Hoy he venido a
decirte lo que no entendía tiempo atrás, lo que aprendí a fuerza
de tanto llorar, a fuerza de tanto caerme y tenerme que levantar.
No es fácil
expresar todo lo que hay dentro de mí, no lo es, pero tú lo sabes,
eres capaz de comprender mis palabras porque la energía de lo que
siento se queda impresa en cada letra y se transmite como una fuerza
poderosa que atraviesa la pantalla y alcanza tu corazón, pues es él quien entiende el mensaje real de este lenguaje vago e insulso
que usamos para comunicarnos.
La conexión entre
nosotros sobrepasa nuestro conocimiento de esta realidad,
por esa razón lo que te escribo no será necesario traducirlo, ni
darle un significado, sino que sólo está expuesto aquí para que
puedas sentirlo.
Te amo, sí, te
amo, pero no de ese modo débil y apagado en que amamos los humanos desde lo cotidiano, no de esa manera especial que nos engancha a la
persona que amamos, no de esa forma en la que tú tratas de agarrarme
y tenerme contigo para siempre, sino desde otra perspectiva, otra que
comprenderás enseguida.
¿Que por qué te
amo? Pues no hay ninguna razón, simplemente te amo, porque mi
alma así lo manifiesta, porque soy libre y amo sin ataduras, sin
miedo, sin celos, sólo porque sí, porque tú lo mereces y yo lo
merezco.
El tiempo de
soledad me enseñó que mis inseguridades me hacían daño, que mi
creencia de no ser capaz de desarrollar en este plano mis sueños me
bloqueaba los caminos, que mi anhelo de hallarte me cerraba las
puertas y no me permitía verte, ni siquiera cuando podía estar
teniéndote ante mí, pues me cegaban mis dudas, mis temores, mis
espejismos, y mis propias estrategias para saber reconocerte, me
alejaban de mí misma, y dejaba de reconocerme, de amarme, de
comprenderme, buscando la forma de ser reconocida y valorada.
Fueron años muy
duros, años en los que en alguna ocasión deseé desaparecer de este
mundo, años en los que fui descubriendo, con mucho dolor, que yo
misma saboteaba mi felicidad despreciándome y reclamando tu ayuda,
como si fueras un caballero errante que desde mis sueños pudieras
venir a mi mundo para rescatarme.
Y sin embargo,
entre todos mis ataques de pánico, a causa de mi desconfianza hacia
la vida, y aunque no me salvaras de mí misma, ahí estabas tú, como
una estrella fugaz, distante, pero presente, pulcro y enamorado de la
vida, mostrándome cuánto desamor había en mí, cuánto miedo,
tantísimo miedo a vivir, mientras tú eras pura vida, puro riesgo,
porque sabías que en realidad no perderías nada, pues todo está en
ti, todo está en nosotros. Me enseñaste mucho, muchísimo, tanto
que ahora puedo empezar a decirte llena de felicidad todo lo que me
digo a mí misma, va por ti y va por mí, porque te amo, porque me
amo...
Te amo por lo que
eres, no por lo que haces, te amo por lo que eres, no por lo que
tienes, te amo por lo que eres, no por lo que has conseguido.
Para mí no eres un
triunfador, ni un fracasado, sólo eres un ser digno de ser amado.
No necesito que
seas fuerte, ni tampoco débil, pero me encanta que no te avergüences
de ser quien eres, pues la verdadera fortaleza reside en que no te
importe sentir tu vulnerabilidad y abrazarla, como el que abraza a un
niño inocente, y ser sensible no significa ser débil, en absoluto,
sino se consciente de que eres capaz de sentir y dejar que tus
emociones circulen por tu cuerpo para luego salir volando libres,
mostrándote así lo que significa ser un ser humano.
Nunca es necesario
que te sientas culpable, sino que sepas que a veces las cosas no
salen como esperábamos y que eso nos ocurre a todos, el sentimiento
de culpabilidad nos consume, eso me lo enseñaste tú, y sé que eres
pura confianza en ti mismo, y en el potencial de los demás, y que la
responsabilidad de ser lo que somos, fieles a nosotros mismos,
coherentes, es exclusivamente nuestra, no hay que ceder ese poder
interior a nada, ni a nadie, mi poder es el amor, igual que el tuyo,
el de todos, aunque sólo si nos hacemos conscientes de ello.
Te amo por lo que
eres, no necesito que tengas títulos académicos que demuestren
cuánto sabes, porque en tu alma se halla toda la sabiduría del
universo, los diplomas no te hacen ser lo que eres, y aquellos que te
valoren por su obtención creen todavía que el amor se basa en la
apariencia y han decidido encajar en esta sociedad enferma.
Te amo por lo que
eres, no necesito que seas ordenado, disciplinado, o elocuente, ni
que demuestres que eres espiritual, ni que sepas estar a la altura de
lo que este mundo nos exige para ser normales, sólo te pido que seas
tú, tú, tu mejor versión de ti mismo, lo mejor de ti expresado de
la manera en la que seas totalmente leal a ti mismo, la forma en la
que te sientas más conectado a tu propia esencia.
Te amo,
simplemente, te amo así, cuando sonríes y cuando lloras, cuando te
enojas y cuando te alegras, cuando duermes, cuando despiertas, cuando
te acercas y cuando te alejas, cuando eres un ser divino y cuando
eres mundano.
Te amo por lo que
eres, nada más.
Te
amo por lo que eres nada más...
No
te rindas a lo que no eres para tratar de complacerme, no es
necesario, sólo serías un invento de lo que no eres, y yo te amo
por lo que eres, pues para mí no eres mejor si me intentas agradar,
porque ya me gustas, me encantas así, desnudo, sin disfraces.
Te amo
por lo que eres, sin reglas, ni condiciones, sin complementos
añadidos, sin intentar moldearte para que te parezcas a mi ideal de
amor romántico, te amo porque eres tú, y si te ocultas con máscaras
no podré verte, ni reconocerte.
No necesito que me demuestres nada,
ni que me halagues, ni que me seduzcas, porque tu energía ya me
sedujo hace tanto tiempo que nada hará que deje de amarte, así que
no caigas en manipulaciones tratando de conquistarme con armas
persuasivas, yo no soy una conquista, soy alguien que te ama sin
barreras, sin adaptaciones a tu película inconsciente, o al teatro
en el que algunos creen que transita la vida, yo no soy un personaje,
soy real, palpable, pero cuando quieras seducirme permite que me
entregue a tu mirada y que despliegue la mágica belleza que se
dispara desde mi alma hacia la tuya, para que ambas dancen y sonrían,
disfrutando del amor a través de este juego humano de enamorarse.
Te
amo por lo que eres, y ése es mi regalo, porque es el amor más real
que puedo darte, el que me estoy dando a mí desde que descubrí que
lo que no soy no me aporta nada, no suma, sino que resta, desquicia,
separa, te hace sufrir y te hunde, y vi que lo que no soy me estaba
apartando del amor verdadero, que lo que no soy era sólo ficción, y
que mi verdad es que soy amor sin condición, y por eso esta es mi
forma de amarte, por lo que eres, por lo que soy...
Te
amo y nada más...
Arael
Elama.
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