Solía pensar que
lo que hay dentro de mí lo puedo encontrar ahí afuera...Solía
pensarlo, y encontré muchos "yoes", de esos que se mueven
en la energía del pensamiento, y me di cuenta de que ahí no había
otra cosa que disfraces, personajes diversos, algunos interesantes,
otros banales, otros fríos, otros cariñosos, pero todos eran sólo
una interpretación, un papel en una gran obra de teatro.
Solía pensar que podría mostrar mi desnudez y hallar otros que, como yo, dejaran colgados todos sus disfraces y se atrevieran a vivir siendo auténticos, siendo ellos, fuera de sus pensamientos, cerca de su corazón, pero entonces hallé muchas mentes confusas, nuevos personajes cuyo atuendo era místico y espiritual, un juego más dentro del gran juego...
Y entonces, mi personaje víctimista hizo su aparición para demostrarme que estaba sola, que nadie se desnudaba en realidad, todo era parte del teatro... Muchos amigos "despiertos" que sólo daban paso a ese nuevo personaje iluminado, y que realmente creían estar en el mundo espiritual, que realizaban acciones generosas con los demás pero sólo para sentir que realmente eran buenos y que estaban siendo altruistas, en fin, buenas acciones del personaje despierto.
Así que observé
dentro de mí, para comprobar si mis personajes estaban ahí, si yo
también había creado un disfraz de "iluminada", y me di
cuenta de que había nacido ella, "la observadora" un
personaje neutral que observaba sin juzgar y ponía orden dentro de
mis pensamientos...
Aprendí a ser esa
observadora de mí misma, de los demás, aprendí así a no esperar
nada, a no juzgar nada, a saber que todo tiene un "para qué"
y a reconocer que cada uno recorre su propio camino inventado por el
inconsciente (basado en sus propias creencias y arquetipos), transitado desde el ego y sus personajes, pero que
todos aquellos que sienten que hay algo más, que realmente desean
que esos disfraces estén ahí sólo para divertirse, sin confundirse
con el personaje que interpretan cuando lo llevan, iban en realidad
desnudos, con su Ser a flor de piel, estallando en mil rayos desde su
pecho, y que había esperanza...
¿Esperanza? Mi personaje observador no esperaba nada, sin embargo, se emocionaba cuando veía la luz en la mirada de otros, o en su corazón, y se alegraba cuando veía otros como él, y comenzó a observarse también a sí mismo... El observador observando lo que estaba sintiendo...
Tal vez es
inevitable estar ligado a las emociones, pues hasta el personaje
observador "siente", pero me he dado cuenta de que siente
de otra manera, desde otro punto de vista, desde algo que antes no
comprendía...
Todo está bien,
todo sigue un orden, un orden que se mueve hacia un orden diferente,
que desde el punto de vista de la mente humana podríamos llamar
"orden divino"...
El Ser no es
insensible, y la observadora que llevo en mi mente, se ha percatado
de que lo que algunos creen que es insensibilidad es sólo
neutralidad, es decir, el Ser no es castigador, no es sentenciador,
no premia los buenos comportamientos, ni fustiga a los que no son
buenos, el Ser no es polaridad, el Ser es Amor, pero amor como
energía, como vibración, y como tal ama sin condición...Pero eso
es muy dificil de comprender para el yo pequeño de nuestra mente, que
necesita tanto sentirse superior respecto a los que hacen el mal, o
superior respecto a los que hacen el bien, porque en un mundo dual
creado por una mente dual, cada uno elige su bando creyendo que es el
ganador, el mejor, el superior...
Sencillamente, yo
prefiero ver la desnudez del alma en los ojos de otros, y en mis
propios ojos, para así dejar a un lado la identidad de un personaje
dual...
Sin embargo,
vivimos aquí, bajo este paradigma, este manto que no es más que un
espejismo que nos muestra una serie de normas que, cuando las
seguimos, nos convierten en personas “norma-les”, todas con el
mismo ritmo, con el mismo objetivo, ser felices, aunque en una
sociedad donde la felicidad se ha convertido en algo tangible, alqo
que nos empeñamos en conseguir trabajando duro, siendo máquinas
humanas para los que lo tienen todo materialmente hablando, siendo
personal productivo, rentable, algo así como pilas para mantener un
mundo donde sólo unos cuantos disfrutan de esa falsa felicidad
material, a raudales, donde una botella de champán cuesta lo que un
pobre trabajador gana con mucho esfuerzo en todo un mes, no podemos
hacer otra cosa que rendirnos a ser como todos ellos o buscar dentro
de nosotros y dejar de ser “norma-les”...
No es necesario
entrar en esos detalles desagradables de cómo está hecho este
mundo, detalles que para muchos son incómodos y que siempre se dejan
a un lado para que no nos saquen de nuestra falsa estabilidad
absurda, donde la queja vacía se ha convertido también en una rutina. Tal
vez sólo pueda decir al respecto de todo este sistema del que muchos
desearíamos escapar corriendo despavoridos por su ridiculez y su
falta de inteligencia, que también desde el Ser, todo se vive de
otra forma, pues te das cuenta de que todo esto que hemos creado no
es más que el resultado de nuestra propia inconsciencia colectiva y
de que sólo viviendo desde la consciencia del Ser podemos llegar a
cambiar las cosas.
Realmente nuestro
ego es realmente muy hábil, escurridizo y tentador, porque después
de descubrir sus artimañas para convencerme (a mi yo observador) de
que si me quito los disfraces voy a ser apartada de todo, voy a
quedarme sola, no encontraré a nadie como yo, y envejeceré triste y
abandonada, sin amor, sin compañía, debo hacer un gran esfuerzo por
no pemitir que su miedo me envuelva y me desconecte de lo que soy, y
es que realmente, a veces saltan los demás personajes y uno en
especial llamado “conformismo” me suplica asustadísimo que deje
ya mi conexión con mi Ser, que estoy volviéndome loca y que en este
mundo no se puede vivir siendo el Ser que soy, que tengo que cederle
el poder de nuevo al Ego, el gran Ego que todo lo controla.
Y entonces aparece
esa típica frase “poner los pies en el suelo”, y yo respondo que
jamás los dejé de tener ahí, pero que lo que no se comprende desde
la mente, se ve como una amenaza que nos separa de la realidad
“terrenal” (suelo) y que no se trata de perder la cabeza, sino de
ganar consciencia...
Tal vez tenga razón
mi Ego y me quede sola, sin embargo eso no es ninguna tragedia, mi
Ser me acompaña y el juego de las parejas que se aman porque tienen
miedo a estar solas, o incompletas, no va conmigo, soy una mujer
completa, un alma entera, y si hay algún compañero en alguna parte
que sea Mi Compañero aunque todavía no estemos juntos, será y es
alguien que en el momento en que nos encontremos estará en conexión
con su Ser, lejos de los convencionalismos mentales, lejos del amor
pasajero basado en las afinidades mentales, sociales o físicas,
porque sólo sé amar así y merezco se amada de la misma manera.
Y después de que
la observadora comprenda que nunca está sola, que el ser es un todo
que la acompaña y que su compañero ya está con ella conectado
desde su Ser al suyo, parece que el pequeño yo se apacigua y
comprende que todo tiene ese “para qué” y que todo lo que tarda
en llegar es porque requiere de una maduración especial, y que
siempre resulta ser mejor que lo que llega rápido.
Tras una dura
búsqueda de un ideal creado por mi mente, basado en lo que como alma
sentía, y como Ser conocía, ahora me siento más fuerte que nunca,
y con las manos llenas de amor puedo decir que todos los caminos que
creamos para aprender o experimentar y para conocernos más, son
válidos, que ninguno es mejor que otro, que la ilusión de las
llamas gemelas ha sido un puente muy intenso hacia mi
autoconocimiento, que no se trata de que existan o no, estoy segura
de que las conexiones de almas son reales, y de que hay también
lazos kármicos (lazos de amor entre almas que provienen de otras
vidas) y mentales (programas ancestrales que nos impulsan a sentir
atracción hacia alguien), además de los vínculos que se crean a
través de los estímulos de nuestra parte más primitiva, sin
embargo, ahora por fin respiro liberada de una carga que arrastraba
desde hacía muchos años, y sólo siento y agradezco, amo y vivo el amor desde mi interior...
Y como si de una
graduación se tratara, dejo atrás lo que he aprendido de mí misma hasta ahora,
y con la ayuda de aquellas personas que llegaron a mi vida, y doy un
paso más, iniciando un nuevo ciclo donde sólo quiero vivir y
disfrutar, sin hacerme tantas preguntas basadas en el “porqué”,
abrazando lo que la vida me regale como experiencia, y escogiendo
sólo lo que sume en mi vida, descartando lo que resta, porque elijo
amar por encima de todo, amarlo todo, porque esta es mi naturaleza, sea o no comprendida por el ego global o individual...
La filósofa
observadora ha pasado a otro nivel, y comienza una nueva aventura con
más conexión con mi interior y con quien soy yo
multidimensionalmente...
Firma: LA
OBSERVADORA...
Arael Elämä.
Reflexiones
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