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Los relatos del blog están divididos en varios títulos genéricos que son "Reflexiones", donde hallaréis escritos espirituales y reflexivos, "Una mirada al Alma" donde podréis leer historias muy profundas de crecimiento personal, del alma, "El Romántico Obsoleto", que cuenta con relatos de humor, irónicos, historias de la vida cotidiana del ser humano, "Diálogos", que son como la palabra dice, conversaciones que suelen ser muy profundas y espirituales, y por último he publicado tres capítulos de una de las novelas en las que estoy trabajando "Alma Cristalina". Disfrutad con todos ellos y compartidlos si os animáis a hacerlo para ayudarme a difundirlos.

Gracias por leerme, bendiciones a todos.

martes, 21 de octubre de 2014

TE MIRÉ

Te miré...

Grácil, sigilosa, sin que apenas advirtieras mi presencia en tu alma, la rocé, la toqué, la besé, y ella me sonrió...

Siempre tuve el absurdo desatino de ser invisible ante la vida, ante los acontecimientos que los demás observaban expectantes, tal vez era yo quien no se daba la oportunidad de permitir que ellos me vieran, tal vez porque ni siquiera yo podía verme, ni mirarme, ni saberme, ni apreciarme.

Así que, como de costumbre, hice bien mi trabajo indolente en el que siempre soy sólo una nube pasajera, y fui transparente en mi sentir, en mi ser, y delicada en mi presencia, sutil como una pluma blanca que se desplaza discreta y cautelosa para no ser percibida, para no molestar a nadie, para ser sólo una suave caricia en la piel de los que ama, y me privé de ser amada al no ser alcanzada por tu mirada.



Así llegué hasta ti, así me respiraste como aire que se cuela en tus pulmones, aire hecho de versos, de poemas construidos desde mis anhelos, aire puro, frágil, eterno, aire que se desvanece como un sueño cuando despiertas, aire que se mezcla con tu cuerpo, con tu alma, y te visita como vaporoso compañero que te ama, te ama y te envuelve en su fulgor de estrellas exquisitas y fundidas en moléculas etéricas, confundidas con tu aliento, tragadas y esparcidas para darte luz, para regalarte el destello que encienda fuertemente la llama de tu fuego blanco, elevación de tu esencia atascada en el ensueño de lo ocurrido en los cuentos carentes de un abrazo, en los tiempos donde amar era el deleite de tu cuerpo, de tu mente, de tu alma regocijada en los misterios del amor no descubierto.

Eterna búsqueda no hallada, eterno manto de serpenteantes historias que se escapan con el tiempo, eterna huida, eterna lucha por hallar la victoria en el silencio.

Te miré...

Me enfrasqué en una danza al ritmo tímido de tu alma, al compás de tus latidos, girando y girando alrededor de tus ojos, planetas de sol y luna, luceros de calma y vida, galaxias de mares que cuentan quién eres con el sonido de las olas, que se ocultan tras los halos relucientes de las lluvias estelares que se ciernen sobre tu pecho para anclarse, para dotarte de la capacidad del brillo de la pureza de tu verdadera esencia encerrada en tu castillo, protegida por el dragón de la ira, de la rabia, del dolor y del delirio, bestia que controla los parajes para evitar que alguien te hiera, que alguien invada tus dominios.

Soy el caballero andante que se enzarza en la conquista de la dama que se esconde tras la muralla de piedra, dispuesto a salvarte, a liberarte del encierro que escogiste abrumado por el desacierto en una ruta colmada de traiciones incesantes, mentiras delirantes, marcas de guerra que todavía duelen, y que te apartan de quien eres.

Todo es falso, todo es invento de la mente, nada de esto es más que el teatro de este cuento donde tú te escondes, donde te rescato, donde soy invisible y no te desato, donde no me miras, no me ves y no entiendes mi relato.

Te miré...

Pero vivo en el mundo de los que no se ven, desapercibidos seres que se muestran como partículas de vapor, ante un ser amado que se muestra como gota de mar...si tu mundo y el mío fueran el mismo, tal vez sí nos podríamos amar, pero desde donde yo te miro, tú no me sabrás jamás...

Te miré...

Y cada día te volvería a mirar, sólo para amarte un poquito más...

Mas si deseas hallarme en algún lugar, besa tu esencia y me besarás, ama tu vida y me notarás, busca tu alma y me encontrarás...

Vivo en tu vida, vivo en la mía, soy tu camino y por mí caminas, eres el puente que marca el paso que invisible transito sin que me percibas.

Arael Líntley


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