Hoy,
gracias a una hermana del alma con la que estaba intercambiando audios, me he dado cuenta de algo sobre el
tema de la llama gemela, algo que no me había planteado desde mi
nueva perspectiva...
Se
habla de la energía de la llama, y de cómo reconocerla, de ciertas
sensaciones que pueden indicarte que estás frente a ella, pero yo me
pregunto qué es lo que a cada uno de los que la han encontrado han
sentido, si se parece a lo que se dice de forma genérica o si lo han
experimentado con más de una persona en forma similar...
Hay
algunas personas que me cuentan de conexiones muy potentes con más
de una persona, teniendo o no una relación con ellas, y que la
primera vez que sintieron esa conexión creyeron firmemente que se
trataba de su llama gemela, sin embargo, luego apareció otra que les
hacía sentir más intensa la conexión y la atracción y dedujeron
entonces que se habían equivocado antes y que esta vez sí que se
habían topado con su verdadera llama gemela, e incluso aparecer una
tercera persona que las confundió porque también sentían energías
muy especiales que les conectaban, y yo me preguntaba por qué tanta
confusión o por qué tantas conexiones fuertes, a nivel energético
y a nivel de amor y reconocimiento, y por qué todas parecen ser la
llama gemela.
No
hablo de gente que no sepa del tema, sino de gente que sí sabe, que
es muy sensitiva, y que de igual forma han sentido estas conexiones
bien reales.
Eso
me ha llevado a la misma conclusión de siempre, pero desde una
comprensión más profunda, la conexión con la llama gemela se puede
definir de forma muy subjetiva según la experiencia de cada uno,
sólo en el corazón uno sabe quién es, pero hay más conexiones de
alma que se pueden sentir muy dentro y que pueden llevar a
aprendizajes muy duros, limpiezas a nivel de creencias sobre el amor
en pareja, o sobre uno mismo, que nos empujan a realizar un salto
cuántico, pero también puede aportarnos paz interior y aprendizajes
más tranquilos llenos de amor, y no siempre son la llama gemela,
puede tratarse de almas gemelas o puede tratarse de pactos de amor,
de alma, para ayudarse mutuamente a reencontrarse con su verdadera
esencia.
Todas
esas conexiones son recuerdos, reconocimientos, lazos de amor,
pactos... y la verdad es que cuando todavía somos tan inexpertos en
saber quiénes somos, más allá de lo que aprendimos a ser desde
niños, podemos confundir muy fácilmente a nuestra llama gemela.
Lo
que sí está claro es que el amor incondicional es lo importante,
más allá de que lo experimentemos con esa alma que forma parte de
nosotros, y que ese tipo de amor no se alcanza, se lleva dentro, pero
hay que recordarlo, dejar que fluya y sacar de la mente lo que lo
obstaculiza.
A
estas alturas de mi camino interior, en estos momentos me planteo si
yo tengo una llama gemela, la verdad es que la conexión que yo
siento no es de este mundo, y no la veo como muchos describen, no la
siento conectada a mí por la rueda de reencarnaciones, ni por
atracción física y mental, no creo que haya vivido muchas vidas con
esa alma en este planeta, sin embargo sí puedo decir con total
certeza interior que la siento en mí en cada existencia que he
tenido como ser, fractalizado o no, es decir, que siempre está en mí
porque soy yo misma y no siempre eso ha significado que fuera mi
pareja, y aún menos en la forma en que aquí se entiende lo que es
una pareja. Eso sí, experimentar la unión como humanos podría ser
interesante, precioso y único.
No
hablo desde las emociones, hablo desde algo que está por encima de
ellas, algo que no me causa dolor, sino paz, pues es lo que me dice
mi alma, mi ser.
De
todo el proceso que he vivido sobre la llama gemela, me quedo con que
el amor hacia uno mismo es la clave para la felicidad, y que sólo a
través de esa felicidad interior, esa paz sublime que se
experimenta, ese amor que fluye de lo más profundo de uno mismo, se
puede realmente compartir una vida con otra vida desde ese verdadero
amor que anhelamos tanto y que se halla en nosotros, y que no es
necesario que sea con tu llama gemela, aunque en algunos casos sí
llegue a ser así.
Eso
sí, también me queda claro que las relaciones con la llama gemela,
las verdaderas relaciones en pareja que se puedan dar aquí en este
plano de la existencia, son o serán relaciones de amor muy elevado
cuyo requisito indispensable será que cada uno de ellos esté en una
relación consigo mismo muy fluida e intensa, que se amen
incondicionalmente y que sepan amar sin encerrarse en el amor del
ego, expandiendo consciencia, amor, y emanando esa energía de
sabiduría, amorosa y placentera que les caracteriza.
Desde
el juicio y la crítica no se está en la energía del amor, y las
verdaderas parejas de llamas gemelas nunca entran en el ataque o el
reproche, saben escucharse, entenderse, sentirse y amarse más allá
de la comprensión de nuestra pequeña humanidad, por eso, sólo si
estamos en el nivel de la nueva humanidad, ese otro estado hacia el
que nos dirigimos, el estado del ser, podremos experimentar esa
maravillosa relación con nuestra pareja llama, aunque repito que
también se pueden dar relaciones de pareja en ese nivel entre almas
gemelas, almas afines..., al igual que con la llama, si ambos están
vibrando en el amor que son.
Almas
gemelas, llamas gemelas, almas compañeras, almas afines, pareja
estelar, todo es posible, todo es válido, pero para que la unión
perdure sólo puede asentarse en la base del amor hacia uno mismo,
puro, incondicional, para poder entregarlo, para poder simplemente
escoger sin miedo, sin necesidad, sin dependencia.
Luego
están las misiones de vida, del alma, que no son exclusivas de las
llamas, y que pueden ser complementarias a nivel pareja, así que esa
presión de encontrar a la llama por una misión se desvanece cuando
te das cuenta de que todo está bien, todo es perfecto como es, todo
sucede en el momento adecuado y que tú llevas grabada tu misión en
ti y en tu ser tienes todo lo que deseas o puedes necesitar,
incluyendo la información de esa misión conjunta.
Si
confiamos en la vida, en nuestro ser y nos accionamos desde éste,
todo se irá dando en su justo momento.
Está claro que todos, incluso los más espirituales, hemos soñado alguna vez con un amor eterno, romántico y precioso, que nos lleve a sentir que esta vida es mucho más y que con esa persona has encontrado lo mejor de tu vida y que podría acabarse el mundo y no te darías cuenta si sólo pudieras mirarla a los ojos, pero en nuestro afán de encontrar ese ideal, perdemos de vista quién es realmente esa persona que energéticamente vino con nosotros, o no nos percatamos de que esa relación que tanto buscamos no es la que realmente anhela tu alma, y nos enfrascamos en historias que nos desconectan de nuestra verdad interior, enamorándonos desde nuestras creencias, aunque es posible que nos ayuden a enfocarnos hacia la sanación de lo que no somos, a través del dolor de una ruptura, o del ego en sí mismo, aun sin darnos cuenta de ello.
Todo es válido en realidad, pero de nosotros depende estar atascados en el sufrimiento o avanzar mirando en nuestro interior.
Poco a poco aprendemos a amar sin
dolor, sin sufrimiento, sin falsas expectativas, porque el juego del
ego suele hacernos caer en una rueda de ilusiones que no tienen nada
que ver con lo que somos, o con lo que hemos venido a hacer, y eso
nos lleva a confundir espejismos basados en la proyección mental de
lo que creemos que es la pareja perfecta, o el amor eterno, y
distraernos de nuestra verdad.
No
se puede forjar una nueva consciencia desde patrones antiguos envueltos en creencias limitadoras y
obsoletas que nos han llevado a la desconexión con lo que somos,
esos patrones deben ser reemplazados por otros basados en el amor
incondicional hacia uno y hacia el otro, y para construir un nuevo
paradigma debemos dejar el anterior a un lado y abrir nuestra mente y
nuestro corazón.
En
ello estamos...
Arael
Elama...
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