LA
ESTRELLA DEL CALEIDOSCOPIO
Imaginar
es crear, crear es inventar, inventar es hacer realidad palpable
aquello que imaginaste alguna vez, trayendo al mundo físico aquello
que antes sólo existía en el mundo etérico o energético...
Tal
vez por eso siempre me ha fascinado todo aquello que me ayude a
potenciar mi creatividad, como contemplar el mar, un amanecer,
escuchar el sonido del agua de un río, o de los pájaros cantando,
obervar a los niños jugando, sentir la música dentro de mí
vibrando, o mirar a través de un caleidoscopio, algo tan sencillo,
algo tan alcanzable, y sin embargo, tan especial. Ver las formas, los
colores, imaginar, sentir, reír, expresar...
Cuando
observas esas formas bellas a través del caleidoscopio, que se abren
y se cierran ante ti, que danzan, que se expresan, te das cuenta de
que, lo que ves, depende del momento, de la posición, de cómo se
mezclan las pequeñas piececitas que parecen hablarte en un idioma
particular, mientras lo vas moviendo circularmente.
El
otro día, mientras mantenía una conversación telefónica con una
buena amiga, de repente me vi reflexionando sobre esto. Cuando
comparas lo que contemplas a través de pequeño utensilio con lo que
ves a través de tus propios filtros mentales, comprendes que la
vida, en cierto modo y en cierto momento, tal vez, funciona de una
manera parecida, quizás porque tu conciencia del ser se despierta,
florece poco a poco, y entre los altibajos de lo que eso significa en
la lucha acérrima de los programas instaurados en tu mente por no
perder su hegemonía, aparece algo que conserva una sabiduría basada
en algo más elevado, en algo que no tiene nada que ver con lo
que has aprendido durante toda tu vida, y ahí, se manifiesta tu
verdadero yo, tu conciencia real.
Si
observas las figuras en un caleidoscopio detenidamente desde un punto
fijo, ese en el que aparece ante tus ojos, por ejemplo, una hermosa
estrella, y permaneces ahí, todo lo contemplarás desde la
perspectiva de la estrella, todo será estrella. Sin embargo, al más
mínimo movimiento, ésta desaparece y se transforma, y entonces el
mundo parece distinto, porque lo que ves ha cambiado, ya no hay
estrella.
Ahí
puede aparecer la necesidad de buscarla, de encontrarla de nuevo,
porque al mirarla te sentías feliz, pues a ella le habías otorgado
el poder de hacerte sentir bien.
Pero
¿qué es y dónde se halla la felicidad auténtica?, o lo que es lo
mismo, ¿dónde está tu estrella?
En
cierto modo, la respuesta ya la sabemos todos, sin embargo, pocos la
entienden y la experimentan, pocos la integran desde lo más profundo
de sí mismos, y muchos siguen en la búsqueda de esa estrella que
sólo hallan en un punto fijo, en el exterior, en un determinado
momento, para desaparecer luego otra vez. Y ahí de nuevo aparece el
miedo, el dolor, la decepción porque esa estrella se ha ido.
Ya
sabrás que te diré que la estrella está en tu interior, pero eso
no valdrá de nada si no la descubres tú mismo.
Cuando
comparo el caleidoscopio quiero dar a entender que tú eres eso, tú
tienes el poder de ver a través de la estrella, pues ella está
dentro de ti, y tienes el poder de ver cualquier otra cosa, lo
importante es que sepas a través de qué estás mirando el mundo.
La
estrella en este caso es el alma, el ser, y ver a través del ser es
ver a través de la felicidad, del amor, de la paz interior. Sin
embargo, cuando no hallamos la estrella es cuando vemos el miedo, el
dolor, la ira, el rencor, lo cual no son más que respuestas del gran
programa mental que llevamos incorporado, un programa dividido en
pequeños subprogramas que van desempeñando sus funciones sociales,
pues fueron creados para adaptarnos a un mundo que está relacionado
de programa a programa, en lugar de relacionarse de Ser a Ser, y
partiendo desde la separación, en lugar de partir desde la unión.
Cuando
comencé a darme cuenta de que lo que anhelaba fuera de mí estaba
dentro de mí, comprendí que era absurdo sufrir por la ausencia de
algo que no está ausente. Al principio eran palabras que se quedaban
en el campo mental, y que intentaba asimilar, integrar y llevar a la
práctica cotidiana. Un camino de idas y vueltas, de subidas y
bajadas, de estados elevados y de estados de ego muy profundos.
Sentía que las resistencias de mis programas, de mi ego, eran
realmente duras y difíciles de llevar, pero a la vez iba deshilando
poco a poco todo el entramado de ideas falsas, de creencias que
limitaban mi capacidad de Ser.
Así,
en ocasiones miraba a través de la estrella, otras a través de
cualquier otra figura diferente a lo que yo era y soy en realidad.
Encontrarte
a ti mismo es algo así como un camino hacia tu interior, algo que no
se consigue en un sólo día, es un largo proceso de descontaminación
y desaprendizaje de lo que siempre creíste ser, para ser
verdaderamente lo que sí eres.
Tal
vez sea complicado de comprender si nunca te has preguntado qué
haces en este mundo, quién eres en realidad, qué hay más allá de
todo lo que vemos.
El
mundo social, el mundo en el que nos movemos, es un entramado de
programas que actúan desde el cuerpo mental de cada ser humano. Cada
programa es una forma del caleidoscopio a través del cual vemos la
vida, las relaciones, el amor, los valores, la educación, ect.
Existen algunos programas comunes, llamados normas, dogmas, leyes, y
otros que se dividen por linajes familiares y otros individuales.
Pero todo eso no eres tú, todo eso es falso, todo eso forma parte
del personaje que interpretas, sin embargo, hasta que el actor no se
dé cuenta de que no es el personaje, no dejará de actuar como si lo
fuera, se identificará con él.
Hace
tiempo que esa máscara cayó en algunos, hace tiempo que comenzamos
a ver la estrella, aunque fuera en momentos puntuales, aunque viniera
un segundo y luego se fuera, hace tiempo que somos más el Ser que
somos y no la personalidad inventada para sobrevivir en este
paradigma de enredos y laberintos.
Pero
entendí que para llegar hasta mí, hasta mi esencia, tenía que
pasar primero por el bosque del miedo, traspasarlo y comprender que
así debía ser, que todo estaba bien.
Ser
la estrella del caleidoscopio es sentir tu potencial, tu poder, es
ser amor, es dar, es entregar y es verlo todo desde ahí, lo cual
cambia todo a tu alrededor, ya nada es como antes era, y por tanto,
ya no se entiende la vida como antes se entendía.
Todo
se ha transformado, todo tiene otro color, todo tiene más luz...
Eso
no es ser un iluminado, sólo es darse cuenta de que siempre hemos
sido luz...
Eva Bailón
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario...