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Los relatos del blog están divididos en varios títulos genéricos que son "Reflexiones", donde hallaréis escritos espirituales y reflexivos, "Una mirada al Alma" donde podréis leer historias muy profundas de crecimiento personal, del alma, "El Romántico Obsoleto", que cuenta con relatos de humor, irónicos, historias de la vida cotidiana del ser humano, "Diálogos", que son como la palabra dice, conversaciones que suelen ser muy profundas y espirituales, y por último he publicado tres capítulos de una de las novelas en las que estoy trabajando "Alma Cristalina". Disfrutad con todos ellos y compartidlos si os animáis a hacerlo para ayudarme a difundirlos.

Gracias por leerme, bendiciones a todos.

domingo, 29 de marzo de 2015

EN EL TREN DE LA VIDA (AMOR INUSUAL)

Hace tiempo que tomó el tren de la vida, descendiendo desde su mundo, como muchos otros, traspasando fronteras de nuevo.
Y el viaje, suave en ocasiones, intenso en otras, cómodo e incómodo, al principio le disgustaba. Ahora simplemente observa.

El otro día, subió al tren un hombre muy apuesto, vestido con ropa elegante, peinado con la delicadeza de un rey, y en su piel, como una caricia, un dulce aroma, mezcla de perfume y alma, embriagaba a todos los pasajeros.
Su profundo magnetismo atrapaba sin duda con suma facilidad a las mujeres de aquel vagón, mientras que ella, Clarisa, se limitaba a dejarse llevar por su admiración hacia su delicadeza, su atractivo aspecto, su arte para seducir. Ahondando un poco más en su actitud, comenzó a percibir en él cierta vanidad, o tal vez cierto deseo de ser admirado y valorado.

En pocos minutos, cinco o seis mujeres estaban ya rodeándole y preguntándole cómo se llamaba, a qué se dedicaba.

  • Me llamo Eloy.

Su voz resonó en el vagón como una ráfaga de belleza sublime, aquel hombre no parecía pertenecer a ese mundo, a ese tren.

Clarisa, que siempre observaba en silencio todo cuanto acontecía a su alrededor, supo ver que él, al igual que ella, no era un simple pasajero.
Pero no quería intervenir, no quería romper su serenidad interior y decidió poner fin a aquella extraña atracción que la invadía cuando le miraba.

Sabía perfectamente que ella no era inmune a su magnetismo, aunque también sabía que era consciente de ello y que eso la hacía diferente al resto, pues aquellas mujeres iban tras él movidas por algo que ni siquiera comprendían, impulsadas por su propia necesidad de ser amadas por él, o por alguien como él, o al menos ser halagadas por sus palabras, por sus miradas, por un gesto amable.

Así que prefirió mirar el paisaje y olvidarse de la presencia de aquel hombre llamado Eloy.




En ocasiones, los verdes prados la enamoraban y contemplarlos escuchando su música preferida convertía aquellas imágenes en un verdadero espectáculo maravilloso que la fascinaba.
En aquel momento, el tren estaba permitiéndole a Clarisa presenciar la magestuosa imagen del mar desde la montaña por donde estaba situado el trayecto en aquel momento. A ella le maravillaba el océano, se sentía uno con él, y aquello la tenía totalmente absorta. Disfrutar de aquella música en un danza idílica con aquello que estaba admirando desde la ventana del tren, era para ella todo un privilegio.

Sonaba un tema que ella consideraba sumamente hermoso cuando una voz masculina interrumpió su pensamiento.

  • Hola -dijo- ¿Hacia dónde te diriges?

Giró su rostro hacia el hombre que se había sentado a su lado. ¡Era él! No quería ni por asomo tener una conversación con aquella persona, pero era demasiado educada para no hacerlo y era demasiado atractivo para no mirarle y no responderle, así que se quitó los auriculares, puso sus ojos en los azules e intensos ojos de aquel hombre y le contestó.

  • Voy a Luz, ¿a dónde vas tú?

  • ¡Vaya! Yo también voy a Luz, iba en otro tren, pero tuve que bajar porque se había averidado, así que he tenido que subir a este. 
     
  • Oh, pues... qué bien -contestó titubeando sin saber cómo seguir la frase- Bueno, quería decir que qué bien que vayamos al mismo sitio, no que se haya averiado el otro tren... aunque, claro, si no se hubiera averiado no estarías aquí...

  • Cierto -dijo sonriendo mientras iluminaba todo a su alrededor con su deslumbrante sonrisa.

  • Sí, sí, cierto -afirmó Clarisa ruborizada y avergonzada por lo que estaba sintiendo. 
    Era extraño, estaba sumamente nerviosa, aquel hombre imponía con su presencia y ella luchaba para que no se notara cómo influía en ella. Ese magnetismo no tenía que dominarla, no, ella no podía caer en algo así.

  • ¿Cómo te llamas? -preguntó con gran interés.

  • Clarisa.

  • Hola Clarisa, soy Eloy – Le dijo tendiéndole la mano.

  • Encantada, Eloy - dijo algo desconcertada, mientras le saludaba con un apacible apretón de manos que fue suave y delicado, e inesperadamente electrizante.

  • ¿A qué te dedicas, Clarisa?.- Preguntó sin borrar aquella impresionante sonrisa.

  • Soy artista, bueno, al menos lo intento, pinto y escribo. Viajo por el mundo buscando lugares que me hagan vibrar el corazón y cuando los hallo, los pinto y escribo relatos y poemas sobre ellos y sobre lo que me hacen sentir, pero eso no me da de comer, si es eso lo que me preguntas.

  • ¡Qué interesante! Pero si eso no te da de comer, ¿qué lo hace?

  • Bueno, en parte sí me da de comer, pero también escribo en una revista para ganar algo fijo, lo hago desde mi portátil allá donde esté, y vendo mis obras, tanto las pictóricas, como los libros que escribo. También busco diferentes trabajos temporales allá donde voy de viaje, dependiendo del tiempo que vaya a pasar en ese lugar, así que gano dinero de aquí y de allá. La vida me sustenta.

  • Me encanta lo que dices, la vida te sustenta, eso es muy positivo. Yo soy médico, bueno, lo era hasta que decidí cambiar de vida e ir a Luz. ¿Por qué vas tú a Luz?

  • Porque deseo un mundo mejor, porque quiero ser mejor, porque creo en el amor, aunque para algunos suene ridículo ¿y tú, por qué vas a Luz?

  • En realidad hay varios motivos por los cuales me dirijo hacia allí, pero el más importante, el más real es que...Yo voy a Luz porque vas tú, y por cierto, no es nada rídiculo lo que dices.

  • ¿Qué quieres decir con eso de que vas a Luz porque voy yo? -le preguntó sorprendida.

  • ¿En serio aún no te has dado cuenta de quién soy? Me has estado llamando, y yo también a ti, me has estado buscando en momentos de sombra, sintiendo mi energía en momentos de luz, deseando que estuviera junto a ti, mirando a esa puerta del tren en cada parada, por si acaso aparecía, anhelando que algún día se cumpliera lo que te dije en un sueño, observando a todas las personas que subían y bajaban, llorando al sentirte absurda por creer en lo que tu corazón te dictaba. Pero yo no llegaba, no subía al vagón, no parecía real, sin embargo, ya estoy aquí, por fin, ¿y ni siquiera me reconoces?.

  • ¿Tú? Pero... yo no esperaba que fueras así, eres tan diferente, ¿cómo puedo saber que eres quien dices ser? No es la primera vez que me engaño a mí misma y, sinceramente, ya no creo que sea real ese hombre...

  • Mírame a los ojos -dijo después de quitarse la chaqueta americana que llevaba.

  • Sí, lo hago, pero tal vez eso no sirva.

De repente todo se transformó, el tren era más luminoso, los ojos de aquel hombre parecían el mismo cielo, su cabello lacio caía por su frente, su sonrisa le otorgaba una fulgurante apariencia que la traspasaba por completo...
Entonces se dio cuenta, su camisa blanca, su profunda dulzura, su alma elevada, pura, su corazón y el de ella unidos, sus auras fusionadas, y aquella explosión de amor y de luz que les envolvía y que emanaba con fuerza desde su unión, estallando una y otra vez en chispas luminosas y doradas que les abrazaban. Su campo cuántico y el de él eran uno solo, el amor era intenso y sus cuerpos parecían transformarse mientras se esparcía desde lo más hondo de sus esencias. Parecían seres de cristal en su interior, brillantes, reluciendo y centelleando como estrellas, cuya estela contagiaba de amor a todos los que les miraban allí en el tren.
De pronto un increíble sentimiento de felicidad la invadió y comenzó a llorar por la gran dicha que la inundaba, estaba allí, frente a él, cuando ya creía que no era real nada de lo que había sentido en su corazón. Y su piel se estremeció en su mejilla cuando la mano de él acarició tiernamente su rostro, mientras ella experimentaba el júbilo por poder tocar su pelo suave. Sus miradas hablaban por sí solas, sus cuerpos eran totalmente luminosos, su reconocimiento mutuo era una realidad palpable. Y entre lágrimas de emoción unas palabras sonaron como música divina, desde lo más profundo del ser de aquel hombre llamado Eloy...

  • Te amo...

Resonó en todo el universo el amor expandido, el amor en unión, el amor como gran descarga energética que transformó a todo aquel que se hallaba en aquel vagón...

  • Te amo también – contestó ella poniendo su mano en su corazón.

Ahora ya podían comenzar a realizar su misión. Se hallaron justo cuando él renunció a lo que no le hacía feliz y se encontró a sí mismo, se hallaron justo cuando ella dejó que la vida la abasteciera y cesó su búsqueda incesante, reconociéndose a sí misma en todo, amándose y permitiendo que la vida la sorprendiera, confiando en ella y en que era merecedora de todo cuanto deseara...

Todo estaba ya en su lugar, todo estaba bien, todo en perfecta armonía.
No hubiera imaginado que aquel hombre llamado Eloy, fuera El...

Y el tren llegó a su destino...

Aroma de Cristal
Eva Bailón

sábado, 21 de marzo de 2015

DIVA



En el esperpento de la imagen de lo que se muestra en el mundo de los vivos, la Diva se muestra ausente, envuelta en la tristeza de una decadencia provocada por la nube de la adoración. Su palidez ya no embriaga a fanáticos que la persiguen y la idolatran, su madurez se vuelve en su contra, su inseguridad es la madre de la intolerancia, de la autodestrucción, de la autocompasión y de la deprimente congestión de miedos e incertidumbres, colapso de éxitos que ahora sucumben y, aunque intente reponerse, ser ese gran ídolo que había sido, será imposible alcanzar la belleza de la última moda, esa joven que se muestra en los medios con su perfección como vestido, su bello rostro como portada y presentación, y su dulce voz aterciopelada que encandila a aquellos que la escuchan.

La preciosa Diva, ya no es objeto de deseo masculino, ya no la admiran las mujeres que la veneran deseando ser como ella, ahora quieren ser como otras porque son el rostro del ideal, del prototipo femenino de la actualidad.

Piensa que sólo tiene dos caminos, morir en el lamento por haber perdido el trono, o permitir que sea el personaje que inventó, esa gran diva, la que muera, para ser por fin quien realmente es.

Soltar, dejar ir a esa mujer asombrosa, de aspecto increíble, de curvas impresionantes, de labios carnosos y exuberantes, de cuerpo sensual y de atractivo imperdonable. Dejar atrás los halagos, las adulaciones, la falsedad de ese mundo que jamás la hizo sentir plena, ese mundo que la deslumbraba y la arropaba con el materialismo de lo fútil.

Ella había sido todo eso, todo eso y mucho más, sin embargo, jamás supo quien había dentro de ese aspecto físico, de esa creación hermosa, de ese personaje de ficción en el que se había convertido.

Mirando su reflejo en el espejo se da cuenta de que no sabe quién es, tal vez porque durante mucho tiempo, demasiado tiempo, ha fingido ser perfecta, sublime, encantadora, refinada, la mujer diez.




  • ¿Qué puedo hacer? - pregunta sin esperar respuesta con una duda entre sus manos. - ¿Desaparecer es la única solución, morir, dormirme y no despertar más?.
  • No – le responde una voz.
  • ¿Quién eres? - grita sorprendida al ver a una mujer resplandeciente sentada junto a ella.
  • Soy tú, tu verdadera tú, la mujer que no permitiste que viviera y fuera mientras el personaje de ficción se apoderó de ti para ser esa mujer que tu público, tus fans, querían que fueras. Has sido una hermosa utopía, una mentira, mientras yo, tu verdadera esencia, he permanecido oculta, tan oculta que no me conoces.
  • ¿En serio? ¿Es que estoy perdiendo la cabeza? ¿Eres una alucinación?
  • No, mi querida Diva, soy tu alma, que por fin se alza por encima de lo que no eres, para mostrarte tu verdadera belleza, tu verdadero coraje, tu maravillosa presencia.
  • Ya no me llames más así, no soy ninguna Diva, lo fui, pero ahora sólo soy la sombra de lo que fui. Está claro que así funciona el mundo, y aunque ya lo sabía, nunca imaginé que me sentiría así cuando mi fama y mis triunfos quedaran reducidos a un pasado que ya no volverá.
  • Te llamo Diva porque es lo que eres, porque no necesitas que los demás te adoren para serlo, porque en ti existe una mujer que se merece lo mejor, porque no debes basar tu valía en la aprobación, o la admiración que otros puedan otorgarte. Eres un ser lleno de vida, todavía te quedan muchos años para disfrutar de quien eres, de nuevos éxitos, pero esta vez tu victoria será concerte, saber de ti, de lo que eres en realidad, y dejar de buscar tu identidad en la fama. Fuiste una gran celebridad y eso fue una gran experiencia, ahora, tienes la responsabilidad de crecer con ello, de extraer de todas tus vivencias el jugo de la sabiduría que te ofrecerá un florecimiento como mujer, como persona, como ser humano.
  • No sé cómo se hace eso – dice sollozando casi sin atreverse a mirar a esa presencia que emana tanto amor hacia ella.
  • Sí, sí que lo sabes, porque yo soy tú, y si no supieras evolucionar, avanzar a través de tu camino de vida, si no fueras capaz de brillar sin que otros tengan que demostrarte cuánto reluces, yo no estaría ante ti conversando.
  • Si tú realmente eres yo, entonces tienes razón, pero siempre me valoré en función de lo que otros opinaban sobre mí, y no sé cómo hacerlo sin obtener la aceptación y el amor de otros.
  • Debes amarte, enamorarte de mí, de tu alma.
  • ¿Enamorarme de mí? Eso suena egocéntrico y narcisista, ¿no te parece?
  • No, mi querida Diva -dice sonriendo el Alma- amarte sin condiciones no es algo que provenga de tu ego, sino de tu corazón, de tu esencia, de mí misma, de tu Ser divino. Si todos nos amásemos así, créeme, esta humanidad sería muy diferente.
  • Si eso fuera así, tal vez viviríamos aislados unos de otros, no necesitaríamos relacionarnos con nadie, ¿no crees?.
  • Veo que sigues siendo muy analítica con todo, te gusta comprobar y ver para creer, pero en esto tienes que creer para ver, mi querida Diva, por eso estás contemplando ante ti a tu propia alma manifestada en luz, porque, aunque no te hayas dado cuenta, tú, ya crees. - Se acerca a ella y con una suave caricia en su rostro, prosigue su charla – Voy a contestarte ahora a tu pregunta. Verás, si tú te amaras de verdad, incondicionalmente, si vieras tu propia belleza y tu divinidad, te llenarías de ti misma, de tu propio amor, y lo emanarías, así como una estrella emana su luminiscencia, sin miedo, sin dolor, sin ninguna de esas emociones que nacen del desamor hacia uno mismo. Nada, ni nadie, te causarían envidia, ni rabia, ni te sentirías inferior a nadie, ni superior, amarías todo cuanto te rodea, tanto y con tanta fuerza, que la felicidad y la paz interior te inundarían en cada momento. Imagina un mundo donde todos sus habitantes fueran así, amantes de su Ser, de su existencia, en plenitud, en paz consigo mismos, sin conflictos por resolver dentro de ellos. Todos se amarían tanto como a su prójimo, porque el otro sería alguien más a quien amar incondicionalmente.
  • Eso que dices es muy hermoso, pero es idílico, no sé si el ser humano logrará eso alguna vez.
  • Tal vez sí, si así lo crees, pues lo que tú crees es lo que creas, y si lo creen muchos ya se estarán dando pasos agigantados hacia un nuevo ser humano. ¿No quieres probarlo?
  • Sí, claro, has conseguido que me olvide de mi desdicha.
  • Tu desdicha es tan relativa, linda Diva...Piensa que hay muchas personas que sufren porque no tienen un lugar donde vivir, o comida, o han perdido un familiar, o la guerra les rodea con mil atrocidades que tienen que vivir día tras día, pero ellos resisten, tienen esperanza. Mi querida Diva, cada alma tiene sus propios aprendizajes, sus propias vivencias, pero todas son amor y luz, y todas pueden llegar a despertar del largo letargo en el que la humanidad está sumergida. Debemos responsabilizarnos ya por fin de quienes somos, limpiarnos de tanto dolor, de tanta desesperación, de tanta opresión, y salir ahí afuera como dioses y diosas encarnados, para tomar el control de este paraíso que nos fue robado por la inconsciencia.
  • Creo que mi alma es un poco soñadora, o lo que es lo mismo, yo soy muy fantasiosa, creo que eres sólo una imaginación mía.
  • Bien, querida Diva, no importa si crees eso, importa que has escuchado todo lo que te he dicho. Dime ahora, ¿aún piensas en que sería mejor salir huyendo de tu situación quitándote la vida?
  • No, claro que no, tus palabras me han devuelto un rayo de esperanza, me siento dispuesta a creer que hay algo más que esta vida que he estado viviendo durante años, deseo empezar a ser yo misma y dejar de ser el personaje de ficción del que me hablas. Tienes toda la razón, no soy, ni he sido nunca esa mujer, fui una creación hecha para agradar a mi público.
  • Pues bien, ahora despierta, seca tus lágrimas, y comienza a vivir.
  • Lo haré, gracias querida alma.
  • Empieza a agradecerte a ti misma esta vida, lo que has aprendido, tus talentos, y todo aquello que aún tengas que limpiar de ti, porque todo eso es una bendición que te ayudará a seguir los pasos hacia tu mejor versión. Ahora vas a realizar un camino muy importante, hacia tu interior.

El alma de luz se desvanece lentamente con una sorisa y con una gran irradiación de amor hacia la Diva, mientras ella se pone en pie, se lava la cara y vuelve a mirarse en el espejo. Con los ojos llenos de vida, se dice:

  • Hoy es el primer día del resto de mi vida, y a partir de ahora, me diré esto todos los días al despertarme. Gracias, gracias por esta oportunidad.

Eva Bailón.

sábado, 7 de marzo de 2015

SANACIÓN

Se rompen las rocas de dolor endurecido,se funden entre la tempestad de los mil llantos que se subleban y que se arremolinan en todo su cuerpo para darse por vencido, canta su lágrima viva desde la muerte de lo que acalló la alegría y la encarceló antaño.

La sangre se vuelve luz albina, sus células quiebran la capa de sufrimiento heredada y se liberan, su pecho se abre y destellos multicolor que serpentean y la rodean se expanden desde el cristal que habita en su corazón eterno, se eleva el delirio, el miedo, la rabia, el tormento, el pensamiento que martilleaba su pureza, la gravedad no existe y ya nada se adhiere a su persona, ahora estalla en pedazos la corteza de los desasosiegos que vestía su materia, ahora es etérea, por dentro, célula a célula, partícula a partícula, su composición varía, se transforma, se intensifica el fulgor de estrella y quema los hilos del pasado y de otras vidas...ya no estará más cautiva...



Parecía perecer en esta sanación tan crítica, mas su fortaleza la resguarda y su cuerpo débil remonta lentamente para levantarse y continuar esta nueva partida, en este juego, en esta vida, en la que sólo siendo un alma nacida, ya venció, ya triunfó, pues está descargando y redimiendo el pesar, la aflicción del ser humano a través de su presencia...

La Tierra le otorga la gracia, la savia para saber cuánta vida debe eximir de la culpa, de la torpeza del ayer, de la inconsciencia, el Cielo le concede la refulgencia para salvar lo que queda, para elevarla y para anclarla a la vez a la nueva existencia...

Dorado es el manto que la sostiene y que la abriga, es la fuente de gozo, la diosa divina que ama, que siente, que deja de ser carencia, que se llena de la estrella que es ella misma... tras el sollozo llegan la clemencia, la humildad y la grandeza...

Sanar es permitir que su ser sagrado se expanda y se manifieste en su forma más completa...

Eva Bailón...

jueves, 5 de marzo de 2015

AMAR DE VERDAD

Ayer estaba triste, como rosa desmayada, como pétalo marchito, como agua que se evapora porque no ha sido tocada, porque no ha sido encontrada...
La mentira del amor me roció en la aurora, me hizo pensar que estaba enamorada, y quizá lo estaba, mas el amor que en mi alma se forjaba estaba basado en un vacío insulso que no significaba nada, salvo carencia, necesidad no saciada.

Hoy he caido en el foso de la cordura de saberme equivocada, y el dolor de la caída, fractura de mi mente y de mi alma que ahora viven separadas, he sabido que el Amor no es lo que yo esperaba, no es lo que decidía el pensamiento, no es lo que el apego me enseñaba.

Y es que nos adiestran desde siempre para ser sólo marionetas, seres que se empujan en un mundo lleno de historias incompletas, de adicción a amar para tapar las manchas del temor, para buscar y buscar y no hallar más de lo que en nuestra mente inventamos para creer que lo que hay ahí delante de nosotros, se llama amor porque así lo llamamos.

Y en la mendicidad de lo que más soñamos, nos equivocamos, pero nos adentramos de igual forma para sentirnos rescatados, para bebernos la satisfacción del deseo de la carne, la pasión del desenfreno de la química que en nuesto cerebro nos fabrica, la película cuyos actores nos demuestran que enamorarse es sólo un cuento, pues tras el estallido inicial de lo que nos creemos, se halla un mundo que nos detalla la verdad para hacernos sentir que amar no es eso, que amar no es la fantasía de lo que desean los cuerpos, y el alma llora en su anhelo del Amor Verdadero...

Ayer me enamoré por completo, desesperada, exhausta de tanto amar, de tanto miedo...

Pero el miedo, mi gran maestro, me tradujo todos mis pensamientos, los redujo a meros inventos, y destapó su intención de ser lo contrario de lo que en mi Ser espero, pues el amor es lo contrario al miedo...



Amar no es temer, amar no es retener, amar no es sufrir, amar no es poseer, amar no es demostrar, amar no es querer...

Y así, tras permitirme llorar y sentir, desnudé mi alma al completo, me quité el traje de la creencia de que amar es estar enamorada, de querer al otro hasta ahogarme en el amor que le concedo, y olvidarme así de mi esencia, de mi templo...

Y ahora puedo decir “Te amo” sin recelo...

Te amo y amo el mundo que me bautiza con el nombre de la Vida cada día, te amo y amo las flores que tanto te agradan y admiras, te amo y amo lo que amas, lo que vives, lo que sueñas, te amo y amo la vida, amo el amor, amo tu cuerpo, tu alma, tu mente, tu risa, te amo y amo tus huellas, tus sombras, tu luz, tus heridas, te amo y amo a los chicos y chicas que tanto amas o cuidas, te amo incluso cuando te enamoras y cuando de mí te olvidas, te amo y amo tus triunfos y tus caídas, te amo y amo tu imagen, aunque en tu rostro haya arrugas o fatigas, te amo porque eres tú, mujer que miro cuando el espejo me devuelve lo que mis ojos miran, la diosa que crea en mí la presencia divina, capaz de hacer poesía con el amor que inspira...

Y ahora, ahora sí puedo amarte también a ti, mi vida, seas quien seas, estés donde estés, alma escondida, porque ahora, encendida la luz de mi esencia, esa luz que tanto brilla, ahora que estoy llena de mí, del agua eterna de mi mar y de mi orilla, puedo entregar lo que soy, sin reservas, sin medida, porque sólo siendo amor puedo amarte sin necesidad, ni mentiras...

El Amor no es dominarnos, ni perseguirnos, el amor es libertad, es la pureza y la grandeza de ser uno contigo mismo, no responsabilizar al ser amado de nuestra felicidad y atarlo así a nuestras creencias, a nuestro ideal de amor o de familia...

Por eso, a ti, amado que estás viniendo hacia mi mirada para mirarme desde tu ser completo y tu alma divina, no voy a darte algo inconcreto, voy a ser yo el amor, yo el beso, yo la ternura, yo la diosa que te ame como el dios que siempre fuiste, y así, unidos en la divinidad, crearemos en la tierra el cielo...

Eva Bailón B.