(Dedicado
a mis amigos Ana y Pablo, por su cariño, por su comprensión, por
compartir conmigo sus anhelos, sus inquietudes y escuchar los míos
con tanto amor. Gracias.)
- Despierta y mírame, ¿ya puedes verme?- Le dice el amor a un hombre que esconde su rostro entre sus manos resignado ante una vida dura e injusta.
- Sí, puedo presentirte, noto cómo una leve vibración comienza en mi pecho.- Contesta emocionado con lágrimas en los ojos.
- Pues ahora sólo deja que tu sonrisa te cuente lo que sientes, permite que yo crezca libremente...y lee de nuevo mi carta.
Para
el hombre resignado
Querido
ser que esperabas en el andén para que yo te hallara, quiero
preguntarte algo, quiero decirte tantas cosas...
Hace
tiempo que he llegado, y te he visto allí sentado, triste,
cabizbajo, preguntándote tantas cosas, divagando, distraído y
rezagado de tu vida, renegado de encontrar una buena y hermosa salida
donde la felicidad sea compartida.
¿Por
qué no me ves?...
Tanto
tiempo caminando, tanto tiempo escuchando tu llamada, tanto tiempo
sintiendo cómo mis pasos se iban acercando...
Tanto
dolor hay en tu pecho que se cerró para siempre la puerta que un día
debíamos atravesar unidos, y ahora sé que aunque me tuvieras a tu
lado, sería como si no me hubieras hallado...
Te
perdiste en tu historia, en tus anhelos, buscando y buscando en
lugares donde todo era incierto, donde nada de lo que ansiabas podía
nacer porque tu alma sabía que allí no hallarías lo que tu corazón
sentía como amor completo...
Y
al extraviarte a ti mismo, te perdí, te perdí antes de que mis
manos pudieran entregarte la llave para que descubrieras lo que en tu
cofre sagrado ocultabas, ese amor tan grande que surgía de lo más
profundo de ti, atento, aguardando el mejor momento para florecer
contento...
Soy
un fantasma ahora, una tormenta que llueve para desgarrarse en rayos
que rompen las esperanzas, que tiñen el sol de niebla y añoranza,
una sombra rebelde que se desmaya ante tus pies, descalza ya de andar
por la senda de tu playa, sedienta pero muerta, entumecida por el
desencanto, por descubrirte muerto, vacío, quizá es demasiado para
darte mi mano...
¿Y
qué hacer si ya no hay tren porque el maquinista decidió dejar de
hacer su recorrido?
Dejé
mis maletas para alcanzarte rápido, pero esta vez no he sabido
detener tu dolor y salvarte de ti mismo, de lo absurdo que es
olvidarlo todo para luego tratar de recordarlo...
Si
no sabes reconocerme cuando ya estoy a tu lado ¿por qué me has
estado invocando?
Hablas
de mí y dices que soy lo que une a las personas, que deseas
sentirme, que persigues abrazar la calidez de lo que mis brazos de
fuego pueden proporcionarte cuando te dejas llevar y me sostienes en
tu cuerpo, en tu alma, en todo cuanto puedes llegar a ser.
Soy
muchas veces un vago recuerdo, frágil, confuso, pero sabes cuánto
te lleno, cuánto vibras cuando te acaricio a través de los dulces
besos que calman la sed de empaparte de ese sentimiento al que sin
querer negaste por el desengaño y el desasosiego.
Pero
ya he llegado, y te estoy diciendo:
- Mírame, estoy aquí, ¿no te das cuenta?. Apenas soy la semilla enterrada en la tierra y aún no he brotado, pero he llegado, mi querido compañero, acudí a ti, y ya no puedo desaparecer, aunque no puedas verme.
Cuántas
veces otras fracciones de mí han anidado en otros corazones y
ninguno de sus dueños les han denegado la entrada, y cuántas otras
ha sido muy al contrario, y mis otros yoes se han derramado en las
lágrimas de de alguno de los implicados...
Negarme
es morir, es vaciarse de uno mismo, es perecer en el miedo y en el
esperpento absurdo de lo inconexo, de lo perecedero, de lo que era
venidero, y olvidar que los seres humanos sin amor no alimentan a su
alma y la dejan fallecer ahí dentro...
Por
eso insisto, compañero...no quiero ver tu bella esencia convertirse
en humo negro...
Si
hoy no puedes verme, mañana pruebo de nuevo...
Si
hoy estás confuso, mañana seré el sol que te alumbre para darte
claridad e impulso...
Si
hoy sufres con el recuerdo de la desolación y te confunde el deseo
de un anhelado futuro, mañana las estrellas brillarán muy
fuertemente para enseñarte el destino de un amor que cambiará para
siempre tu rumbo...
Así
que, querido compañero de corazón ensombrecido, he llegado al andén
para que subas al tren conmigo... soy el amor, soy el amor que ha
florecido en tu alma aun sin haberlo percibido, soy el amor que te
habla mientras estás dormido, soy el amor que te alcanza porque así
lo has merecido, soy el amor que te atrapa para girar las agujas del
reloj en otro sentido...
Permítete
sentirme, libérate, suelta las ataduras que te apartan de lo que te
traigo, deja que resurja, porque en realidad, querido compañero,
siempre he estado ahí contigo...
Sé ese ángel hermoso que yo veo en ti, y deja brillar a tu ser a través de tu piel, de tu voz, de tu alma y de lo que yo soy, la fuerza de tu corazón...
Firma:
El
Amor
Eva Bailón
Derechos de autor
Derechos de autor
MUY BUENO VIEJA
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