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Los relatos del blog están divididos en varios títulos genéricos que son "Reflexiones", donde hallaréis escritos espirituales y reflexivos, "Una mirada al Alma" donde podréis leer historias muy profundas de crecimiento personal, del alma, "El Romántico Obsoleto", que cuenta con relatos de humor, irónicos, historias de la vida cotidiana del ser humano, "Diálogos", que son como la palabra dice, conversaciones que suelen ser muy profundas y espirituales, y por último he publicado tres capítulos de una de las novelas en las que estoy trabajando "Alma Cristalina". Disfrutad con todos ellos y compartidlos si os animáis a hacerlo para ayudarme a difundirlos.

Gracias por leerme, bendiciones a todos.

sábado, 10 de enero de 2015

LA DULCE ENAMORADA

Ella vivía enamorada del amor, en todas sus formas, pero confundida por los conceptos románticos de una de sus manifestaciones. Ella creía que enamorarse de otra persona era difuminarse en sus ojos, volar en su universo, sumergirse en su océano de colores, de sabores, de inquietudes, de ilusiones, de sueños por cumplir... Ella sentía en su interior el ávido deseo de alcanzar amar a alguien con la valentía de adentrarse en sus misterios, en el dios que habita en su alma. Y en el camino firme hacia sus propios sueños, aprendió lentamente que debía amarse primero a sí misma y aprenderse, aceptarse, superando sus temores, sus inseguridades, y sobre todo, su gran anhelo incesante de sentirse siempre enamorada, en esa elevación maravillosa que la trasladaba a otras dimensiones.

Buscó que ese amor que habitaba en su interior fuera compartido, desde su plenitud, desde su armonía. Sin embargo, había demasiado dolor en ella.
Amaba mucho, amaba sin límites, amaba tanto que sus lágrimas eran cristalinas, creadas con dulzura, con la ternura de la inocencia de un ángel, pero también con la ignorancia de quien no sabe ser humano.

Y descubrió que el enamoramiento no existe, porque su estado natural ya era estar siempre enamorada.

  • ¿Qué voy a hacer ahora? Quiero compartir este amor con otra persona, alguien que entienda que también soy ego, y me ame a pesar de ello, alguien que sepa estar siempre enamorado, alguien que brille en el amor de su propio Ser, alguien que sepa reconocer su divinidad para poder observar la mía, y la de los demás. Quiero compartir este amor sólo con aquella persona con la que mi alma sienta que sale de mi cuerpo para abrazar a la suya, sólo con aquella persona que no me juzgue ni siquiera cuando sepa que me estoy equivocando, que me apoye incluso cuando tropiece y mi ego sí que me esté juzgando, alguien que no se conforme con mi cuerpo, con mi personalidad, con el juego de la vida, alguien que me acepte por completo, en cuerpo, mente y alma, y que ame desde su Espíritu a mi Espíritu, alguien que tropiece como yo pero que se ame y me deje amarle y apoyarle, sin juzgarle, alguien que me permita crecer junto a él, que desee crecer junto a mí, alguien que no tenga miedo de amarme y que si lo tiene, lo atraviese con valor, alguien que no huya, y que cuando me abrace sienta que abraza lo más sagrado, porque así lo sentiría yo... Alguien que me haga saber con certeza que nuestros mundos son el mismo. Alguien que junto a mí se haga poesía. Alguien que desnude el alma con su mirada, alguien a quien yo desnude su alma con la mía, alguien que me admire y que vea la belleza de mi esencia por encima de lo físico, porque así le miraría yo... Pero...he aprendido que enamorarse no es más que una falacia, un engaño de la mente, una idea romántica y pretenciosa que no alcanza ni un ínfimo sentido de lo que yo siento en mi alma. Y ahora que amo todo lo que existe, no puedo lograr lo que anhelaba, porque en mí existe un amor que todo lo llena, y nadie puede llenar nada porque estoy completa. ¿De qué manera puedo ahora pensar en una relación con otra persona, una de esas románticas?

Ella sentía mucho amor en su Ser, pero deseaba experimentarlo en diversas formas y sobre todo, deseaba hallar a esa persona que fuera como ella, para poder saber cómo un ser humano puede sentir, amar, estando en conexión con su Ser divino.

  • Amar desde lo más profundo de uno mismo, sintiéndose pleno, completo, debe ser algo increíble, sagrado, casi mágico, debe ser tan distinto de lo que siempre se ha experimentado. Si he venido a aquí, a este mundo, debo lograr saber cuánto se puede amar a otro ser humano, a un hijo, a un hermano, a un amigo, a un amante..., para llevarme conmigo el maravilloso regalo de haberlo compartido y sentido en la traducción física de todas sus manifestaciones.


En su convesación interior sabía que hallaba siempre las respuestas, pero también se conocía lo suficientemente bien como para comprender que sus creencias inconscientes, las más ocultas, podían conducirla a un nuevo equívoco, a una decepción. Pero siempre, Su Ser emergía y respondía...

  • No existe el error, no hay decepción. Todo ocurre por alguna razón que no siempre conoces. Debes saber que lo que demandas, lo que anhelas, es lo que experimentas en ti misma y que puedes nutrirte de ello. Aunque sé muy bien lo que estás pidiendo, lo que sueñas, y lo hallarás en el momento justo y adecuado. No existen las casualidades, todo lo que has vivido, sentido y experimentado, todo lo que has expresado y compartido, lo has hecho por amor, con amor, desde el amor, incluso cuando te enfadas, tras el enfado hay amor, y deseo de amar y ser amada. Todos los seres humanos desean ser amados, desean amar, pero no siempre son conscientes de ello. Has dejado de sentir ese deseo de amar como una necesidad para vivir, porque ahora has logrado llenarte de amor, irradiarlo desde dentro hacia afuera, y eso te ha otorgado la capacidad de ser feliz. ¿Viste lo simple que era? Sólo tenías que amarte de verdad. Y ahora, como siempre, mi dulce humana, verás cómo hallarás el reflejo de lo que emanas en otra persona. Si emanas amor, si te amas y aceptas plenamente, si crees en ti y confías y valoras lo que eres, sólo hallarás personas en las mismas condiciones, y aquellas que no vibren en esa realidad, desaparecerán lentamente de tu mundo. Lo que irradias es lo que regresa luego a ti. Si deseas amar a alguien como te estás amando a ti y ser correspondida de la misma manera, sólo deja que suceda, pues ahí, a la vuelta de la esquina, está esa persona que al mirarla te verás a ti misma, esa que al mirarte se verá a sí mismo, y no tendréis ninguno de los dos duda alguna de estar frente a quien deseáis estar.

Ella sonrió, lloró de la emoción de sentir en su pecho la certeza de aquellas palabras y se repitió a sí misma una frase hasta quedarse dormida. La fusión con su Ser estaba siendo la experiencia más magnificente de toda su vida.

  • Cuando llegues a mí, te veré, me verás, y no habrá dudas, no habrá más dolor, ni confusión, porque después de atravesar el profundo bosque del miedo, sólo el amor puede unirnos.

    Arael Líntley

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