CAPÍTULO 1 - DIÁLOGOS
Aterricé en este mundo dejando
atrás mis recuerdos, mi hogar, mi compañero... Y comencé muy pronto a
echar de menos la esencia cristalina de los paisajes de ensueño que a mi
alrededor se erigían. El mar era lo que más añoraba, aquel mar de aguas
púrpuras al cual pertenecía de alguna manera. Sólo eso en mi memoria se
manifestaba como un fulgor que poco a poco iría tomando forma.
No quería estar aquí, pero no sabía por qué, sólo conocía lo que mi corazón me decía, que nada de lo que estaba viendo me resultaba familiar.
Y como una torpe forma de vida vestida de humana, con emociones humanas, descontrolada por no comprender quién era en realidad, fui dando tumbos por la vida, tratando de no caerme tantas veces...
No quería estar aquí, pero no sabía por qué, sólo conocía lo que mi corazón me decía, que nada de lo que estaba viendo me resultaba familiar.
Y como una torpe forma de vida vestida de humana, con emociones humanas, descontrolada por no comprender quién era en realidad, fui dando tumbos por la vida, tratando de no caerme tantas veces...
- A veces me
siento como si me hubieran metido dentro de un recipiente del cual no sé
cómo salir, y tengo que acomodarme a él y a sus reacciones extrañas.
Sí, tengo miedo, porque no sé cómo vivir aquí, las relgas del juego son
tan absurdas y tan injustas que no puedo hacer otra cosa que rebelarme
contra ellas, después de haber intentado adapatarme y ver que no consigo
ser lo que ellos pretenden que sea.
- Pues deberás ser
responsable de tus decisiones y de tus acciones, pequeña, porque, a
pesar de que todo está ya decidido, te corresponde a ti dar los pasos
que viniste a dar.
- Y si está todo ya hecho, y si nada depende
verdaderamente de mí, de esta pequeña humana, ¿para qué pensar tanto?
¿para qué tomarme la molestia de escoger y de accionarme?
-
Querida amada, tienes la maravillosa capacidad de decidir cómo realizas
el camino, a pie, alzando tu vuelo, a través del mar en un barco, porque
aquí, en este lugar, se te permite experimentar lo que ya has
experimentado, lo que crees que está por llegar, en realidad hace tiempo
que ha llegado, pero en la Tierra, se os da la oportunidad de vivir sin
recuerdos, y de crear lo que ya fue creado, desde un punto de vista en
el que no sabes que ya has navegado por el mar que todavía no has
encontrado, ya has dado los pasos que crees nunca haber dado.
- ¿Y qué sentido tiene eso? Es mejor entonces no hacer nada.
- No, mi pequeña, no, lo mejor o lo peor no existe, sólo existe lo que
tu Ser ya ha decidido hace tiempo, y a ti te corresponde como humana
recorrer el camino que tu Ser te marcó, desde la ignorancia, desde el
aprendizaje, porque desde el "no tiempo" todo es y todo está hecho, pero
en este mundo debes vivirlo como algo nuevo, insólito, y debes hacerte
cargo de lo que eres, de quién eres, aunque sepas que nada depende de
ti, que todo depende del Ser.
- Creía que el ego nublaba el camino del Ser.
- Sí así es, pero también es así porque así está dispuesto.
- Entonces sufrir se convierte en algo tan estúpido...
- Pequeña mía, el sufrimiento es el camino que usa el ego para refugiarse en su zona de confort cuando tiene miedo.
- ¿Y qué es el ego?
- El ego es una conciencia artificial que se instaló en el ser humano y que consiguió limitarlo, desconectarle del Ser.
- Uff, menuda afirmación acabas de hacer, mi querido compañero, ¿no te parece muy atrevida?
- Tú ya sabes la respuesta a esa pregunta, al igual que sabes que no te estoy diciendo ninguna barbaridad.
- ¿Pero no existe ningún ego que sea natural en el ser humano?
- En realidad no. En el ser humano existe la mente, pero el ego es un
añadido muy conveniente para crear limitaciones, aunque a su vez, haya
servido para aprender de la inconsciencia. El Ser está encapsulado,
envuelto en esa conciencia artificial, pero el Ser ya lo sabe, no viene
sin conocer esas condiciones, no entra en contacto con la Tierra sin
saber lo que le espera, recuerda que en los planos más elevados, todo
es, simplemente es, no existe ni el bien, ni el mal, sólo la existencia
en sí misma. Todo esto es sólo un juego, y cada uno de vosotros
interpretáis un papel, el que habéis escogido previamente, y sólo
saldrás de ese rol si tu Ser así lo escogió, si ese es tu cometido.
- ¿Y cuál es mi misión, mi querido amado?
- Tu misión es reconocerte, dejar de estar anclada en el apego de lo
artificial y eclosionar, permitirle a tu Ser expandirse, para que tu
verdadera consciencia se manifieste por encima de lo que eres como
humana, pero a través de lo que eres como humana. Entonces, sólo
entonces, se te revelará el resto de lo que viniste a desempeñar, así
que suelta ya lo que tanto agarras, trasciende los miedos, y salta al
vacío, pequeña mía, porque sólo así lograrás lo que tanto sientes en ti,
lo que sabes dentro de ti.
- Bueno, si todo ya está hecho,
confiaré, dejaré todo en manos de mi Ser para que él me guíe, porque
sólo él, puede conocer mi verdad, y me accionaré desde lo que sienta
resonando en mí.
- Así es, no hay ningún maestro externo que te
pueda decir cuál es tu camino, eso sólo lo puedes hacer tú. Muchos
podrán darte pistas, pero nadie hará lo que viniste a hacer por ti, sólo
tú puedes hacerlo, sólo tú puedes descubrir tu potencial, y sólo tú
puedes florecer y emanar tu esencia.
Transitar por estos lugares
acompañada de lo intangible lo hace todo mucho más sencilo, aunque
antaño creyera que perdía la cabeza y que yo era la distinta, ahora creo
que son los demás los que no entienden nada.
Arael E. Araham...
Historias de un Alma Extrangera
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