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Los relatos del blog están divididos en varios títulos genéricos que son "Reflexiones", donde hallaréis escritos espirituales y reflexivos, "Una mirada al Alma" donde podréis leer historias muy profundas de crecimiento personal, del alma, "El Romántico Obsoleto", que cuenta con relatos de humor, irónicos, historias de la vida cotidiana del ser humano, "Diálogos", que son como la palabra dice, conversaciones que suelen ser muy profundas y espirituales, y por último he publicado tres capítulos de una de las novelas en las que estoy trabajando "Alma Cristalina". Disfrutad con todos ellos y compartidlos si os animáis a hacerlo para ayudarme a difundirlos.

Gracias por leerme, bendiciones a todos.

lunes, 19 de diciembre de 2016

PÁJAROS EN LA CABEZA



Este mensaje va dirigido a todos aquellos que alguna vez le han dicho a alguien esa típica frase de «Tienes pájaros en la cabeza», a ellos, que tan cariñosamente han deseado cambiar a los que les rodeaban, moldearlos a su semejanza, para que tuvieran vidas estandarizadas, creyendo fehacientemente que esas vidas eran mejores que las de los poseídos por esas famosas aves en sus mentes, convencidos de estar en lo cierto, de tener la razón y de tener el derecho y la obligación de salvar a los pobres enloquecidos por sus ideas disparatadas y contrarias a lo lógico y lo racional.

A ellos y con todo mi amor, les voy a explicar lo que es tener pájaros en la cabeza. Lo primero que quiero hacer es expresar la maravilla que se siente cuando las alas de las gaviotas comienzan a desplegarse dentro de mí, sí, en mi cabecita alocada, porque sí, yo tengo la libertad en mi mente, tengo la fortuna de ser uno de esos individuos raros que piensan diferente, que son criticados y que suelen ser sometidos a intentos continuos de manipulación emocional, para que ponga los pies en el suelo y deje de soñar.

Soñar, sí, eso es lo que hacemos los que en nuestra vida tiene cabida el vuelo de nuestros pajaritos, esos que cantan nuestra melodía continuamente, mostrándonos que el camino de la mayoría no tiene por qué ser el correcto, que no porque todos hagan lo mismo significa que sea lo mejor, o lo más adecuado, que la vida, mi vida, tu vida, no le pertenece a nadie más que a uno mismo y que nadie tiene que decirte cómo debes vivirla.

La experiencia de esta existencia es única, vivir el presente es el regalo más grande que podemos hacernos, sin embargo, muchos viven haciendo planes continuamente, buscando sin cesar la felicidad en lo material, en las metas u objetivos que se marcan para salir adelante, para sentir ilusión por la vida, tratando de controlarlo todo, de tenerlo todo estructurado, organizado, llegando incluso a olvidarse de experimentar la vida en sí misma, porque no la sienten, y el tiempo pasa para ellos sin ver realmente lo que es verdaderamente importante.

Perder de vista quién eres, qué es lo que te conecta con tu felicidad interior, con ese amor que eres, es como vivir dormido, y así vive la mayoría, totalmente lícito, claro está, pero a mí me despertaron los pájaros.

Los que tienen pájaros en la cabeza, sueñan y tratan de manifestar esos sueños en el plano físico, buscan la verdad en su interior, algunos con más habilidad y rapidez que otros, pero todos poseen almas inquietas, mentes sensibles, corazones llenos de pasión y de deseo de alcanzarse a sí mismos, y cuando se dan cuenta de que ya se tenían, que su esencia estaba ahí, saltan a su éxito personal, sea éste el que sea, siempre en coherencia consigo mismos, sin convencionalismos, sin intereses ocultos, sin tratar de agradar a otros, sino siendo ellos mismos, sin miedo a la opinión o la valoración de los demás.

Y es que cuando te dejas llevar por tu canción interior y vuelas con esas gaviotas que te guían hacia tu libertad, la sensación es tan increíble, tan hermosa, que la vida te parece algo muy distinto de lo que creías antes de lanzarte a decir «no» a los que trataban de convencerte de que tu sueño era una tontería.

Sí, se puede ser libre, pero sólo si escuchas tu voz, la voz de tu ser, se puede ser feliz, si te aventuras a conocerte, puedes vivir el presente en cada momento, sin metas a largo plazo, sin búsquedas, disfrutando de aquello que te nutre, haciendo lo que más te llena y ganándote la vida con ello, ¿cómo? Entregándote al amor y dejando a un lado el miedo, o lo que es lo mismo, aceptando cada experiencia como una oportunidad de crecimiento, como una manera de ir trascendiendo tus miedos, como una forma de reencontrarte contigo mismo a través de la comprensión del espejo que nos muestra la vida misma, y amando lo que tú eres, descubriendo para qué has venido a este mundo y qué capacidades especiales tienes para entregar a través de ellas tu amor, tu alegría a la vida misma y a todo lo que ella es y comporta, y abrazando todos esos miedos para elevarte por encima de ellos y dejar que tus gaviotas vuelen contigo dentro de tu universo interior, ése que vale mucho más que cualquier vida estancada en las conveniencias, en las apariencias, vidas que, desde mi punto de vista, se viven a medio gas, porque yo ya no puedo vivir así, para mí es encerrarme en una cárcel, aunque para esas personas sea su felicidad, para mí es una mentira autoimpuesta para no sufrir y conformarse en la tranquilidad de la zona de confort, con lo implantado por el sistema.


Por otro lado, y en segundo lugar, quisiera decir que respeto profundamente las decisiones de otras personas que han querido tener una carrera de cierto prestigio, un trabajo estable, con un buen sueldo, vida acomodada, una pareja, hijos, un piso bonito o una casa con piscina y con jardín, un amante, un coche, una vida social perfecta, un reconocimiento por parte de otros que yo veo totalmente artificial..., todo eso está bien, para algunos, pero no para todos, otros quieren algo más, necesitan expresarse como lo haría el viento, con libertad, escribir, danzar, cantar, en definitiva, crear, crear un mundo mejor desde su mejor versión, haciendo lo que su ser interno les pide, sin permitirse esclavizar por un sistema podrido que nos lleva a morir en vida.



No es que no esté bien tener esas ambiciones, sino que no es a través de lo que el ego nos impulsa a hacer como encontraremos la felicidad y el verdadero amor, sí, ése que a muchos les parece cursi y que asocian sólo con lo romántico, no hablo de medias naranjas, ni de amor perfecto, hablo del amor real, el que no nace del miedo a estar solo, del miedo a no poder tener una familia, del miedo a no ser amado o no poder amar, hablo del amor propio también, del amor incondicional, y del amor que desde ese punto puedes ofrecer a los demás. Cuando lo hallas en ti, te das cuenta de que la felicidad no estaba en todo aquello que habías luchado tanto por conseguir, sino que era bastante más sencillo, no tenías ni que esforzarte para saber y sentir que en ti había algo que te hacía único y que podía servirte para expresarte desde tu alma en tu profesión, y desde ahí, formarte con la técnica o con alguna metodología que te facilitara desarrollar tu habilidad innata.


Tenemos pájaros en la cabeza y nos sentimos orgullosos de ello, porque eso es lo que nos hace libres, eso es lo que nos ha llevado hacia otro camino diferente, eso es lo que nos ha conducido a vernos a nosotros mismos, a decidir por nosotros mismos y no por la imposición social.

Así que lo mejor será que, si alguna vez te han dicho que tienes pájaros en la regalado tan maravillosa frase, te alegres un poquito, porque eso quiere decir que te das cuenta de que esta sociedad está enferma y que tu mente no encaja con ella, desea transformarse, crear algo nuevo, más elevado y más acorde con tu verdadera esencia.

Concluyo recordando algo primordial y muy filosófico, y es que mi opinión sobre las vidas de esas personas que se muestran en posesión de la verdad cuando dicen que tenemos pájaros en la cabeza y que permanecen en la zona de confort, está sujeta a mi percepción de la realidad, así como tu opinión, o su opinión sobre mi persona o mi forma de vivir, también está sujeta a su percepción de la realidad, así que, nada de lo que otros digan sobre los demás debería influirnos, pues en realidad hablamos de nosotros mismos cuando criticamos a otros o los juzgamos.

Vivamos, simplemente vivamos, desde nuestra felicidad interior, con el amor y el respeto hacia el otro que nosotros debemos haber recordado sentir hacia nosotros mismos primero, y bebiendo del presente, que es, en definitiva, lo único que existe ahora mismo.

Cuando nos sepamos ver a nosotros mismos sin velos, podremos ver al otro tal y como es verdaderamente, así que cualquier opinión o juicio que tengamos siempre estará sujeta a nuestra visión de la vida, nuestra percepción de la misma y nuestra capacidad de amar y respetar lo que nos rodea, así como a nosotros mismos.

Aprendamos a amar de verdad y respetemos cada proceso consciencial.

Arael Elama.


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