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Los relatos del blog están divididos en varios títulos genéricos que son "Reflexiones", donde hallaréis escritos espirituales y reflexivos, "Una mirada al Alma" donde podréis leer historias muy profundas de crecimiento personal, del alma, "El Romántico Obsoleto", que cuenta con relatos de humor, irónicos, historias de la vida cotidiana del ser humano, "Diálogos", que son como la palabra dice, conversaciones que suelen ser muy profundas y espirituales, y por último he publicado tres capítulos de una de las novelas en las que estoy trabajando "Alma Cristalina". Disfrutad con todos ellos y compartidlos si os animáis a hacerlo para ayudarme a difundirlos.

Gracias por leerme, bendiciones a todos.

jueves, 8 de septiembre de 2016

LA NATURALEZA DE MI ESENCIA

Siempre voy a decir lo que siento, tal vez muy mal traducido por mi mente, porque lo que siento en mi alma no es muy bien comprendido por mi mente, pero no voy a decir otra cosa que sea contraria a lo que siento, a lo que soy, a mi verdad interior...

Los filtros de la mente, más o menos gruesos, pueden distorsionar lo que quisiera transmitir, o pueden distorsionar lo que recibo de otros con una interpretación muy alejada de la realidad de éste, pero ya sabemos que esto funciona así, nadie ve la realidad del prójimo, sólo vemos lo que queremos ver y solemos engañarnos tanto...
Trataré de ser lo más clara posible y de recibir sin juicios y con las mínimas interferencias aquello que otros me digan, trataré de ver a los demás como son en verdad y no como me los imagino, trataré de ver sus almas, aunque sus egos sean recios y contundentes, esquivos, necios o tan sumamente espesos que no alcance a percibir su verdadera esencia brillando con su luz y atravesando su pecho como suelo observar.

¿Y quién soy yo? ¿Qué no soy?

No soy perfecta, puedo reaccionar, puedo tener miedo, puedo desconfiar, puedo apartarme de quiénes me hagan sentir ese ruido al que llamo "chirrido" que me hace saber que ya no hay nada más que pueda aportar yo a esa persona y que dicha persona tampoco puede aportarme más a mí, ese ruido que me hace saber que llegó el momento del adiós, aunque las almas sigan conectadas, ese desagradable sonido que me indica que no debo prolongar más mi paso por ese camino.

No soy un ejemplo a seguir, ni tampoco sigo a nadie, voy siempre por libre, y quiero continuar haciéndolo, vivo en función a lo que siento, aunque haya almas preciosas brillando mucho, no me deslumbro y me desvio de mi camino, pero sí las admiro, las amo, las contemplo como si fueran la preciosa gracia de un amanecer de verano, pero continuo fluyendo desde mí misma, enamorada del fulgor de los que resplandecen como soles emanados desde sus corazones inocentes, pero siendo yo, esta ingenua persona que a veces ama tanto que se olvida de que los egos a menudo traicionan y hieren cuando el amor se me derrama, sin darme cuenta de que no todo el mundo sabe amar de verdad todavía.

No soy pureza, tengo mis momentos tóxicos, emociones que emergen y me envuelven en una energía que me convierte en algo que no soy, pero lo acepto, no es una lucha lo que quiero dentro de mí, así que sólo escucho lo que esas emociones me quieren decir y las dejo partir.

Aunque a veces me cueste soltar y mi personaje victimista se asome para buscar protagonismo, lo abrazo y le pido que deje de sufrir, porque se está perdiendo la vida, se está destruyendo y me está arrastrando a mí que sólo quiero sentirme viva.

Hay personas que también emanan a veces su toxicidad hacia mí, pero las entiendo, en ellas puedo ver parte de lo que hay en mi mente, no son tan diferentes de mí, no lo son, y si su contaminación es demasiado fuerte o reincidente, trato de ver si reacciona mi propia toxicidad, sobretodo la que suelo emanar hacia mí misma; y si me repudian las dejo partir porque sé que ya no me necesitan más, pues ellas mismas acaban despreciándome por defraudar sus expectativas, y porque ya no nos necesitamos como espejos para seguir creciendo...

No necesito ser líder de nadie, ni de nada, ni que la gente crea que soy muy sabia, mi sabiduría está dentro de mí, como si se tratara de una gran biblioteca de la cual hago uso cuando así lo preciso, pero no siempre encuentro a la primera las respuestas que mi mente o la de otros tanto ansían encontrar...

Sólo soy una hoja más del gran árbol que me sustenta, consciente de mi existencia, agradecida por todas mis experiencias, entregada a la vida y fluyendo al compás de la danza del viento que me balancea.

¿Y quién soy yo? ¿Qué soy?

Soy la libertad de un vuelo que se descubre en cada verso, en cada gesto, en cada elección, en cada amor, en cada amigo, en cada acción, en cada camino...



Me desnudo de mis miedos cada vez que los miro para trascenderlos, y mis máscaras se agrietan cada día más, para dar lugar a mi rostro, el que siempre fue lo que yo soy, el que no es nada, pero lo es todo, ése cuya fragancia tiene un dulce tono de amor, un fuego ardiente en su núcleo, agua de mares remotos brotando, tierra en los pies para poder surcar el cielo partiendo desde un lugar a donde poder regresar después, viento en mi boca para poder susurrar este amor que yo soy como una brisa suave, o como un huracán que arrase aquello que no me permita ser quien soy, o quiera invadirme, y si me lo permites, sí tú, tú que me lees, también podría derruir aquello que no te permita ser quien eres.

No me gustan los prejuicios, aunque eso sea ya un prejuicio, soy contradictoria en mi personalidad, a veces quiero ser el sol, otras la luna, a veces quiero quietud y otras deseo danzar alrededor del fuego para que mi propia llama interior sienta que su fuerza la acompaña. No soy una bruja, pero me hubieran quemado por serlo si hubiera nacido en otra época, soy natural, extraña, a veces huidiza y huraña, como una gata que se esconde de las multitudes y de algunas personas que no le entusiasman.

Si amo a alguien, lo hago para siempre, sea de la manera que sea, ocurra lo que ocurra, aunque en realidad sé que mi alma ama sin discriminación alguna, sea o no consciente de ello.

Pero ante todo soy lo que deseo ser, porque lo que deseo ser es justamente lo que soy... y eso no tiene ninguna definición, soy todo, soy nada, soy una divinidad experimentando a través de un cuerpo humano, vivo esta experiencia sagrada...

Ahora dime, ¿Quién eres tú?

Arael Elämä.

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