Suavemente
abro los ojos...primero es todo confuso, borroso, luminoso...
Suavemente
percibo los colores como luces que me deslumbran con su
extraordinaria belleza...
Siento
a mi alrededor la frescura de un aire que reconozco, tibio en mi
piel, acogedor...
Escucho
el maravilloso silencio que me envuelve, un silencio que habla,
mágico, embriagador, que se entremezcla con el aroma de un lugar que
me es muy familiar...
El
mar, con su sonido rítmico y suave, se diluye con la majestuosidad
del silencio que reina en aquel espacio perfecto...Sus olas van y
vienen, van y vienen, van y vienen...
Voy
a ir a visitar el mar, su murmullo me está llamando...
Me
pongo en pie, voy descalza, me encanta ir descalza, siento la
suavidad de la arena fina entre mis dedos, es cálida, es blanca,
luminosa, lo que siento es indescriptible...
Doy
un paso, dos, tres, pareciera que acabo de nacer y que estoy
aprendiendo a caminar, mi ilusión me hace explotar y sonrío,
lloro...Miro mis manos y son tan diferentes, estilizadas, muy blancas
y de piel muy fina. Me doy cuenta de que emano luz de ellas, ¿quién
soy?.
Pienso
por un momento en ello, pero no me importa quién soy en realidad, me
importa que soy, el mero hecho de ser, y continuo mi paso hacia el
susurro de mi amado mar, estoy muy cerca, voy hacia su orilla.
El
sol brilla mucho, es muy parecido a lo que siempre he visto, sus
rayos atraviesan la atmósmera en una gran excelencia de mágica
perfección, me siento uno con él, es como si mi corazón mantuviera
una contínua conversación con cada elemento que percibo, estoy
emocionada...
Allí
está la orilla de mi mar de agua violeta...
Siento
la humedad de la arena, la caricia de la espuma de las olas que
también me explican su historia con su dulce vaivén...
Quiero
bañarme...El agua me invita a hacerlo, no tengo frío, quiero
despojarme de mi ropa, quiero sentirme parte del mar.
Me
doy cuenta de que llevo un vestido que danza con el ligero viento que
me ha acompañado hasta allí, ondeando hacia mi lado derecho, y que
mi larga melena también ondea. Mi pelo es de un color parecido a la
plata, fino, lacio...
Me
desnudo para entrar en el océano...
Realmente
me gusta estar aquí, me gusta también el cuerpo que habito, es
sutil, no me siento atrapada en él.
Entro
en el agua y siento su temperatura en toda mi piel, y mi corazón se
expande, como si se estableciera una unión entre ese ser que es el
mar y ese ser que soy yo.
No
me hace falta aguantar la respiración, no entiendo por qué, pero, a
pesar de estar en un cuerpo y no ser una esencia libre, puedo
experimentar con suma facilidad la fusión con el mar, y puedo seguir
respirando.
La
magnificencia de su profundidad me explica mi procedencia, la suya,
la de todos los seres que habitan en él, la del planeta, y siento
que soy parte de él, que de alguna forma no puedo escapar de esa
realidad, sin el mar yo no sería, no existiría, y mi agradecimiento
es un amor inmenso hacia él, un respeto tan enorme que jamás podría
hacer algo para dañarlo.
El
mar es feliz, siento que está en paz, y siento que yo soy como él,
soy la misma serenidad que él emana.
Una
luz anaranjada ilumina mi pecho, mi corazón arde en una llama de
amor, puedo notar cómo se enciende mi pecho, mi cuerpo blanco se
ilumina desde dentro, la luz de mi interior atraviesa mi piel, todo
mi cuerpo, es naranja, pero al momento, cuando siento la emoción de
la experiencia, se torna rosada... Es como si mis emociones tiñeran
la luz que irradio...
No
quiero irme de allí, pero sé que debo salir ya.
Salgo
del agua, cada gota que hay en mi piel es un regalo del mar que
acaricia mi cuerpo, una gota de alma que me bendice, y yo siento
agradecimiento y amor, un profundo y gran amor por la existencia, por la vida...
Siento
que este es mi hogar, aquí vengo a refugiarme de la confusión, del
desasosiego, de la incertidumbre...
Vengo
a reconectar con mi verdadera esencia, a recordar, a ser...
Vengo
a reencontrarme conmigo misma, con mi alma, con quien soy...
Sé que volveré a este lugar cada vez que lo desee, así que no me preocupa tener que regresar a la otra realidad que vivo. No me planteo si esto es fantasía, si me lo imagino, sólo sé que si existe esta experiencia, y que si la he vivido, de alguna manera esto es real, no entraré en discusión con mi mente analista, sólo siento, siento, siento...
Ahora sólo deseo quedarme con estas sensaciones grabadas en mi alma...para poder continuar hacia delante...avanzar...
Arael...
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