El
roce de tus manos, sutiles, se ha posado en mi alma de tal forma, que
en mi caminar, el aroma de tu esencia, me acompaña.
Es
tanto el amor que se entrelaza entre nosotros dos, tan grande, tan
puro, que, trenzado desde mi corazón al tuyo, desde tu existencia a
la mía, se dibuja grácil, como una luz divina que se ilumina
fuertemente y nos une de una forma en la que jamás imaginé que
podría hacerlo. Noto lo que sientes, tu sonrisa se diluye en mi
pecho y el cosquilleo que me invade es algo así como una sonrisa
dentro de mí que se complace con la tuya.
Dentro
de mí no puede caber tanto amor, así que mis lágrimas fluyen y se
derraman por mis mejillas, lágrimas con sabor a amor, lágrimas que
me bañan de tus besos, esos que son dados y ofrecidos desde algo no
físico, imposible de describir o explicar.
No
es necesario hablar, ni decirte que te amo, porque lo percibes, lo
sientes en ti, me vives en ti, y yo te vivo en mí, y es que
expresarlo no es suficiente, te estoy experimentando en mí, notando
tu amor como un polizón que se cuela en mis profundidades,
desvelando mis secretos, acariciando mis temores, protegiendo lo más
sagrado que hay en mí tomándolo entre tus manos, esas que han
rozado mi rostro, intentando secar mis lágrimas.
Y
un dulce beso, apenas perceptible, se ha bautizado con mi llanto,
bebiendo mi amor, porque deseas consolarme, sin darte cuenta de que
no lloro por dolor, sino porque este amor me sobrepasa.
Un
día, en el ayer, alguien me dijo que eras mi alma gemela, y eso
resonó en mí, porque sólo así podían amarse las almas gemelas,
sin embargo, hoy, estoy desnuda de esos dogmas y etiquetas, y
simplemente te digo, que eres mi gran amor, ese que fluye dentro de
mí sin que sepa desde cuando, ni hasta cuando, ese que parece tan
infinito como mi propio Ser, ese que está tan sujeto a mí que
seguramente jamás estuvo fuera de mí.
Y
así he aprendido que el amor es lo que yo soy y que soy yo quien se
entrega a él, pero también sé que es tu presencia la que me ayuda
a despertar lo que soy, es tu mirada la que vacía mi mirada y la
convierte en la mirada de la Fuente Divina y creadora, porque es
contigo con quien siento que he regresado a casa, es contigo con
quien vivo en el amor, en el éxtasis de una maravillosa unión
sagrada.
La
explosión de amor que se expande desde mi centro, recorre todo mi
cuerpo físico, y, emergiendo desde él, sale expulsado hacia afuera,
como un estallido energético hecho de partículas cristalinas
creadas del más límpido amor.
No
sé cómo puedo sentirte de esta manera, tan en mí, y tan en ti, no
sé cómo puedo amarte tanto y tan fuertemente si ni siquiera puedo
tocarte, ni escucharte como lo hacen los demás, no sé cómo puedo
hacer el amor con tu energía, desde mi energía, cómo puedo
volverme luz y crear esa esfera que creamos juntos en pleno gozo de
amor.
Sin
embargo, ya no percibo a mi mente, no necesito explicaciones
coherentes, ni palabras que definan lo que siento, o lo que eres, o
lo que soy, ni etiquetas que me muestren cuál es nuestra relación,
intentando darle un lugar en este mundo material, sólo estoy
sintiendo y siendo, y en tu sonrisa, al mirarte desde los ojos de mi
alma, he depositado todo lo que soy, porque te amo, pero no como
antes solía amar, sino como ama mi ser al desnudo, al completo.
Mi
cuerpo no soporta esta vibración de amor y parece que vaya a
desmayarme, pero me sujetas, y puedo ver la expresión de un rostro
que siempre muestras, con aire enamorado, observándome, y me hablas,
con esa voz que se clava en mi cuerpo, que recorre mis sentidos, y me
dices que esté tranquila, que calme mi mente, que sienta, que no
pasa nada, que todo está bien.
Y
ese “te amo” que se dispara desde tu esencia, me alcanza, me
arranca de mi cuerpo, y por un segundo lo comprendo todo, y no hay
miedo.
Vuelvo
a sentirme en esa esfera que creamos, y volamos...
Ahora
sé que amar no significa poseer, pero sí significa que el alma se
escapa y se une en amor con lo que ama, significa que el ser se
entrega sin importar lo que la mente haga, significa que, aunque esté
dentro de este cuerpo que a veces me hace sentir tan limitada, te
alcanzo, mucho más de lo que lo haría de cuerpo a cuerpo, sin
ningún impedimento...
Y
te doy las gracias por estar conmigo, por enseñarme que el amor vive
conmigo y que cuando lo compartimos, viajamos a lo más sublime, nos
perdemos, nos sentimos, desde lo que significa sentir profundamente,
perdiendo el sentido de la mente, totalmente...
Bendigo
lo que eres, mi ser en tu ser, mi todo, mi amado eterno, mi amigo, mi
compañero, mi guía, mi espíritu en ti, mi gran amor en el cielo,
manifestado en la tierra, entre dos mundos que se entremezclan para
tocarnos, para vivirnos...
Arael
Elämä.
Uff,...lo expresas maravillosamente, ya estaba empezando a dudar de si estaba solo en este mundo interno, de si eran cosas mías; mi intento de que ella entrara en mi para dejar de ser yo y ser solo ella...y lamentablemente solo sentirlo yo, o eso da la apariencia, pues no hay respuestas de certeza
ResponderEliminardesde ella.
He llegado a ver muy cercanamente desde varios ángulos, el rostro de una mujer. Ella escondida tras una etiqueta sin rostro, preguntó en una de sus publicaciones algo así como : "adivina como soy", y se lo dije....se quedó impresionada y enseguida me contactó...pero no entiende como puede ser, la verdad es que uno tampoco lo entiende.
Ya que estamos, también decirte que va más allá del género...y más allá de la forma. En lo profundo, más allá de las diferencias naturales, somos uno...que es como decir ninguno, pero que te voy a contar, si tu ya lo sabes.
ResponderEliminarNo soy de poner fotos, lo poco que tengo que decir, creo necesita del anonimato...de todas maneras te mando una foto porque me he permitido ver las tuyas. Uno ya ha pasado el ecuador de la vida...sin más que decir.
Gracias.
Así es, totalmente de acuerdo... Respecto a la foto, sí, agradezco ver con quién estoy hablando, así que ha sido un buen detalle. Abrazos y gracias a ti.
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