VIVIENDO EN ESTE MUNDO
REFLEXIÓN
Echar
de menos, añorar, extrañar... ¿Qué significa en realidad?...
¿Significa querer tener algo o alguien cerca?...¿Significa que
nuestro ego desea poseer ese algo o alguien, o tener el control de la
situación?...
¡Cómo
se siente en el corazón la añoranza, a veces sin saber bien qué es
lo que se añora...!
Y
esa tristeza que parece apoderarse de ti por momentos, ni siquiera
tiene explicación, tan sólo es, está ahí, como una pequeña
molestia que no consigues arrancarte, algo que se manifiesta de vez
en cuando en ti...y te hace plantearte tantas preguntas...
¿Quién
soy? ¿Qué hago aquí? ¿Dónde está mi compañero? Siento que vine
con alguien, alguien que aún no está conmigo...
Después
de buscar respuesta, después de meditar sobre ello y tras años y
años sintiendo ese vacío que no puedes llenar con nada, te das
cuenta de que tienes que hacer algo...
Y
ves que buscando en el exterior no hallas nada, así que, comienzas a
ir hacia dentro... Y ahí, ahí está esa pequeña porción de tu
ser, tu alma, dentro de ti, diciéndote tantas cosas que habías
olvidado...
Siendo
ya algo más consciente de quién soy, aunque sin tener todos mis
recuerdos activados, sigo caminando, y aún así, la añoranza
continua... y a veces, una vocecita que proviene del cansancio y la
fatiga de este caminar en este lugar tan inhóspito dice casi pasando
inadvertida... "quiero irme a casa"....
Pero...
¿dónde está y qué es exactamente ese lugar al que llamo casa?...
Ahí
queda esa pregunta sin respuesta, esa que hace eco constantemente en
mi memoria, tal vez esperando a ser recordada en este camino donde lo
olvidado está dejando de estar en el olvido para emerger como la
verdad de mi ser, de mi alma...
Añoranza...¿la
sientes? Es como un pálpito suave en tu corazón, que se expande
fuertemente en ocasiones, y en otros momentos parece disiparse...
Ahora,
dentro de este espacio mío, me transformo cada día más y más...
Y
me hago cada día más preguntas...
Tal
vez aún debo saber escuchar...
¿Escuchas
tú el susurro de tu Ser?... Mi Ser, casi inaudible me responde en la
medida en que mis cambios me permiten comprender...
Frente
a mí misma me planteo qué deseo hacer en esta vida, sin importar mi
edad, hace ya un tiempo que todo cambió en mi vida de manera
bastante drástica, lo cual me impulsó con fuerza a depurarme, a
realizar la gran metamorfosis que hoy me ha llevado a escribir todo
esto.
Siempre
creí que no había venido sola, que había alguien en algún lugar
que era mi compañero, algo así como una persona cuya alma había
encarnado para cumplir conmigo una misión de amor, pero no entendía
bien qué quería decir todo aquello que sentía dentro de mí.
Era
tan fuerte lo que había en mí, aquella certeza de ese ser que
estaba en algún lugar, que podía sentir su llamada, podía percibir
que también estaba sintiendo la mía, podía notar que ambos, cada
uno a su manera, sabíamos que en algún momento nos encontraríamos.
Y
así será, muy probablemente, pero dejé de esperar, dejé de
buscar, ya no es necesario que lo haga, porque ya no necesito que
aparezca frente a mí. Tengo la certeza de que llegará el momento en
que, cuando ambos estemos completos, cuando ambos hayamos permitido a
nuestras almas iluminarse, crecer, y hayamos tomado consciencia
completa de quiénes somos y de lo que vinimos a hacer, todo el
universo conspirará para que nos unamos.
Nunca
entendí la manera en que se relacionan las personas, tantas
amistades convenientes, tantas falsedades, hipocresías, traiciones,
relaciones de pareja basadas en necesidades físicas o emocionales,
alarde de privilegiados puestos de trabajo que permiten a unos
sentirse superiores a otros y realizar actos que así lo
demuestren...
Siempre
creí que yo era la que no se adaptaba, la que no permitía que se
relacionaran conmigo, la que se apartaba, pero, aun abriendo mi
corazón a los demás, seguí sin entenderles.
Ser
una persona segregada o rechazada nunca fue algo que me molestara, al
contrario, me permitía acercarme a otros que eran como yo, para
ofrecer mi amor, ¡qué ilusa!, ya desde muy joven creía que todos
somos amor, pero realmente no en demasiadas ocasiones hallaba ese
“amor” en los demás, pero sí encontraba desprecio, burla, o
incomprensión... definitivamente no sabía dónde había nacido
“¿qué lugar de locos es este?”
Jóvenes
guerreando por ser los más populares, mientras otros detestaban el
sistema y lo saboteaban como podían, tal vez con actos vandálicos,
o intentaban huir de la realidad a través de las drogas, el alcohol,
el sexo...
Otro
tema que siempre me sorprendió, cómo no importaba nada con quién
te relacionabas a través del sexo, algo que a mí me sugería un
intercambio de mucho más que fluidos o de placer carnal, algo que yo
percibía como el contacto de las almas, a través de la transmisión
de la energía del uno y del otro, en un acto que trascendía el afán
de la satisfacción individual, un acto que unificaba dos seres en
una relación donde dos polaridades opuestas se fusionaban a través
del motor del amor. Pero claro, yo era la rara, ellos los que sabían
bien lo que hacían, experimentar, aprender, practicar, pero ¿desde
el egoísmo puro y el instinto más animal del ser humano?... Tal vez
yo era sólo una persona idealista que sólo veía la parte hermosa
de ser un ser humano y me sorprendía comprobar una y otra vez ver
cómo la bajeza se imponía, la bajeza vista sencillamente como actos
que nacen de la inconsciencia total, actos que nacen de mentes
dormidas, o de gente sin alma, tal vez...
Y
en ese mundo de locos, yo era la loca, yo era la extraña, me
pregunto realmente quién definió la cordura y en base a qué,
porque si ser cuerdo es estar dentro de las normas establecidas de
este sistema moribundo, dentro de este sistema corrupto y contaminado
por la ignorancia y por los instintos más bajos del ego del ser
humano, entonces yo no estoy cuerda, ¡para nada!.
¿Cómo
se puede valorar a alguien por su aspecto físico, por su color de
pelo, su color de ojos, su peso, su busto, su trasero, sus piernas,
sus músculos, su manera de bailar o de hablar, ect...?
¿Qué
hay dentro de cada ser humano? ¿Te has parado a preguntarte eso cada
vez que conoces a alguien?
Realmente,
pocos se tomaron la molestia en mirar dentro de mí, para ver quién
había dentro de este receptáculo que es mi cuerpo físico, el cual
envejecerá, como el de todos los seres humanos. Lo que está aquí
dentro, eso es lo que soy, no mi pelo, ni mi aspecto, eso no es
importante.
Al
principo, este hecho me apenaba, era muy joven y no comprendía,
porque yo tenía la mala costumbre de mirar a los ojos para ver quién
había dentro de cada persona, y aunque yo era capaz de ver en
profundidad, sabía lo más importante que tenía que saber, que su
apariencia no definía a su alma.
Así
que, echar de menos, añorar, extrañar...sí, porque sabiendo que el
amor existe, el amor con mayúsculas, sabiendo que las relaciones
entre nosotros podrían ser mejores y diferentes, sabiendo que
incluso las parejas podrían ser inseparables si se unieran con
responsabilidad y con el AMOR que les permitiera expandirse y ser dos
seres conscientes y plenos amándose felices, sin miedo, sabiendo
todo eso, no puedo dejar de añorar alcanzarlo...
Tal
vez antes lo tuve, y por eso ahora lo extraño tanto...Seguro, porque
lo estoy recordando...
Arael...
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