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Los relatos del blog están divididos en varios títulos genéricos que son "Reflexiones", donde hallaréis escritos espirituales y reflexivos, "Una mirada al Alma" donde podréis leer historias muy profundas de crecimiento personal, del alma, "El Romántico Obsoleto", que cuenta con relatos de humor, irónicos, historias de la vida cotidiana del ser humano, "Diálogos", que son como la palabra dice, conversaciones que suelen ser muy profundas y espirituales, y por último he publicado tres capítulos de una de las novelas en las que estoy trabajando "Alma Cristalina". Disfrutad con todos ellos y compartidlos si os animáis a hacerlo para ayudarme a difundirlos.

Gracias por leerme, bendiciones a todos.

jueves, 12 de mayo de 2016

EL ROMÁNTICO OBSOLETO - ENAMORADOS


Las primeras palabras, los primeros gestos, la primera vez que mi corazón saltó de mi pecho cuando me respondiste con tu mirada clavada en mis ojos, fueron el indicativo de que nunca podría olvidarte, que siempre estaría enamorada de ti, y que no importaría si lográbamos estar juntos durante toda nuestra vida, pues te seguiría buscando en cada amante que tuviera, con la esperanza de que en algo se pareciera a ti.

Nunca hubiera imaginado que te conocería en aquel lugar, de hecho, por aquella época no estaba ya esperando encontrar el amor, después de tantos años deseando amar así, hallarte y amarte con la intensidad que anhelaba, y sentirme amada de la misma manera.

Era la primera vez que viajaba a Italia, siempre me había atraído mucho la idea de conocer el país de donde procedían mis canciones preferidas, las que despertaban mi profundo romanticismo, mi niña interior, esa que ama inocentemente, entregándolo todo. Y allí estabas tú, también de viaje, y también solo, igual que yo.

Viajar sola no era de mi agrado, sin embargo, quería vencer mis miedos y ser capaz de hacer algo así sola, algo que en realidad me aterraba, sobre todo cuando no conocía nada de aquel lugar, y casi ni siquiera sabía hablar su idioma, aunque lo entendía en gran parte, como de una forma innata, como si la gran atracción que sentía por su lengua y por su cultura, me hubiera dotado del privilegio de comprender, aunque fuera a medias, una conversación en italiano, sin haberlo estudiado en toda mi vida.

Tú me demostraste que había una razón para aquello, pero esa es otra historia.

El mismo hotel nos unió, y tu sonrisa fue lo que me enamoró por completo, la que me reveló que sólo tú lograrías que lo mejor de mí emergiera como por arte de magia. Los paseos por las calles de Venecia, hicieron el resto.

Siempre me pregunté por qué cuando hablamos de amor y de romanticismo, nos sentimos avergonzados, como si estuviera prohibido, como si fuera algo ridículo, como si el amor nos hiciera perder la razón y quisiéramos detener el tiempo para ocuparnos sólo de amar a esa persona que nos envuelve en lo más sagrado, aunque las respuestas racionales eran bien lógicas, no podemos descuidar nuestras responsabilidades, y el enamoramiento es un proceso químico de nuestro cerebro que suele durar sólo tres años aproximadamente, y luego, se desvanece y quedan el cariño y la costumbre, sin embargo, contigo no sucedió así, tú eras alguien que mi alma estaba esperando, buscando, aunque mi mente ya se hubiera rendido, aunque mis pensamientos ya no creyeran que ibas a aparecer, y sí, hubiera parado el reloj para siempre sólo para mirarte a los ojos, sólo para acariciar tu pelo, sólo para crear contigo un mundo mejor, sólo por estar abrazada a ti el resto de mi vida, sin importarme nada más, tan sólo tú y lo que me hacías sentir, tú, mi inspiración, tú que siempre habías estado en todos mis poemas, en todo lo que yo expresaba cuando hablaba de amor.

Pero fue justamente nuestra lógica, nuestro ego, fueron nuestras vidas mundanas, las que nos separaron.

Yo, una escritora, poetisa romántica, comprometida por conseguir que el mundo se convirtiera en un lugar mejor, empezando por mí, por ser siempre auténtica, escribiendo con el alma, una mujer amante del amor, amante del respeto entre los seres humanos, amante de la confianza, la transparencia del alma, de la complicidad y la colaboración entre todos, tratando de ver siempre lo mejor de los demás, viendo siempre la luz que hay en los corazones de las otras personas, intentando ayudar a aquellos que me pedían ayuda, una eterna soñadora que era capaz de convertir nuestro amor en la supremacía más sublime que había vivido jamás, y en hacerte saber que ese era nuestro paraíso, nuestro espacio sagrado, nuestro destino más hermoso.

Pero dos realidades colisionaron, la de nuestro corazón, nuestra alma, y la que se imponía a nuestro alrededor.

Tú tenías que regresar a tu vida, tú, un hombre de negocios, luchador innato, un hombre que había sufrido mucho para conseguir todo lo que tenía, un hombre sumamente profundo, que no sabía cómo renunciar a lo que había logrado lamiendo sus heridas, con una gran carga emocional que pesaba demasiado sobre sus espaldas pero que había conseguido gracias a su racionalidad. Renunciar a su éxito profesional y social sólo por un amor inmenso que le asustaba y le llevaba a querer sólo la sencillez en su vida, un amor que era demasiado profundo, demasiado confuso, demasiado sobrecogedor, un amor que le hacía sentir la necesidad de olvidarlo todo y huir a un lugar donde nadie pudiera tocar nuestra realidad, y comenzar de cero siendo él mismo, y no la creación que la sociedad había hecho de él.



Estábamos enamorados, sí, pero no era sólo una reacción química, eran nuestras almas las que se anhelaban, eran ellas las que nos reunían una y otra vez de forma mágica cuando creíamos que ya no nos volveríamos a encontrar, eran ellas las que decidían por nosotros, eran ellas las que deseaban fundirse en una sola y traspasar las ideas, los pensamientos, los miedos, las creencias, para crear una nueva forma de ver la vida, juntos, unidos, y construir un mundo nuestro para expandirlo, para que nuestra gran obra, nacida de nuestros corazones, de nuestros seres más elevados, pudiera ser continuada y seguida por muchos otros que anhelaran permitirse ser ellos mismos, y renacer de sus propias cenizas, dejando atrás el materialismo, el consumismo compulsivo, el egoísmo...

Y regresaste, y nos volvimos a encontrar de nuevo en España, y volvimos a besarnos, a entregarnos a nuestro amor, a desear detener el tiempo, a diluirnos entre nuestras caricias, entre nuestros “Te amo”, entre nuestros momentos románticos frente al mar, mientras amanecía...

Y te volviste a marchar...

Y te hallé otras veces, y te anhelé, y soñé contigo muchas noches, y traté de no pensar en ti, y lo logré, mi mente se evadió de los recuerdos, sin embargo, mi alma, enamorada de ti, jamás pudo dejar de amarte y sentirte.

Hoy sigo sin esperarte, porque sé que regresarás de nuevo, porque ese es nuestro sino, y sé que eso ocurrirá cuando ambos comprendamos que no hay que tener miedo de cambiar nuestra manera de vivir y que si nuestras vidas no son compatibles, podemos crear una nueva conjunta, nuestra, porque estoy segura que esa vida es la que seguiremos juntos, de la mano, hasta el final de nuestros días.

No necesitamos parar el tiempo, el tiempo es nuestro aliado, porque nuestras almas no entienden de edades, ni de años, ni de esperas, y se encuentran mientras nosotros tratamos de no pensar en cuánto nos amamos.

Arael Elämä
Eva Vera Vitae.

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