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Los relatos del blog están divididos en varios títulos genéricos que son "Reflexiones", donde hallaréis escritos espirituales y reflexivos, "Una mirada al Alma" donde podréis leer historias muy profundas de crecimiento personal, del alma, "El Romántico Obsoleto", que cuenta con relatos de humor, irónicos, historias de la vida cotidiana del ser humano, "Diálogos", que son como la palabra dice, conversaciones que suelen ser muy profundas y espirituales, y por último he publicado tres capítulos de una de las novelas en las que estoy trabajando "Alma Cristalina". Disfrutad con todos ellos y compartidlos si os animáis a hacerlo para ayudarme a difundirlos.

Gracias por leerme, bendiciones a todos.

martes, 18 de noviembre de 2014

AMOR


Muchas veces me he preguntado qué es exactamente ese sentimiento que nos embriaga, que nos impulsa, que nos puede incluso llevar a sacrificarnos por la persona amada.
Ya sean los amigos, los hijos, los padres, la pareja..., el amor es lo que mueve verdaderamente al ser humano, pues tras cualquier emoción que experimentemos, sólo si rascamos un poco, lograremos hallar ese gran tesoro que hay dentro de nosotros, el amor.
Amor para sentirnos vivos, amor para sentirnos felices, amor para que nuestra alma vibre y todo tenga un sentido, amor para que cualquier desastre parezca sólo una pequeña piedra que podemos esquivar o saltar, porque cuando el amor ejerce su papel de conductor de nuestra vida, nada puede enturbiar nuestra perspectiva.
Cuando hablo de amor, en realidad no me estoy refiriendo a un sentimiento, sino a algo mucho más grande, algo increíble, una energía que es capaz de moverlo todo.

El Amor...

Esa energía que se instaló en el ser humano como parte de su esencia primordial, unida a la esencia de la mente, de las emociones. Cada ser humano contiene en sí mismo una porción de alma, la cual lleva consigo la capacidad de amar como algo inherente en ella misma, sin embargo, el bagaje de cada alma o incluso su procedencia, pueden determinar cómo vibra ese amor dentro de ella y cómo su parte más humana puede encajar dicho amor.
Como alma, puedo sentir esa fuerza descomunal que es el amor como energía que vibra en una frecuencia ya muy alta, tanto que no logro comprenderla desde mi mente. Por eso, he tenido que permitir que mis pensamientos se rompieran en mil pedazos, que las estructuras mentales que me movían por este mundo, se hicieran añicos, que lo que yo consideraba que era de una manera, se transformara de una forma dolorosa, pero contundente.

El amor ha brotado entonces con fuerza, como una bomba que explota desde lo más profundo de mí, como una flor que florece por fin y esparce tanto su fragancia que yo misma me convierto en esa misma fragancia, dejando de ser lo que antes era. ¿Pero qué soy, o quién soy?

De pronto me encuentro en una encrucijada: “atravieso la membrana que me separa de mi antigua percepción del mundo para comenzar a verlo de otra manera que aún desconozco, o me quedo donde estoy por miedo a lo desconocido”

He permitido que parte de mí experimente lo que es estar en ese otro lado y de pronto todas mis ideas sobre las personas, los sentimientos, el amor humano, todo se ha ido desmoronando, cayendo como fichas de dominó, una tras otra, mientras mi mente se aferra a lo que antes era y se resiste al cambio interno que se está produciendo.

Una parte de mí se ha desvanecido dando paso a lo que yo soy en realidad, cada vez con más fuerza, con más ímpetu. He estado caminando y atravesando fases en el camino, fases en las que me he sentido como que iba transformándome poco a poco, pero ahora todo eso se acabó, he llegado a un final.
Un final que es un principio más, otra etapa que me muestra una nueva yo, una nueva persona cuyo espíritu se ha ido manifestando con más fuerza en cada fase nueva que comenzaba.
Y esta etapa es diferente, es como graduarse de un curso cuyos niveles has ido superando y comenzar un nuevo curso, un paso más en el camino que para mí significa un gran salto.

No dejo de reconocer que sigo impulsada por el amor y que éste cada vez ocupa más espacio en mí, un espacio que mis emociones van cediendo, un espacio que mi mente se resiste a aceptar, poniendo trabas, miedos colmados de preguntas, pero lo que ella no sabe es que la fuerza y el poder de mi corazón son mucho más categóricos y más coherentes con lo que yo soy y que no existe manipulación alguna, interna o externa, que logre separarme de mí misma, de lo que verdaderamente soy y seré.



El amor es la capacidad de Ser sin arrepentirse de lo que somos, pero además, el amor, cuando es verdadero,cuando es incondicional, cuando es esa energía tan vigorosa que se esculpe en nuestra alma porque ella misma es ese amor, cuando no lo inventa nuestra mente para saciar el impulso de sentirnos especiales, amados, completos, nos otorga el regalo más grande, ese que siempre hemos estado buscando, la maravillosa capacidad de verlo y percibirlo todo bajo ese prisma de la belleza real de las cosas, de las vivencias, de las personas.

Y cuando ya puedes sentirlo profundamente, en cada poro de tu piel, cuando parece que te diluyes en tu propia esencia sintiendo tanto amor que te derrites entre los brazos de la magnificencia de tu propia existencia como amor que eres, cuando te experimentas a ti mismo siendo amor, entonces, ya lo comprendes todo, el velo cae, amas sin remedio, amas incluso tu propia tristeza humana, la entiendes, comprendes tus procesos, tus miedos, lo que tú llamabas errores se convierten en algo que agradeces, el dolor desaparece y sólo quedas tú ante tus emociones y tus pensamientos, decidiendo si quieres atravesar la malla que hay frente a ti.

Sí, quiero...

No más luchas absurdas, ahora el paso es firme, aunque no sepa qué es lo que va a ocurrir, aunque sí lo sepa, aunque lo que más deseo no esté ahora junto a mí, aunque el mundo no comparta lo que soy, aunque algunos puedan verme como alguien extraño o inaccesible, aunque me juzguen, aunque me aparten, eso en realidad sólo es el reflejo de la vivencia de cada uno, no la mía.

Amor...

Me sumerjo en el amor para limpiar los residuos de lo que la vida me ha mostrado, para curar las magulladuras de mis decepeciones antiguas, para crecer con la luz del inmenso sol que se esconde dentro de mí, para brillar y alumbrar mi camino, comprendiendo que lo que ocurra es parte de lo que tengo que vivir...

Y el miedo cobra un sentido diferente, ya no puede dominar mis decisiones, mis pasos, mi destino...

Me abro a SER... porque soy amor...

Arael Líntley


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