SECCIONES - TÍTULOS

Los relatos del blog están divididos en varios títulos genéricos que son "Reflexiones", donde hallaréis escritos espirituales y reflexivos, "Una mirada al Alma" donde podréis leer historias muy profundas de crecimiento personal, del alma, "El Romántico Obsoleto", que cuenta con relatos de humor, irónicos, historias de la vida cotidiana del ser humano, "Diálogos", que son como la palabra dice, conversaciones que suelen ser muy profundas y espirituales, y por último he publicado tres capítulos de una de las novelas en las que estoy trabajando "Alma Cristalina". Disfrutad con todos ellos y compartidlos si os animáis a hacerlo para ayudarme a difundirlos.

Gracias por leerme, bendiciones a todos.

viernes, 2 de enero de 2015

EL MAESTRO INTERIOR

    En un camino solitario, iluminado por una luz dorada y rodeado de árboles, dos amigos se reúnen de vez en cuando para caminar un rato y comentar sus pensamientos más profundos. Ambos sólo se encuentran cuando afloran los miedos y las dudas, la confusión, pues las preguntas a menudo deben ser contestadas para trascender los temores que acechan al ser humano. Uno es un hombre joven, de aspecto frágil, tez blanquecina y mirada dulce y clara, el otro es un hombre maduro, de aspecto oriental, cabello largo y fino, barba blanca lacia y vestido con una túnica de color azul claro.
    El más joven se dirige al otro con solemnidad y sumo respeto. Se siente descondertado y decepcionado de sí mismo, y también de lo que le acontece y de algunas personas que ha hallado en su vida.

  • Maestro, perdóname por ofender a la divinidad al ofenderme a mí mismo, perdona mi torpeza al castigarme y sentir la culpa clavada en mi alma, disculpa mi ignorancia al repudiar lo que soy cuando no alcanzo a comprenderlo. La decepción se cierne sobre mí, no sólo por los actos ajenos, algunos incluso contra mí mismo, sino por la decepción de mí mismo, de la reacción de mi propio ego ante tales circunstancias.

  • Mi querido amigo, ya sabes que no me gusta que me llames así, soy sólo un aprendiz, como tú. No sufras por eso, no debo yo perdonarte, sino que eres tú mismo quien ha de hacerlo. Sin embargo, no se trata de un perdón como tú lo concibes, sino una comprensión de que no eres culpable, un entendimiento de que eres un ser hermoso y de que eres inocente. No repudies tu belleza, ámala, no rechaces tu naturaleza, respétala, y no castigues tus errores, aprende de cada situación que vives, porque nada es casual, y el equívoco, amigo mío, no es real, no existe, es sólo una ilusión de tu mente. Respecto a las personas que te decepcionaron, sólo te mostraron lo que debías ver en ti, y sus actos sólo reflejaron sus propios miedos proyectados hacia ti.

  • Te llamo maestro porque contigo he aprendido muchas cosas, porque me ayudas a verme por dentro, porque me has estado guiando durante mucho tiempo y siempre has logrado que conecte con mi sabiduría interior, y porque cuando no entiendo lo que me ocurre, tú siempre me acompañas hasta mis propias respuestas, hacia mi interior.

  • Entonces yo tendré que llamarte a ti también maestro, porque también yo he aprendido muchas cosas junto a ti, y porque también me has acompañado en mi camino hacia mi interior, porque lo que tú me muestras es a menudo lo que hay también en mí, y cuando te explico y te hablo, también me hablo y me dirijo a mí.

  • Está bien, entonces, ¿cómo prefieres que te llame?

  • Llámame Amor.

     


  • ¿Amor? ¿por qué has escogido esa palabra?

  • Porque es lo que hay en cada uno de nosotros, porque es lo que hay en ti, y porque su vibración en sí misma nos conecta con lo más puro y lo más divino que hay en nosotros. Cada vez que menciones esa palabra, resonará en tu interior, y cada vez que yo la oiga, me ocurrirá lo mismo.

  • Es un nombre hermoso, Amor, me alegro de que lo hayas elegido.

  • Gracias, querido amigo.

  • Mi nombre es Alma, me gustaría que así me llamaras.

  • Muy bien, Alma, así será entonces.

  • Verás, Amor, hoy necesito desahogarme y explicarte cómo me siento.Yo siempre he creído tantas cosas, siempre he vivido en base a lo que yo creía que era correcto, bajo las normas morales y éticas que me habían inculcado desde niño, siempre creí que el amor era algo que ahora veo que no es, y me he ido dando cuenta de tantas falacias que tenía en mi mente creadas, que ahora no sé qué es real y qué no lo es. Primero comencé a pensar que yo era el culpable de todo, y creía que mi responsabilidad era ayudar a otros a no sentir culpabilidad, creí que debía ayudar a otras personas a no hacer lo mismo que yo había hecho, a no herirse, a sentir su fuerza interior, a sentir sólo amor, pero el ego es un laberinto enrevesado y se las sabe todas, puede engañarnos, hacernos pensar que eso es lo que tenemos que hacer, pero nos vuelve a llevar de nuevo a su trampa, ocultándonos lo que hay bajo ella. Descubrí mientras caminaba, que no existía un camino, que mientras yo daba un paso, se creaba, y que en realidad yo decidía si el suelo era de tierra o asfalto, si a mi alrededor había árboles o edificios, si mis pies eran delicados o fuertes, si mis manos daban amor o si emanaban dolor y tristeza, si mis ojos veían a través de mi Ser o a través de mis falsas creencias.
    Pero las creencias eran fuertes, ¿sabes, Amor?, y me aferraba a ellas pensando que si las perdía lo perdería todo, y en cierto modo, así ha sido. Creer en algo falso a veces puede ser tan doloroso como perderse a uno mismo, por eso no se nos revela la verdad hasta que no estamos preparados para verla. Tú, mi querido amigo, me enseñaste que amar no es enamorarse a través de la creencia colectiva de lo que es eso, sino que amar es estar siempre enamorado de todo cuanto existe, incluso de mí mismo, porque formo parte del todo. Y entonces, comencé a pensar que si nada es real, si todo es producto de infinitas creencias de nuestra mente proyectadas en la materia, entonces debía buscar la verdadera realidad, aquella que fuera más allá de todo lo que está inventado. Supe que si no creemos, no creamos, y supe que creer en algo falso lo convierte en cierto, porque sólo creyendo creamos. Entonces me confundí aún más y me pregunté por qué pensaba que todo eran creencias falsas si al creer en ellas las convertíamos en realidad. Ahí me di cuenta de que no era un concepto muy acertado y decidí diferenciar las creencias entre limitantes y no limitantes.
    Pero de todas formas, me quedé sin verdades, porque cada ser humano tenía una verdad inventada a su propia convenciencia, y me derrumbé.
    Mis creencias limitantes se deshicieron, pero no en su totalidad, y fui consciente de que en algún lugar de mi inconsciente aún quedaba mucho que desatar, mucho que sanar, mucho que depurar, mucho que limpiar. Mi camino hacia mí mismo era interminable... Ahí mi querido amigo Amor, me quedé bloqueado. ¿Qué me puedes decir al respecto?

  • Amigo mío, mi querida Alma, te diré que conocer todo lo que hay en tu inconsciente no es lo más importante, eso sería como intentar conocer el universo entero, detalle por detalle, así que lo verdaderamente importante es que seas consciente de cada limitación que hay en ti, pero sin obsesionarte, permitiendo que en cada paso se te muestre aquel paraje que tu alma te muestre. Tu Ser es sabio y te irá enseñando lo que debes aprender, poco a poco. Lo más importante es que seas tu Ser manifestado en este humano que eres, cada día con más fuerza, y permitiendo que tu ego se manifieste para mostrarte aquello que aún se debe liberar. No te niegues tu propio poder, tu divinidad, ámate, sé libre, y despliega tu amor sin miedo a vivir.

  • Pero precisamente estoy asustado, porque el mundo, sin mis creencias es un mundo extraño, siento que es la primera vez que lo veo, soy una hoja en blanco porque todo lo que aprendí se ha ido borrando al comprobar que todo estaba equivocado.

  • No, no estaba equivocado, era lo correcto en aquel momento, pero ahora ya no te toca esa lección, ahora te corresponde a ti crear tu camino, tu vida, y escribir las palabras que nazcan de tu corazón. De ahora en adelante sólo tú decidirás tu destino. El miedo no es algo nuevo para ti, ni para nadie, y está basado en la creencia de que el mundo es hostil y peligroso, algo que está muy arraigado en el ser humano. De hecho, es algo muy primitivo impreso en nuestro inconsciente colectivo. Ahora crees que tienes que temer al mundo porque lo ves con más claridad.

  • ¿Y si me equivoco? Ya no sé qué es real y no sé relacionarme con los demás, sólo veo ideas, creencias, egos, me cuesta mucho poder hablar con alguien de alma a alma, de corazón a corazón.

  • Mi querido amigo, cuando estás con alguien frente a ti manteniendo una charla contigo, las almas de ambos conversan, mientras los egos también lo hacen, siempre funcionó así, la diferencia ahora es que tú escuchas ambos lenguajes de manera consciente. Quédate con ambos, así conocerás a la persona que tienes delante, tanto por sus personajes inventados para subsistir aquí como humanos, como por su alma encarnada en ese cuerpo, vehículo para experimentar el amor en la materia.

  • Dices que hemos venido a experimentar el amor, pero no comprendo de qué manera se puede hacer tal cosa si estamos tan inmersos en nuestras propias mentiras, ocultos y enterrados bajo capas y capas de creencias limitantes, falsas verdades que nos enfrentan a unos contra otros.

  • Pues rompiendo la estructura mental antigua para dar paso a un nuevo futuro, a una nueva manera de vivir desde el Yo Soy, desde la divinidad que llevamos dentro, desde la verdadera esencia de lo que somos, y dejando ya de mentirnos para ser honestos con nosotros mismos y con los demás, permitiendo así resurgir nuestra alma aprisionada, liberándola, y comprendiendo que amar es respetar, aceptar, y comprender, tanto a nuestro ego, como al ego de los demás, o lo que es lo mismo, trascendiendo el miedo a vivir, a ser lo que realmente somos, teniendo la certeza de que todo está bien y de que nuestro Ser nos va a proporcionar todo lo que necesitemos, pues no hemos venido aquí a sufrir, mi querida Alma, sino a a amar, y ya es hora de que hagamos lo que vinimos a hacer sin más demora.

  • Gracias, mi querido Amor, por todo lo compartido, espero poder volver a tener otra charla contigo muy pronto, hoy me quedo más tranquilo, aunque aún me quedan muchas dudas y mucho por liberar. 
     
  • Gracias a ti, Alma, por ser el reflejo de mis miedos y mostrarme mi propia sabiduría.

El joven muchacho llamado Alma, se aleja satisfecho por la conversación, dirigiéndose a su hogar, a su rutina, sabe que cada vez que necesite a su maestro “Amor” podrá hallarlo tan sólo regresando a aquel lugar que ha hallado en el camino hacia su interior.

Arael Líntley

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario...