Hoy
he hablado con el viento, con su alma, y le he dicho que acaricie mi
vida como siempre lo ha estado haciendo, que aparte de mí aquello
que no me permita avanzar, que me invite a danzar entre sus ráfagas
estivales, que me eleve como si fuera una hermosa ave, que me
envuelva en él, que me salve...
Y
el viento me ha traído músicas melodiosas que me han convertido en
bailarina, me ha envuelto en sus regalos arremolinados y vertiginosos
para que riera y me sintiera viva, me ha enseñado a planear en mi
vuelo y dejarme llevar como una pluma, hacia mi destino, sin miedo...
El
viento ha secado mis lágrimas con un soplo de afectuoso silencio, un
silencio armonioso de palabras del alma, frases y versos escritos en
una sola mirada que en su idioma intangible, inaudible, manifiesta el
amor que se oculta en infinitos mares y cielos, universos, lugares
que ni siquiera con mi imaginación acierto...
Y
soy así el hada de los vientos, el ángel que se desintegra en su
trayecto, espíritu de aire que se viste de aromas, de esencias, de
notas de luz que se desvanecen en su pensamiento...
Me
muevo invisible para buscarme, para hallar la libertad que hay en mí
cuando navego en mi mundo insondeable, para no ser emoción, sino
amor y así elevarme, y elevarme, y elevarme... y así ser
inalcanzable...inalcanzable para lo que me hace vulnerable...
Y
en tu susurro, amado viento, soy mi canto más plausible, mi voz más
melódica, mi poema más sereno, mas inadvertida como un secreto,
imperceptible como lo etéreo, verdadera como lo más cierto... yo
convertida en misterio, en sigilo, en sosiego...
Tu
poesía vaporosa me cuenta de tu vida, viento, me encuentra, me
abraza, me muestra lo que soy reflejada en tus partículas infinitas,
me enseña el camino que aún está por recorrerse, la senda que me
une conmigo misma, el verso que sigue el himno armónico de mi propia
existencia divina.
Aún
falta un tiempo para que me aleje definitivamente y abandone este
cuerpo en el que habito, pero me ausento de él cuando lo deseo, para
liberarme de las cadenas que me aprisionan y volar surcando
los límites de los tiempos, dimensiones, planos y conocimientos...
Gracias
viento...
Arael
Líntley...
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