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Los relatos del blog están divididos en varios títulos genéricos que son "Reflexiones", donde hallaréis escritos espirituales y reflexivos, "Una mirada al Alma" donde podréis leer historias muy profundas de crecimiento personal, del alma, "El Romántico Obsoleto", que cuenta con relatos de humor, irónicos, historias de la vida cotidiana del ser humano, "Diálogos", que son como la palabra dice, conversaciones que suelen ser muy profundas y espirituales, y por último he publicado tres capítulos de una de las novelas en las que estoy trabajando "Alma Cristalina". Disfrutad con todos ellos y compartidlos si os animáis a hacerlo para ayudarme a difundirlos.

Gracias por leerme, bendiciones a todos.

lunes, 17 de agosto de 2015

HUMILDAD (REFLEXIÓN)

HUMILDAD
(Reflexión/observación)

Como siempre, voy observando a los demás y con ello lo que consigo es observarme a mí misma a través de lo que veo en los otros, por esa razón me he dado cuenta de que si critico a alguien, me estoy criticando a mí misma de alguna manera, ya que en realidad, el otro no existe, todo lo que veo es mi propia interpretación de la realidad, filtrada a través de mi sistema de creencias y traducida a mi propio nivel consciencial para ser comprendida.

Sin embargo, ya que esta realidad la percibimos desde la separación y vemos múltiples formas de vida, personas, animales, plantas, la experiencia se nos presenta en una amplia diversidad que, si bien son un reflejo de la vida en sí misma, para nuestra mente es muy difícil comprender que en realidad todo forma parte de una sola esencia.

Así que obervo, contemplo lo que hay a mi alrededor, como una extensión de lo que soy, y mi mente analítica intenta entender y plasmar lo que va asimilando en este escrito, mientras que mi mente creativa me hace sentir parte de un gran milagro y se ilusiona al poderlo transcribir en forma de palabras.

En mi juego particular de aprendizaje a través de la observación, he querido integrar bien qué es para mí la humildad y para ello primero he tenido que darme cuenta de qué no lo es.
He visto cómo algunas personas se jactan de ser humildes, y sin embargo, lejos de serlo, tratan de ser visibles bajo esa virtud, aunque lo que hacen sin darse cuenta es despreciarse a sí mismos, apartarse a un lado, e intentar creerse que no quieren resaltar sobre nadie, como jugando al escondite, porque quieren ser vistos, pero sin llamar la atención, aun consiguiendo el efecto contrario. Ellos no son capaces de reconocer su propio valor, lo anulan buscando que sean otros quiénes les valoren, y repiten una y otra vez que son muy humildes, para que quede claro que no quieren destacar, cuando en realidad lo están deseando. Eso no es ser humilde, eso es desvalorizarse y menospreciarse. La cuestión es que la falsa humildad  conlleva un comportamiento basado en lo siguiente: "como no sé cómo valorarme, necesito que los demás lo hagan, como no  reconozco mi valía, necesito que otros la reconozcan".

Entonces ves cómo esas personas comienzan a entregar su poder a la opinión y a los actos de los amigos, conocidos, familiares, dependiendo de ellos para sentirse bien. Si alguien no muestra interés por lo que hacen, se sienten heridos y ofendidos, si alguien no les presta la atención que necesitan, se molestan y se sienten enfadados con el mundo, creando una reacción de desprecios hacia sí mismos oculta en un intento de llamada de atención basada de nuevo en una falsa humildad y generosidad, que no es más un grito de socorro, un deseo de ser amado y valorado. Es algo bastante incoherente, una actitud polarizada dentro de uno mismo, “no me gusto, pero quiero gustar a los demás, si les gusto a ellos, me gustaré, pero no quiero destacar, así que gritaré bien fuerte que no quiero destacar, que soy humilde, a ver si así se dan cuenta de que existo”.

El comportamiento humano (ego) me parece muy interesante. No explico esto como una crítica, sino como una observación, y me pregunto cuántas veces habré hecho yo lo mismo, porque si soy capaz de ver eso es porque lo estoy reconociendo en mí. Partiendo de la base de que el otro no existe, que la iconsciencia colectiva nos une a todos a través de sistema de creencias generalizado, y de una serie programaciones mentales que todos cargamos a cuestas, cualquier observación que hagamos sobre el otro supone de una forma intrínseca la contemplación de uno mismo.

Así que he comprendido que la humildad es el propio reconocimiento de uno mismo, de nuestro valor, pero también es el reconocimiento del valor de los demás, sabiendo que podemos aportar mucho y que nos pueden aportar mucho también, sabiendo que no importa cuánto hayas aprendido, cuánto sepas, o cuantos conocimientos creas tener sobre la vida, siempre hay alguien que puede aportarte algo nuevo, algo que puedes estar necesitando, porque todos nos necesitamos, porque en realidad tú eres yo.

También veo que la vida, o el destino, o el universo, nos va aportando justamente aquellas experiencias que precisamos en cada momento para avanzar, para ir desarrollando nuestra consciencia y madurando emocionalmente, y para ello, se vale de las personas adecuadas, es decir, nadie llega a tu vida por casualidad y todos aquellos que vas conociendo son importantes, aunque no te des cuenta, aunque no sepas muy bien lo que han venido a mostrarte de ti mismo.

Aquel que llega para amarte, es una parte de ti mismo que se manifiesta con amor hacia ti mismo, aquel que llega para dañarte... en fin, cuánto rencor podemos albergar hacia nosotros mismos...¿sabemos amarnos y perdonarnos?

Estos razonamientos tan profundos y filosóficos me alejan de la realidad que comprende la mente racional, así pues intentaré volver a lo que es más cómodo para mí,y para ti, pensar que aquel que me ame es otro diferente de mí, de ti, pues aunque sea una manifestación de mí misma, de ti mismo, lo es encarnada en otro ser humano, y por tanto, puedo experimentar el amor y la dulzura, la pasión y la vida en sí misma, con otro yo, diferente de mí.

Podemos elegir lo que creemos, lo que pensamos, lo que experimentamos, desde la humildad, sabiendo que todo es importante, todos lo somos, y las experiencias que vivimos deberían servirnos para crecer, no para victimizarnos y menospreciarnos, ni para comparar verdades y querer imponer la nuestra. Amar la vida es amarnos, amar al otro es amarnos, amarnos a nosotros nos ayuda a saber amar la vida y a los demás, por eso, sólo cuando nos reconocemos en nosotros mismos podemos comenzar a ver esa parte de lo que somos en los amigos, conocidos, vecinos, enemigos, amantes, bosques, árboles, animales, viento, mar, ríos... Y ahí, esa conexión con el todo, te permite experimentar la humildad y el amor, y la felicidad que se expande desde tu interior te regala una nueva manera de vivir, una nueva conciencia de todo lo que es.


Ser conscientes significa abrir los ojos y vernos, saber quiénes somos, cuánto nos queda por aprender, y permitirnos recibir el amor y la felicidad que siempre hemos estado buscando, porque siempre estuvieron dentro de nosotros.
Cuando comprendes esto, ya no haces responsable a nadie de tu bienestar, nadie tiene que hacerte feliz, tú ya lo eres y sólo deseas compartir ese amor que hay en ti, esa dicha, con los demás.

Tal vez no hemos sabido ver que tenemos que irnos reconociendo, siendo conscientes de lo que somos como humanos y de lo que somos como Seres, desde esa humildad y ese amor, esa compasión hacia quien no puede comprendernos y nos critica. Y cuando vemos que no aprueban lo que hacemos, o cómo nos comportamos, cuando nos critican por no hacer lo que  suponen que deberiamos hacer, no tendríamos que caer en el mismo juego del ego, pues cuando nos enfadamos y  criticamos nos alejamos de nosotros mismos, y también también de los otros. De todas formas, cuando una crítica nos duele, es interesante observar lo que ocurre dentro de uno mismo, dejar que la emoción que se agita en nosotros fluya, sin reprimirla, pero sin proyectarla en nadie, ni siquiera sobre uno mismo. Ser observador de nuestras emociones y de nuestros pensamientos es una de las maneras más enriquecedoras en que podemos ir desarrollando nuestra consciencia.

Arael Elämä

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