LA
MELODÍA DEL SER
Del
mismo cielo se deslizan suaves gotas cristalinas, envueltas en un
halo dorado que se mezcla con mi energía al entrar en mi cuerpo,
invadiendo cada célula, cada lugar que compone este pequeño y
frágil instrumento que el Ser escogió para comunicarse, para
expandirse, para hacer que sus notas se escucharan en su canción
resonante.
Al
principio, mi mente, esa pequeña inconsciente que se comporta casi
siempre de forma inconherente y respondona, comenzó a resistirse a
la llegada de algo tan magestuoso, porque tenía Miedo...
Y
entonces el dolor se hizo con el poder y conquistó todo el
territorio, abarcando cada cuerpo que compone esta plantilla con
forma humana que parece que sea yo, pero que es pura apariencia. Si
me vieras desde el Ser, sabrías que no tengo este rostro, no soy
así, soy mucho más que esto que crees estar viendo, y no soy
tampoco tu opinón sobre mí, sea cual sea, y no soy tampoco el
reflejo que tu mente quiere ver, pero he venido con esta forma holográfica manifestada como aparente materia, para
que podamos comunicarnos de otras maneras, relacionarnos, mirarnos, y
sobre todo, he venido así para conseguir algo que parecía muy fácil
antes de intentarlo, ser lo que soy, mi verdadero yo, a pesar de
llevar este traje, a pesar de experimentar en un mundo que no entiendo y donde nada es
lo que parece.
Sufriendo
los hechos se perfilan de un modo tan distinto. Todo cambia de
tonalidad, los días lluviosos resultan fríos, tristes, y un motivo
más de llanto y de desesperación. Los problemas se convierten en
montañas, en navajas afiladas que te hieren, hundiéndose en tu
carne, pero no es ahí donde te duele, sino en el alma, en lo más
profundo que puedes sentir, describiéndose como un abismo en el cual
caes y caes sin que un ápice de luz te sostenga.
Cierras
los ojos y te observas, corroborando cada detalle que te disuelve en
la desdicha y te empuja al fatalismo, pero es la mente quien juega y
quien gana, o quien pierde, porque se enfrenta sólo sí misma, en el juego de la luz y la oscuridad que ella misma inventa.
Es
ahí cuando de pronto una fuerza suprema se despierta con la
fortaleza de un dragón invencible y arrasa de un fogonazo todo lo
que el ego estaba tejiendo en su afán de estar por encima de lo que estaba sucediendo
realmente. Se termina la mentira de la dualidad porque sólo existía en el mundo del ego.
Y
las gotas de luz que penetran en mi piel y se expanden, continuan
realizando su función en mí, guiándose por todo mi sistema
energético y orgánico como si supieran desde siempre hacia dónde
deben ir, dónde deben colocarse, cómo deben ir fluyendo por mi Ser.
Me doy cuenta entonces de que el ego se ha quedado exahusto, dormido en su pelea por temer
lo que estaba ocurriendo.
Tanta
lucha, tanto miedo, tanto desasosiego por algo que en realidad, no es
realidad, por algo que es sólo parte de un paradigma obsoleto que se
resiste a caer con todas sus fuerzas.
Pero
el ego sólo conoce esa verdad, se forjó con cada mentira llamada verdad, con cada
invento llamado realidad, con cada espejismo que fue aprendiendo, y se creó así su propio
mundo para gobernarlo.
¿Cómo no comprender su temor al verse amenazado por una entidad tan inmensa, vestida de algo que rechaza a causa de su temible magnificencia?.
¿Cómo no comprender su temor al verse amenazado por una entidad tan inmensa, vestida de algo que rechaza a causa de su temible magnificencia?.
Ya
en reposo, siento las aguas cristalinas rebosando dentro de mí, las
oigo cantar, su melodía se eleva por encima de la voz del ego,
inunda todo el espacio que soy, estoy siendo y siendo, como una
ráfaga de viento que cobra vida y que se vive, que se siente, que se
hace ser dentro de este gran universo interior que habita en este
pequeño receptáculo llamado humano.
Mi
Ser, que soy yo misma, mi verdadera esencia, cabalga sobre la senda
de mis memorias ancestrales, las libera, las enciende de amor, las
besa, las eleva, y desata el mecanismo de apertura hacia el mundo que
no era capaz de ver cuando mi ego se asustaba.
La
verdadera melodía ya suena sin interrupción alguna...
El reinado de lo invisible comienza, pero ahora, ya no será más tan incierto, ni tan temido...
El reinado de lo invisible comienza, pero ahora, ya no será más tan incierto, ni tan temido...
Arael
Elämä
Una mirada al Alma
Una mirada al Alma
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