esa canción?, ¿dónde la has oído? Debías ser muy pequeña cuando sonaba en la radio.

  • No lo sé- le dije- la siento dentro de mí. ¿Cómo se llama?

  • Es del “Guardiano del faro” y se llama “Amore grande, amore libero”. A mí me gustaba mucho, la escuchaba cuando era muy jovencita, pero tú debías tener unos tres o cuatro años.

  • Puede que me haya quedado grabada en la memoria, siempre la he escuchado en mi interior.

Aquella niña era ya una apasionada de la música y ésta evocaba en ella la poesía de su alma.

Ser introvertida y reservada no me había ayudado a manifestar mi deseo de aprender a tocar el piano, nunca mencionaba lo que mi alma hablaba, nunca expresaba mis sensaciones, me limitaba a observarlo todo minuciosamente, sin manifestaciones efusivas, sin muestras de afecto exteriorizado, mi mundo estaba dentro de mí, un gran océano, inmenso, pero inalcanzable para los demás. Era una niña extraña, que vivía en su interior, sin saber cómo mostrar quién era, y al mismo tiempo deseaba ser como todos los demás y que los demás la amaran, la descubrieran y la aceptaran como era.

A escondidas, cuando mi hermano menor recibió de regalo un teclado muy pequeñito, me encerraba en mi habitación y me ponía a tocar música, pequeñas melodías que surgían solas, como de una manera mágica. Experimentaba con las que ya conocía, buscaba otras más complicadas, las trabajaba y pulía, y ni siquiera sabía qué tecla marcaba el Do, o el Mi, tocaba por intuición.

A menudo encontró la niña la manera de ser música y hacerla sonar a través de algún intstrumento musical, en casa de su prima, donde percibió las notas de una melodía a la que llamó “Despedida”, y otra a la que llamó “Alma triste”, en su habitación, con el teclado de su hermano, o el de su hermana pequeña.
Más tarde tuvo la oportunidad de tocar un piano de verdad en casa de una amiga.
Realmente sus melodías reflejaban la tristeza que ella albergaba en su interior, extrañaba su verdadero hogar, aunque no supiera cuál era, extrañaba a otra alma que recordaba vagamente, siempre, desde muy pequeña.

Aquella niña, amante del piano, nunca creció, siempre quedó en mí deseando y soñando tener su piano de cola blanco en un salón de su futura casa, aprender a tocarlo con la caricia de su esencia, para evadirse a su mundo melodioso y amoroso, ese mundo que nunca acabó de mostrar del todo.

Así que, un día de finales de octubre, el día que cumplió los veinte años, recibió por fin su tan anhelado regalo, un teclado enorme, maravilloso, especial, donde la música fluiría mágica entre sus manos, sus dedos, su alma, su ser...

Y allí manifestó durante años más música, más esencia, más alma...

La niña y el piano viven dentro de mí, y todavía, en ocasiones, la puedo sentir tocando aquel teclado que aún conservo, después de veinte años.

Soy música, mi alma canta, ¿escuchas la melodía de tu alma?...Yo escucho la mía, yo soy esa melodía, soy la niña del piano de cola blanco.

Arael...

IL GUARDIANO DEL FARO


martes, 21 de enero de 2014

LA DANZA DE LA FUSIÓN

Bailando contigo, danzando entre las nubes, sintiendo nuestras almas etéreas como cuerpos sutiles, bellos, que conservan su juventud y su pureza...Danzando abrazados, sintiendo nuestros latidos álmicos, latidos de amor que pulsan su ritmo al unísono, marcando los besos que se nos derraman en los labios...

Las estrellas brillan para ofrecernos un ambiente hermoso y sereno, iluminado con su resplandor centelleante, y una luna menguante nos guía en nuestra pista de baile improvisada por la brisa nocturna ondeante bajo nuestros pies descalzos que se dibujan casi impalpables...

Te miro a los ojos y navego en ellos, un cosquilleo recorre mi cuerpo, mi rostro, cuando con el tuyo acaricias mis mejillas cerrando los ojos para sentirnos más, para amarnos, para hablarnos sin palabras, en silencio...
Te siento en mi espíritu, eres parte de él...

Así es como te vivo, envuelto en mis alas, rodeada por las tuyas, en una esfera de amor que es solo nuestra, nuestro espacio sagrado, para bailar, para volar, para amarnos, para mirarnos, mirarnos, mirarnos...
Así te veo, te veo... así existo en ti, diluida en tus pupilas, enamorada desde todo lo que soy, temblando de emoción por tu presencia...

Fundidos en luz, me siento renacer dentro de ti, te siento estremecer dentro de mí, somos uno, uno en el éxtasis más profundo de las almas, entregadas al placer del amor más sagrado, en la unión de los polos opuestos, cuyas energías se entremezclan, en una rendición al gozo total de la felicidad de las almas, que arden en la divina llama.



Y una explosión de energía elevada se propaga, un universo creado para amarnos, para difundir la luz y el amor, para anclarlo y extenderlo a nuestro alrededor... Nuestra misión es amarnos, de una manera elevada, entregando la energía del amor para que otros la integren para alcanzar su plenitud, su evolución, su despertar...para ser la humanidad del mañana...

La fusión nos atrapa, nos sentimos en ella, el uno al otro, te siento y percibo tu amor, tu fragancia, tu esencia, tu divinidad polarizada masculina, tu agitación, tu deseo de amar y de abandonarte al placer de ser uno, y tú me sientes, sientes mi delirio, mi rendición al delite de ser uno...mi estremecimiento...

Somos uno...en otro plano, más sutil, más etéreo, pero muy real...

Amarnos no está prohibido, ni vetado por la distancia de nuestros cuerpos físicos, no estamos separados, siempre que quiero, te encuentro... Y cuando deseamos entregarnos nuestro amor, sencillamente, nos amamos...

Al son de nuestro gran amor...bailamos...

Arael...

domingo, 19 de enero de 2014

ALMAS

Mientras escribo siempre me nutro con la música que inspira a mi alma y me ayudo de ello para poder expresar algunas sensaciones que no tienen traducción. Siempre intento trasladar en forma de palabra aquello que soy y siento, pero no siempre hago justicia a lo que hay dentro de mí, que es lo mismo que hay dentro de muchos... Espero haber sido generosa con esta reflexión y poder alcanzar las almas y corazones de los que lean mis humildes frases.... He aquí la música que me eleva...





 REFLEXIÓN SOBRE EL ALMA

El alma habla un lenguaje que es más parecido a un elixir que a una palabra... Recita fragancias sublimes de amor puro, coloreado con la sencillez de un pétalo, de un beso suave, de una caricia grácil...

La luz del corazón refleja la magnificencia del alma, y cuando amamos desde lo más profundo de nosotros mismos, conectando con el amor de todo nuestro espíritu, pareciera que nuestra esencia se escapa de la cárcel de este cuerpo, pues si no lo hiciera, no sería capaz de albergar tantísima energía de amor...Sin embargo, no es que nos deslicemos del cuerpo, sino que éste ha dejado lugar a más cantidad de luz, de amor, de Ser...Esto es tan increíble...

Así, un día descubres que amas de otra manera, amas más y con más pureza y te transformas en un niño, en su inocencia, regresas a ese estado en el que mantienes la capacidad de asombrarte sólo con el vuelo de un pájaro, emocionándote por cosas que antes te podían parecer nímias...
Mi alma habla con transparencia, ya no hay miedo...se acabó el miedo..., sólo hay amor... amor ...

Con el lenguaje del amor del alma he ido habituándome a percibir la realidad de otra forma, más completa, más sublime, más hermosa. Mis ojos ven más allá de lo que veían antes, conectando con la sabiduría de mi interior, interpretando aquello que observan con más nitidez.
A veces, cuando miro a una persona a los ojos, en su profundidad contemplo su propia alma, otras, preciso de unas horas para poder iniciar una conversación de corazón a corazón, pues no siempre se está predispuesto a permitir que alguien entre en tus secretos y los lea.

No es mi intención invadir a nadie, es sólo que, de manera natural, veo a quien está frente a mí. Para ello es necesario que haya un encuentro de almas, aunque las almas pueden hallarse en otros planos y conversar en la distancia física, a través de los sueños, o de otras maneras que he experimentado, y eso es algo bellísimo, pues así es como me he ido comunicando con un alma muy importante para mí.

A veces, conoces a alguien y te das cuenta de que hay bellos reencuentros con almas que ya estuvieron junto a mí en otras vidas, realidades o dimensiones. A estas almas siempre nos unen lazos especiales, diferentes, y siempre hay un reconocimiento instantáneo, aunque en ocasiones el ego nos ciega y nos cuesta verlo.

He ido conociendo algunas almas muy especiales para mí, otras con las que compartía lazos hermosos, pero sólo una que comparte con la mía algo más que un lazo de amor, mucho más que eso, porque es parte de mi Ser completo, una gota de mi propio océano, su océano, nuestro océano en común, nuestro origen después del Uno, de la Totalidad. Somos la misma ola rompiendo en diferentes lugares, procedentes del mismo mar, el cual procede del mismo planeta... Sería como decir que el planeta es la Fuente, y nosotros un Rayo que nace de ella y que decidió existir en forma de humano por duplicado, polarizando sus energías, femenino y masculino, y en el mismo lugar al mismo tiempo. Esto es algo más complejo, pero resulta más comprensible explicado así.

El ser humano, interpreta su anhelo hacia su opuesto polarizado como ese gran amor de su vida, su única alma gemela, el amor que está esperando para ser feliz, pero en realidad es un amor tan inmenso y extraordinario, que llega para arrasar toda la oscuridad y la sombra que hay todavía por sanar, llega para romper todos los esquemas mentales establecidos hasta el momento, y hay que ser muy valiente para aceptar ese amor en tu vida humana, hay que ser muy responsable ante tal divinidad, para amar de una manera pura, desinteresada, incondicional, respetuosa, siendo tan importante el amor de ambos que se convierte en lo principal, en el motor para que sus vidas humanas se acoplen y todo fluya desde la armonía y la serenidad. Para esto, las almas tienen que estar muy elevadas y los egos deben haber sido muy sutilizados.

Hallar a tu alma llama, se hace extraño para la mente,  que se ve reflejada en su opuesto con tanta fuerza que un terremoto de emociones se acelera y remueve todo aquello que aún está por sanar, incluso puede invadirte el miedo a través de mil preguntas y prejuicios.

El alma ama con una intensidad que el ego no puede controlar, ni manejar, así que, cuando ésta se expande y crece, se eleva y evoluciona, el ego debe adaptarse a lo que el alma está transmtiendo desde el corazón. No es algo sencillo, éste debe aprender a olvidar y a desaprender aquello que no era real, aquello creado por la multitud, aquello que no es la persona en sí, pero que definía al individuo bajo el viejo paradigma que muchas mentes inventaron y creyeron.

El alma habla el lenguaje del amor, un amor que sólo se puede comprender si el ego transmuta su fuerza opuesta y se integra con el alma ocupando el lugar que le corresponde. Así, cuando el ego, nuestra gran herramienta de aprendizaje, se rinde ante el amor del alma, el amor del Ser, todo empieza a fluir de una forma increíble. Sin embargo, para que el ego se rinda, primero el alma debe abrazarlo con su amor y ayudarlo a desechar toda la oscuridad que hay en él, y eso se hace mediante la luz, sacando a la luz a la sombra, aceptándola, superando las emociones que de ella se derraman y luego ya, por fin, iluminándola.

Experiencias, emociones, aprendizajes, comprensión, aceptación, perdón, superación, amor...

Un camino hacia nuestro interior, el viaje más importante de nuestra vida...

No tengas miedo de mirarte y dibujarte, de amarte, de comprenderte, de perdonarte, de entregarte a tu propio amor y grandeza, no tengas miedo de ser tú mismo, de SER, de amarte sin condiciones, ni juicios, y de amar a otros de la misma manera...No tengas miedo de sufrir, ni de hacer sufrir a otros, porque el miedo nos cierra las puertas de la felicidad, porque el miedo es la injusticia del ego hacia nosotros mismos, porque el miedo es la enfermedad del alma, porque el miedo puede negarte todo aquello que sueñas, porque el miedo es la vibración contraria al amor, porque el miedo te aparta de lo que amas...no tengas miedo de VIVIR...no tengas miedo de SOÑAR...no tengas miedo de AMAR...

Siente en ti el lenguaje de tu ALMA, escúchala, sé ALMA PURA...AMOR PURO...todo es posible... 


Arael...

jueves, 16 de enero de 2014

LLAMA GEMELA, PASADO Y FUTURO...

DIARIO DE UN REENCUENTRO ANHELADO

 LLAMA GEMELA, PASADO Y FUTURO...

Mi querido ser, mi querido otro yo, mi amor imposible, quisiera dedicarte estas palabras, para que me entiendas, para que puedas verme más profundamente, para desatar y sanar el dolor de toda esta espera que tanto tiempo me ha perseguido, para que comprendas mis temores, mis errores, mis anhelos.

Ni siquiera hoy por hoy puedo saber con exactitud quién eres, sólo asomo a percibir lo que he ido conociendo de tu persona, del hombre que eres en este plano, a través de lo que tú me has ido comunicando.

Te he estado viendo en mis sueños tantos años, tanto tiempo, te he estado sintiendo tan cerca, te he presentido, sabiendo que existías, que en algún lugar de este planeta habías encarnado para vivir esta experiencia de ser humano.
Estaba convencida de que podía encontrarte, pero los obstáculos me vencieron, la mente tiene muchos razonamientos para seducirnos y ponernos de su parte, así que la creí...

  • ¡¡¡No puede ser real, es sólo un sueño!!!”

Es tan fácil caer en el juego de lo que es real o irreal, ¿cómo diferenciar un oasis de un espejismo cuando estamos tan sedientos y cansados de buscar, de caminar, de creer...? ¿Cómo creer en los sueños cuando estos no son palpables?

Recuerdo la primera vez que te vi, en un mes de septiembre, con casi diez y seis años, allí estabas, tras esa puerta que nos separaba, pero que a la vez nos había reunido en ese mundo onírico, vestido con tu camisa de lino blanca, tus pantalones marrón claro, tus pies descalzos, sentado en el suelo de aquella casa donde crecimos en nuestra vida anterior, con los ojos cerrados, como si me llamaras en una meditación profunda. Tu pelo rubio, peinado con el flequillo a un lado, caía lacio, fino, tu piel tan blanca me sorprendió, siempre me habían atraído los chicos morenos, de pelo oscuro, pero tú, ahí, frente a mí, me hiciste explotar el corazón nada más escucharte decir que me necesitabas.
Cada noche que nos encontrábamos en esos mundos etéreos me salvabas de mis miedos, de lo que mi ego inventaba. Todo parecía fantasía, romanticismo, irrealidad, pero era feliz contigo, muy feliz.

El tiempo fue pasando, mientras te entregaba mi amor en esos mundos creados para amarnos, para crecer, para ayudarnos, para sentirnos, sin entender bien qué estaba pasando, sencillamente fluyendo en amor para sentirme dichosa con tu presencia.
Pero mi vida transcurría y cada día te añoraba más y más, no comprendía qué ocurría, necesitaba tenerte físicamente, ya no me conformaba con verte mientras dormía. Ya contaba con diez y nueve años cuando me decidí a no creer en ti, a no confiar en tus palabras.

Recuerdo que por fin vi tus ojos azul claro, tu mirada amorosa mientras llorabas nuestra despedida...

  • No puede ser real, eres un sueño, no puedo estar enamorada de un sueño, y además, me llevas más de diez años, es imposible, lo nuestro es imposible.
Tú, intentando no derramar las lágrimas que tu alma se guardaba con la esperanza de convencerme de que no te dijera adiós, estabas frente a mí, acariciando mi rostro con tu suave y delicada mano.
  • No lo es -me aseguraste- es posible, yo te amo, podemos vernos aquí siempre que queramos, no es necesario despedirnos.
  • No puedo, -insití con un dolor que me desgarraba el corazón- estoy sufriendo, te estoy buscando en el plano físico, no te encuentro, no puedo seguir con esto, necesito una vida normal.
  • Pero yo estoy también encarnado, hemos pactado estar juntos, nos tenemos que encontrar.

No sabía si estaba haciendo lo correcto, sin embargo, mi obsesión por ti me había llevado a necesitarte tanto que ya no soportaba la vida sin ti, tenía que aprender a vivir sin verte, sin sentirte, para poder adaptarme a la sociedad. Una adolescente enamorada de un chico que sólo conocía a través de los sueños no era lo más habitual, era imposible encajar con el resto.
  • No sé dónde buscarte, no sé ni por dónde empezar, no sé nada de ti, ni siquiera sé en qué país estás.
  • Me conoces, soy parte de ti, has visto mi aspecto, sientes que soy real, estoy enamorado de ti. -me dijiste con la voz temblorosa mientras tus lágrimas rodaban por tus mejillas.
  • Y yo de ti, pero no puedo, no puedo más. Cada chico que me atrae se convierte en un problema para mí, siempre tengo la esperanza de que dentro de ese cuerpo diferente de ti, estés tú.
  • Pero yo soy como me ves, soy así, como me muestro.
  • Lo sé, pero me estoy volviendo loca, ¡no te encuentro! Y estoy segura de que tú ni siquiera sabes de mi existencia. No te imaginas cómo me duele saber que tú, tal vez, ni siquiera recuerdes estos sueños, que tú estarás viviendo tu vida ajeno a mí, que aunque te encontrara no me reconocerías.
  • No puedo dejar que te vayas, no lo hagas por favor, te reconoceré cuando llegue el momento, te lo prometo.

Recuerdo tu beso tierno, dulce, desesperado por retenerme, un beso que me partió el alma, el beso que me hizo llorar, el beso que me llevé clavado en mí para siempre, mientras me iba para no volver más.




Ahí comencé a tratar de creer que eras un ángel, un ángel al que amaba, tal vez el recuerdo de un hombre al que amé en otra vida, pero no real en este mundo, no real como yo misma, sólo un espejismo, sólo un gran amor imposible al que debía dejar en los sueños para tratar de encajar con las personas de mi edad.
Pero no lo conseguía. Tu presencia me acompañaba, te sentía a mi lado, como un ángel guardián que me protegía, pensaba en ti muy a menudo, explicaba mis sueños como se explica una anécdota extraña, seguía fijándome en cada chico rubio de ojos claros, pero ninguno eras tú, tu rostro era inconfundible. Te dibujé mil veces, guardando tu rostro como un tesoro en mi carpeta, para poderte mirar con el consuelo de tener algo tuyo más allá de lo intangible.

El tiempo se me escapaba, yo quería saber qué era amar a una persona física, había añorado tanto tiempo escuchar los latidos de tu corazón bajo mi cuerpo, que me había marcado el firme objetivo de acariciar el sonido de las palpitaciones de aquel muchacho que fuera mi pareja, de aquel que me aceptara como yo era, con mis rarezas, con mi inadaptación a este mundo.

Y apareció él, alguien que me colmó de amor y felicidad, alguien que me dio el regalo más grande que el ser humano puede recibir, un alma gemela que me cuidó, me comprendió, me creyó. Siempre supo de ti, siempre conoció mi historia, siempre fui honesta con él y siempre me apoyó. Sin embargo no pude olvidarte nunca, siempre permaneciste en mi alma, pues no eras sólo otra alma gemela, eras mi complemento, mi otra mitad, mi única y verdadera llama gemela, aunque eso yo aún no lo sabía.

Pasaron los años, muchos años, y tú volviste cuando más te necesitaba...y te pedí que te quedaras...

Eso hizo que todo cambiara, desde aquel momento, un mundo nuevo se abrió ante mí, volvieron mis percepciones, volvió mi conexión con mis guías, los mensajes, pero con más fuerza que nunca, y todo en mí se transformó para siempre, lentamente pero con una fuerza brutal... y me quedé sola, de nuevo esperándote...

A través de tus misterios, en los sueños me fuiste mostrando el camino, pistas, frases que no entendía...

  • Somos como dos ríos que siempre se han ido uniendo y separando, pero ahora ya no tendremos que separarnos más.
  • No entiendo a qué te refieres, pero no quiero separarme de ti.

En realidad nunca acababa de entender lo que me querías decir, pero me iba escribiendo los sueños en un cuaderno para recordarlos más tarde, para no perder los detalles.

La conversación que más me impactó fue aquella que me hizo vibrar, aquella que me dio la esperanza de que todo era real...

  • Tú sabías que somos llamas gemelas, ¿por qué no me lo dijiste?-me preguntaste mientras me abrazabas apoyado en una columna.
  • Porque tenías que sentirlo tú en tu corazón.-Te contesté temblando por la energía y el amor que nos envolvían.
  • Yo lo siento en mí, dentro de mí, ahora ya no falta mucho para que nos encontremos, lee lo que te he dejado escrito -me dijiste mientras me dabas aquel libro con una nota de papel.
  • ¿Qué es lo que tengo que leer?
  • Lo sabrás cuando llegue el momento.
  • Está bien, estaré atenta.
  • Fíjate en mis manos -me dijiste- estoy cerca...
  • ¿Qué quieres decir?, no te comprendo.
  • Sólo recuerda eso.


Y mensaje tras mensaje, me fui imaginando la manera en que, quizás, te encontraría, en algún curso, alguna reunión, tal vez algún amigo en común nos presentaría. Fantaseaba con tu imagen, ya habían pasado veinticuatro años desde que empecé a verte en sueños, y continuaba viendo tu rostro joven, el rostro de un muchacho de apenas unos treinta años, y ya no tenías esa edad, así que trataba de vislumbrar tus arrugas, tu aspecto, tu sonrisa, tu pelo, ¿cuánto habrías cambiado?. Creí que tendrías unos diez años más que yo, como mucho, y sentía en mí que eras un hombre al que le interesarían los temas espirituales, que tal vez hicieras yoga, que salieras a correr muy a menudo, un hombre al que le gustara pasear cerca de la playa, que leyera mucho, solitario, seguro de sí mismo, fuerte, pero sensible, reservado y serio, aunque amigable y con don de gentes, algo aventurero, un hombre que había viajado, que había dejado su país y regresado en varias ocasiones, un hombre profundo, y según lo que tú me decías, un hombre que buscaba a su otra mitad, aunque muy exitoso con las mujeres, debido a su imagen.
Pensé que tal vez fueras alemán, por tu apariencia, holandés, inglés, o incluso barajé la posibilidad de que fueras francés. Siempre se me dieron bien los idiomas que proceden de las lenguas románicas, así que, por mi afinidad con el francés me pareció una opción razonable.

Pero la realidad a veces supera la imaginación...

Tú ya sabes todo lo que hemos vivido, cuántas señales he recibido, como aquella en que me dijiste aquellas palabras tan fuera de lugar “Dominem, dominem” ¿qué significaría eso?, tal vez lo importante fuera el hecho de que aquel autobús en el que nos encontrábamos me llevaba a Sant Gervasi, aquel lugar que tú sabes que tiempo después tuve que frecuentar durante tres años seguidos.

También recuerdo cómo huíamos por las calles del barrio gótico, en aquellos sueños en los que predominaban los carruajes, las calles con adoquines, la oscuridad de la noche y los besos furtivos...

Pareciera que he vivido en dos mundos a la vez, y en realidad ha sido así, sin embargo, quisiera que por fin te manifestaras en este plano, sin más misterios, sin más miedos, sin pistas por resolver, sin más pruebas agotadoras, sólo con la certeza de dos corazones que se han encontrado.
Continuaré mi camino, porque sé que estás ahí, mirándome, porque, después de tanto camino, tantos años, mi alma es incapaz de no reconocerte...

Hace muy poco tiempo me hiciste ver una película para darme un mensaje más, un mensaje de aliento, para darme fuerzas, para que no desfallezca, y fue algo maravilloso para mí, así que no voy a olvidar esa última frase, pues es justamente lo que estoy viviendo...

Todos tenemos un destino, algunos deciden perseguirlo y otros no, por suerte yo decidí hacerlo...”

Gracias por lo que me has dado en los otros planos, por amarme a través de la distancia, del tiempo, por tenerme presente siempre en tu alma, por encontrarme en el mundo de los sueños y mostrarme quién eres, por guiarme hasta ti en este plano, gracias, porque aunque tal vez no te encuentre, o porque aunque, aun haciéndolo, tú no sepas quién soy si sigues dormido en tu inconsciente, me has enseñado el verdadero amor del alma, me has conectado con mi propia esencia, me has impulsado a ser luz, me has otorgado la gracia de poder guiar y ayudar a otros en sus caminos, gracias porque eres la luz que me inspira, me eleva y me sana, gracias por existir, estés donde estés, tengas el nombre que tengas, seas en este plano quien seas... Gracias... 


...

Arael.









domingo, 12 de enero de 2014

LUCHA INTERNA

Algunos creen que siempre estoy en la luz, que siempre estoy conectada y que no me afecta el sufrimiento, sin embargo, eso no es cierto, soy como todos, me he descubierto en algunos momentos vencida y derrotada, pidiendo ayuda a mis guías para seguir adelante y para lograr comprender por qué estoy aquí.
No quisiera desanimar a nadie, ni aportar oscuridad a mi propio espacio, sin embargo, considero que mi parte más humana debe ser leída.
Esto es un reclamo de mi alma, tal vez contaminada del dolor que siente mi ego, un reclamo que muchos seguro habéis hecho, al igual que yo.

CARTA DE UN SER HUMANO


A vosotros, seres que, desde el otro lado nos guiáis y observáis, quisiera enviaros una carta, una carta que refleja el estado que los que vivimos aquí en este planeta, en esta humanidad, nos angustia en algunos momentos, nos descentra de lo que hemos venido a hacer o a ser, nos atrapa y nos hace sufrir, una carta que a la vez deseraría enviar a la humanidad completa...

Queridos seres humanos, queridos guías:


No sé cómo describir esta magnificencia en mi interior, este desasosiego que me abruma hasta el punto de parecer enloquecer por momentos. A veces, la comprensión de lo que mi alma sabe no es para nada algo fácil de asimilar por mi mente limitada, y la tristeza que me embarga en este momento, atraviesa mi corazón y lo aplasta con la terrible sensación de haber intentado intervenir en un destino inevitable que siempre se cierne sobre la raza humana.

El dolor que me está azotando el alma es el dolor de un ser que sabe que sus esfuerzos parecen estériles ante un grupo de realzados hombres, llámese raza infrahumana bajo el parecer de mi sentimiento humano y el de otros muchos. No sé cómo puedo explicar lo que siento en mí cuando me inunda este sentimiento de impotencia ante la barbarie que mis ojos contemplan, y no me refiero a los ojos de mi rostro de mujer humana, sino a los ojos de mi corazón, a los de mi alma. En muchas ocasiones he deseado marcharme de este lugar que tanto sufrimiento desprende en sí mismo, un sufrimiento que percibo en mi ser como un corte profundo que me sangra sin parar, desangra mi inocencia y mi esperanza de que algún día todo cambie.

Está claro que no se puede transformar algo que aún no está listo para ser transformado, sin embargo, sé muy bien que hay quienes están en el camino de esa metamorfosis, hay hombres y mujeres que se empiezan a dar cuenta de que hay que cambiar algo, algo que va más allá del mero hecho de que en esta vida sean represores u oprimidos, víctimas o no de la injusticia humana. Se trata de reconocer lo que somos, de conocernos, de saber quiénes somos y descubrir todos aquellos errores que hemos estado cometiendo una y otra vez, vida tras vida, reencarnación tras reencarnación, y dejar de cometerlos de una vez por todas!!!!



De repente me siento extraña, como si no fuera parte de esto, como si hubiera venido como espectadora, como una observadora que desea cumplir un objetivo claro, el de aportar luz a este caos de oscuridad tan absurdo.
Pero soy una pobre ilusa si creo que he venido sola a hacer esto, pues hay miles de personas que comparten esta visión, que han llegado con este objetivo, así que debo recordar que no estoy sola, que estoy rodeada de seres que han venido para ayudar, para dar amor, para dar luz, y que hay muchos otros seres humanos que también desean dar amor y luz y crecer, evolucionar, cambiar, elevarse y aportar su granito de arena para que la humanidad por fin crezca y deje de ser como un simple simio que se comporta como un puñado de gorilas que, en su jaula, se pelean por alcanzar la comida y el lugar más privilegiado, luchando y compitiendo entre ellos, matándose, hiriéndose, gruñéndose los unos a los otros...
Se amotinan para dominar a los demás y así conseguir esclavizarlos, es tan bajo que no entiendo ni siquiera cómo puede ser que aún exista este tipo de individuo en este mundo que lleva tanto tiempo de evolución. En definitiva, el ser humano no ha cambiado nada en todo este largo tiempo...

¿Hasta cuándo vamos a seguir siendo esos simios primitivos que se benefician del sufrimiento y el hambre, de la pobreza y el esfuerzo de los otros?

En ocasiones me imagino tirando la toalla, y pido que me lleven de aquí, que no lo soporto más, que no deseo continuar en este mundo incoherente y descabellado...

Por más tiempo que pasa, no consigo adaptarme a esto, no lo consigo...
Pero tengo una cosa muy clara, he decidido no rendirme, y eso es lo que voy a hacer, no rendirme, aunque me sienta sola, aunque desfallezca o me desespere, aunque no pueda comprender este sistema de vida que hay aquí, aunque me sienta como una extraterrestre que preferiría esconderse en un monasterio para no enfrentarse al mundo que le rodea y quedarse sólo con sus meditaciones y conexiones con el otro lado...

Entiendo muy bien a los que sufren por estar aquí, a los que han vivido vidas difíciles y han sufrido mucho, a los que han pensado alguna vez que ojalá el mundo se parase para apearse y marcharse, a los que miran al cielo y dicen “quiero irme a casa”, a los que se sienten solos y desamparados, a los que buscan a su complemento en polaridad, llamado también alma llama, o llama gemela, a los que lloran desde el alma la pena de ver un mundo tan distinto de lo que sienten en sí mismos que debería ser... pero no hay que desfallecer...

Llorar, sí, el alma a veces llora, mi alma lo hace, mis lágrimas también se asoman, como en cada uno de los que me leen, también puedo estar sumida en la oscuridad, también puedo sufrir, de hecho, mi hipersensibilidad me ha hecho fuerte, pero no insensible, todo lo contrario, he aprendido a ser más sabia, a protegerme del dolor, de la vibración negativa o tóxica que pueda dañarme, he aprendido a ver más allá del cuerpo físico, a mirar las almas de las personas, a saber cómo puedo ayudarlas si ellas me lo piden, pero me duele, sí, me duele ver la crueldad de algunos seres humanos con respecto a otros...

Hemos venido a experimentar, lo sé, pero no puedo comprender por qué tenemos que continuar experimentando el dolor hasta extremos tan despiadados... ¿Cuándo vamos a dejar de necesitar experimentar la atrocidad?

Cambiemos nosotros, sanemos, limpiemos la porquería que nos ensucia, dejemos paso a la luz, al amor, seamos por fin seres humanos de verdad, una nueva raza, la raza del hombre puro, el hombre de la nueva era de luz en la Tierra, en Gaia...

Esto es un reclamo, una llamada a la nueva humanidad...

Desde la desesperación de mi alma por la desesperanza pasajera que a veces la embriaga, reivindico el derecho del ser humano a avanzar, a elevarse, a lograr la luz que desea...

Desde el amor de mi espíritu, confío en la certeza de que eso va a suceder así porque ha llegado ya el momento...

Arael...


martes, 7 de enero de 2014

HISTORIA DE UN ALMA



Una historia romántica me nace para ser contada, un cuento donde existe el encanto del amor más puro y más sabio, el que encierra el alma.

Palabras que narran los versos de un sentimiento enlazado a la belleza, a la pureza y la inocencia que siempre estuvo intacta.
Intacta, indemne, brotando desde lo más profundo de mí, tal vez en una vulnerabilidad tangible, que expesa una mirada triste, expectante.
Esas palabras que hablan, fluyen desde mi océano hasta mi existencia humana, tan humana, que a veces me queda tan grande...

La magia cae del cielo para posarse en mi alba, en el amanecer de una nueva persona que ha resurgido desde mis entrañas, se expande en mis sentidos, entre mis manos se alza, y con los destellos luminosos que se me escapan desde mis palmas, intento guiar mi camino como un faro que se ayuda a sí mismo con su luz llameante, su luz hecha llama... A mi paso, la oscuridad se pierde, se escapa, se me enredan las chispas de amor que percibo, que me alcanzan, me siguen, me buscan, revolotean a mi alrededor, se “entrebesan”, chocan y se me colapsan para explotar en mi pecho, serenando incluso mi calma...
La cordura parece haber quedado vencida, la locura de mis sueños se hace viva, gana la batalla...



Puedo ser un ser que vaga en su mundo de magia, un ser que busca con anhelo a su alma compañera, su alma amada, la que la tiene enamorada, un ser que se desmaya entre las flores, que con su fragancia la arropan y la sacian, cuidan de sus miedos, se entretejen en sus pensamientos, le sosiegan con sus pétalos suaves que le engalanan... Puedo ser ese ser, lo soy...

Soy yo, yo soy, voy deshojando mis temores, sigo caminando, permitiendo que mis huellas dejen la marca de su paso errante, para rociarme de la plenitud de mi propia esencia, siendo completa en mi propia presencia, entera para no estar a medias, para mostrarme ante mi otro yo ya concluída, ya perpetua...

Aprendí a amarme, a respetarme, a valorarme, a no tener que justificarme, para aprender a amar libremente, sin ataduras, sin prejuzgar a nadie, para valorar lo que otros seres son en su esencia, para liberarme de lo que no me hacía ser yo misma, para depurarme...

Hoy soy un cuento, una historia infinita, un comienzo en un instante, un final que nunca llega, una salida, una entrada, un camino para un sólo caminante.

Y este cuento se va explicando cada día, cada noche, creándose, esbozándose en un minuto, al siguiente siendo arte..

Cada silencio que se dibuja en los albores del reencuentro con mi ansiado oasis, es el brote de una coincidencia absurda, o tal vez no, pues al imaginarme dentro de la magia, lo que ven los ojos de mi espíritu se hace palpable.

Una historia romántica me nace para ser contada, un cuento donde existe el encanto del amor más puro y más sabio, el que encierra el alma.

Esa leyenda que recorre mis venas, surge de un viaje, el viaje de regreso a casa, el viaje de regreso a la mitad de mi llama ondeante, la llama que complementa la energía de mi alma.

Y la aventura prosigue en el preludio de un futuro emocionante, un mañana que me abraza...

Arael L.

jueves, 2 de enero de 2014

CORAZÓN DE ÁNGEL



Me descubro nadando en tu amor como una sirena envuelta en la luz que tu océano desprende a mi alrededor.
El sueño que vivo contigo, me traslada a una realidad tan hermosa que me hace sentir la increíble y bellísima gratitud por esta vida que estoy experimentando. Me sumerjo en tus abrazos dentro de esos mundos que con mi cuerpo físico no alcanzo, mas los percibo tan reales como cuando voy caminando por las calles de mi ciudad o de este pueblo donde resido.



Corazón de ángel que me conquistas con el calor de tus manos soñadas, que me acarician mientras mis ojos se cierran cobijada en tus brazos, arropada por tus alas, desnuda de mis temores, amante de tu voz callada. Corazón de ángel que entre mis besos te desmayas, derrochando amor desde tu cuerpo sutil que me desarma, corazón de ángel que me descubres enamorada, explotando entre tu respiración y tu mirada, latiendo contigo al ritmo de dos almas entregadas.

Corazón de ángel que me desprendes de mi cautiverio humano, me elevas alto, muy alto, y en tu cielo de amor puro y encantado, cubierto de magia e ilusiones creadas para amarnos, me rozas toda entera con tus labios al besarme dulce en una danza de espíritus entrelazados. Corazón de ángel que pules mi alma como un diamante, para depurarla del dolor que la abruma, la cuidas y la calmas, la abrazas, la meces con tu amor eterno que me alaba, me despojas de las lágrimas que fluyen de mi ego derrotado, atormentado, extraviado...

Corazón de ángel, sabes muy bien cuánto te amo, que tu deseo sublime de devoción suspendido en el centro de mi esencia enamorada, me vence, me atrapa, colmándome de tu brillo deslumbrante cuando nuestras energias se amalgaman, fundidas en un torrente de estrellas que en el éxtasis se aman.

Corazón de angel, sigo anegada en el universo de tu existencia extraordinaria, reflejada en tu vida, como imagen que te sigue adonde vayas...


Si en mis sueños te hallo cuando me das tu mano para caminar a tu lado en este paraje creado, en este lugar de materialidad separada de lo que somos y fuimos, tal vez te hagas presente en este mundo, tal vez pueda regalarte mi sonrisa engalanada con el tierno aroma de tu alma... Si estás aquí, si de veras me estás buscando en este abismo de oscuridad donde no recuerdas nada, la luz que tú me otorgas relucirá en mi pecho y en mi mirada para que puedas verme, para que me reconozcas...

Corazón de ángel...no importa que lo físico nos ciegue, el amor que yo desprendo hacia ti te alcanza...el amor que tú me ofreces llena toda mi alma...

Arael...