SECCIONES - TÍTULOS

Los relatos del blog están divididos en varios títulos genéricos que son "Reflexiones", donde hallaréis escritos espirituales y reflexivos, "Una mirada al Alma" donde podréis leer historias muy profundas de crecimiento personal, del alma, "El Romántico Obsoleto", que cuenta con relatos de humor, irónicos, historias de la vida cotidiana del ser humano, "Diálogos", que son como la palabra dice, conversaciones que suelen ser muy profundas y espirituales, y por último he publicado tres capítulos de una de las novelas en las que estoy trabajando "Alma Cristalina". Disfrutad con todos ellos y compartidlos si os animáis a hacerlo para ayudarme a difundirlos.

Gracias por leerme, bendiciones a todos.

sábado, 7 de diciembre de 2013

ABRAZO

Ella estaba dormida, como cada vez que le veía, los sueños eran el lugar donde podían encontrarse, superando los obstáculos que la vida terrenal les imponía, distancias, barreras, situaciones, todo eso quedaba atrás cuando se reunían en el plano astral, y ella sabía que allí ambos eran sólo dos almas sin ataduras de ningún tipo.
Aquella noche el escenario era algo diferente de lo habitual en aquel lugar onírico, en el que normalmente todo parecía idílico. El estaba sentado en un banco, bajo los árboles, frente a un gran lago de aguas cristalinas que reflejaban la luna llena.
Su rostro mostraba tristeza, desolación, su mirada ausente parecía estar perdida en algún pensamiento al que ella no lograba llegar.
Se sentó junto a él, le tomó la mano, sintiendo su piel suave y pálida, y suavemente le preguntó:

  • ¿Qué es lo que te tiene tan apagado y preocupado, amor mío?
  • En realidad no sabría explicarlo- contestó divagando.-No comprendo cómo funciona el ser humano, no comprendo esta vida.
  • Mírame a los ojos, por favor.-Pidió ella con un amor infinito.
Él, con cierta apatía, asomó su mirada de ojos claros hacia la profundidad de los de la mujer que le hablaba, y en ese justo momento ella, al descubrir su mirada, cayó precipitadamente en su alma, descubriendo todo su dolor, su tormento, su desesperación. Tantas dudas, tanto sufrimiento, tantos desengaños, tanta amargura, tanta búsqueda... Sintió en su corazón la dureza de su desconsuelo y lloró con su llanto.

  • Tu vida ha sido realmente difícil, has experimentado tanto, has padecido tanto, has estado en la cima, has tenido que luchar mucho, has caído en lo más hondo del dolor, has resurgido... hay tanta confusión en ti...

Sus ojos se llenaron de lágrimas al escucharla decir todo aquello, sentía que ella le conocía de verdad, le comprendía, había llegado a lo más recóndito de su alma, y había sentido su amor, ese amor tan grande que tanto necesitaba...

  • Yo siempre he estado contigo, te he estado observando y acompañando, porque nunca me separé de ti -afirmó ella con toda su dulzura- Jamás te abandoné, pero tú nunca te diste cuenta de que yo estaba aquí, junto a ti. Sé cuánto te ha defraudado el ser humano, y cuánto has sufrido, te has sentido despreciado, utilizado, te has sentido desamparado, olvidado, pero yo no te olvido, nunca lo hice...
    Ahora, que te siento tan hundido en esta lucha interior que siempre has vivido en este mundo, puedo decirte que te estoy cuidando, que mi abrazo está aquí para ti.


La mujer le acarició el rostro suavemente con los dedos de su mano, desde sus lágrimas que se deslizaban hasta sus mejillas. Luego, con suma delicadeza, besó cada gota de aflicción que derramaba su tierna mirada, hasta besar su alma a través de sus labios deseosos de amar.
Después, le abrazó fuertemente, uniendo su corazón al de él, enviándole así tanto, tanto amor, que un gran destello de luz rosada les envolvió por completo.

  • Siénteme, mi cielo, no voy a dejarte solo, sigo aquí. -Le susurró ella mientras le escuchaba llorar como un niño. -Sé que vivir en este lugar no es fácil, sé que te preguntas qué haces aquí, sé que no entiendes muchas cosas, sé que desearías estar en un mundo diferente, sé de tus anhelos, sé de tu alma bella y pura, elevada, hermosa, amorosa, sé que te sientes confuso ahora mismo, pero yo te estoy cuidando, créeme.
  • ¿Quién eres tú, que me haces sentir esta sensación tan extraña, esta complicidad? -preguntó él entre sollozos- ¿Quién eres tú que me haces sentir como si estuviera en casa?¿Por qué quieres ayudarme?

La mujer, de nuevo susurrándole al oído, casi besando de nuevo su alma, pronunció unas palabras que acariciaron y acunaron su corazón.

  • Yo soy quien te ama. Tú ya sabes quién soy, sólo tienes que acordarte.

Dejó de abrazarle un segundo para volver a mirarle a los ojos, ya más calmados y vivaces, y besando de nuevo sus labios colmados de anhelo, se despidió repitiéndole de nuevo...


  • Yo soy quien te ama, no lo dudes, te estoy abrazando, te estoy cuidando...

Y se alejó poco a poco, sintiendo que su presencia había sido un gran consuelo para el alma de aquel hombre, aquel ser al que tanto amaba y extrañaba...

Despertó aquella mañana feliz, porque supo que esta vez había sido ella quien había podido ayudar y rescatar a su querido amado, ese misterioso hombre que veía de vez en cuando en el mundo onírico... Tal vez, imaginando, tal vez soñando, tal vez sintiendo con fuerza en su alma que él no estaba bien, que estaba atormentado por sus viejos fantasmas... Tal vez incomprensible, pero real en otros niveles de consciencia...

Arael

2 comentarios:

  1. Bello,sin palabras pues no se puede describir lo que haces sentir con tus escritos,dejas la mente bloqueada,tan solo puedo sentir...Mis palabras torpes quieren salir a borbotones a toda velocidad pero tan solo puedo contagiarme de ese Amor que enamas...

    ResponderEliminar
  2. Gracias, cielo, muchas gracias... El amor que emano es el amor que tú y todos somos, sólo hay que saber hallarlo en nosotros, pero tú eso ya lo sabes...
    Un abrazo, princesa!!!
    Arael!

    ResponderEliminar

Gracias por tu comentario...