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Los relatos del blog están divididos en varios títulos genéricos que son "Reflexiones", donde hallaréis escritos espirituales y reflexivos, "Una mirada al Alma" donde podréis leer historias muy profundas de crecimiento personal, del alma, "El Romántico Obsoleto", que cuenta con relatos de humor, irónicos, historias de la vida cotidiana del ser humano, "Diálogos", que son como la palabra dice, conversaciones que suelen ser muy profundas y espirituales, y por último he publicado tres capítulos de una de las novelas en las que estoy trabajando "Alma Cristalina". Disfrutad con todos ellos y compartidlos si os animáis a hacerlo para ayudarme a difundirlos.

Gracias por leerme, bendiciones a todos.

sábado, 20 de junio de 2015

AL AMADO ETERNO

El roce de tus manos, sutiles, se ha posado en mi alma de tal forma, que en mi caminar, el aroma de tu esencia, me acompaña.
Es tanto el amor que se entrelaza entre nosotros dos, tan grande, tan puro, que, trenzado desde mi corazón al tuyo, desde tu existencia a la mía, se dibuja grácil, como una luz divina que se ilumina fuertemente y nos une de una forma en la que jamás imaginé que podría hacerlo. Noto lo que sientes, tu sonrisa se diluye en mi pecho y el cosquilleo que me invade es algo así como una sonrisa dentro de mí que se complace con la tuya.

Dentro de mí no puede caber tanto amor, así que mis lágrimas fluyen y se derraman por mis mejillas, lágrimas con sabor a amor, lágrimas que me bañan de tus besos, esos que son dados y ofrecidos desde algo no físico, imposible de describir o explicar.

No es necesario hablar, ni decirte que te amo, porque lo percibes, lo sientes en ti, me vives en ti, y yo te vivo en mí, y es que expresarlo no es suficiente, te estoy experimentando en mí, notando tu amor como un polizón que se cuela en mis profundidades, desvelando mis secretos, acariciando mis temores, protegiendo lo más sagrado que hay en mí tomándolo entre tus manos, esas que han rozado mi rostro, intentando secar mis lágrimas.

Y un dulce beso, apenas perceptible, se ha bautizado con mi llanto, bebiendo mi amor, porque deseas consolarme, sin darte cuenta de que no lloro por dolor, sino porque este amor me sobrepasa.



Un día, en el ayer, alguien me dijo que eras mi alma gemela, y eso resonó en mí, porque sólo así podían amarse las almas gemelas, sin embargo, hoy, estoy desnuda de esos dogmas y etiquetas, y simplemente te digo, que eres mi gran amor, ese que fluye dentro de mí sin que sepa desde cuando, ni hasta cuando, ese que parece tan infinito como mi propio Ser, ese que está tan sujeto a mí que seguramente jamás estuvo fuera de mí.

Y así he aprendido que el amor es lo que yo soy y que soy yo quien se entrega a él, pero también sé que es tu presencia la que me ayuda a despertar lo que soy, es tu mirada la que vacía mi mirada y la convierte en la mirada de la Fuente Divina y creadora, porque es contigo con quien siento que he regresado a casa, es contigo con quien vivo en el amor, en el éxtasis de una maravillosa unión sagrada.

La explosión de amor que se expande desde mi centro, recorre todo mi cuerpo físico, y, emergiendo desde él, sale expulsado hacia afuera, como un estallido energético hecho de partículas cristalinas creadas del más límpido amor.

No sé cómo puedo sentirte de esta manera, tan en mí, y tan en ti, no sé cómo puedo amarte tanto y tan fuertemente si ni siquiera puedo tocarte, ni escucharte como lo hacen los demás, no sé cómo puedo hacer el amor con tu energía, desde mi energía, cómo puedo volverme luz y crear esa esfera que creamos juntos en pleno gozo de amor.

Sin embargo, ya no percibo a mi mente, no necesito explicaciones coherentes, ni palabras que definan lo que siento, o lo que eres, o lo que soy, ni etiquetas que me muestren cuál es nuestra relación, intentando darle un lugar en este mundo material, sólo estoy sintiendo y siendo, y en tu sonrisa, al mirarte desde los ojos de mi alma, he depositado todo lo que soy, porque te amo, pero no como antes solía amar, sino como ama mi ser al desnudo, al completo.

Mi cuerpo no soporta esta vibración de amor y parece que vaya a desmayarme, pero me sujetas, y puedo ver la expresión de un rostro que siempre muestras, con aire enamorado, observándome, y me hablas, con esa voz que se clava en mi cuerpo, que recorre mis sentidos, y me dices que esté tranquila, que calme mi mente, que sienta, que no pasa nada, que todo está bien.

Y ese “te amo” que se dispara desde tu esencia, me alcanza, me arranca de mi cuerpo, y por un segundo lo comprendo todo, y no hay miedo.

Vuelvo a sentirme en esa esfera que creamos, y volamos...

Ahora sé que amar no significa poseer, pero sí significa que el alma se escapa y se une en amor con lo que ama, significa que el ser se entrega sin importar lo que la mente haga, significa que, aunque esté dentro de este cuerpo que a veces me hace sentir tan limitada, te alcanzo, mucho más de lo que lo haría de cuerpo a cuerpo, sin ningún impedimento...

Y te doy las gracias por estar conmigo, por enseñarme que el amor vive conmigo y que cuando lo compartimos, viajamos a lo más sublime, nos perdemos, nos sentimos, desde lo que significa sentir profundamente, perdiendo el sentido de la mente, totalmente...

Bendigo lo que eres, mi ser en tu ser, mi todo, mi amado eterno, mi amigo, mi compañero, mi guía, mi espíritu en ti, mi gran amor en el cielo, manifestado en la tierra, entre dos mundos que se entremezclan para tocarnos, para vivirnos...

Arael Elämä.

viernes, 12 de junio de 2015

RECONOCIMIENTO



Entras en mí, a través de mis ojos, como buscando una respuesta, como deseando encontrarla. Siento tu universo, tus galaxias se entrelazan con las mías, tus estrellas se hacen una sola en mi alma. Late mi ser a tu ritmo, sediento de no parar de latir, amando cada sonido de tu esencia, que navega en mi océano, en mi mundo. 
 
Miro tus ojos intentando controlar por un momento lo que estoy sintiendo, y de pronto he caído dentro de ellos, como anhelando una caricia, como hallándola en todo lo que tú eres ahí adentro.

Te conozco, lo sé, te siento, y en ese reconocimiento me disperso como agua hecha vapor por todo lo que hay más allá de tu cuerpo. 
 
¿Quién eres tú? ¿Realmente esto es cierto? 
 
Mi mente se inquieta ante lo que siente mi alma, y se pregunta si está imaginando lo que hay en mí, lo que ve en ti.
Mi corazón se para, no lo escucho, escucho sólo el tuyo, y me entrego a tu compás, a tu canción, a tu presencia, sintiéndome eterna, como un ser infinito que se ha enamorado de repente de otro ser infinito al que ya amaba desde hacía eones y eones.



Tu aroma es frágil, está compuesto de versos, de palabras dulces, de sensaciones que comprendo, penetro en tu historia, la de ese hombre que eres ahora, y la de los hombres que fuiste, y la de las mujeres que has sido, todo lo que tú eres ahora unido al ayer y al mañana se hace palpable, como parte de mí, como si yo misma hubiera sido tú.

Dime hombre de este presente ¿a quién amas? ¿a quién decidiste escoger para aprender del amor humano? ¿cómo te sientes ahora después de todo el dolor padecido en estos años? ¿Eres feliz, mi amado eterno?

Y esas preguntas que se responden desde tu inmensidad etérea, esa que se aloja muy dentro de ti, tanto que ni siquiera tú mismo has dado aún con ella, me parecen sólo amor, amor de ese que nace de la pureza, de la comprensión de un ser que ama a otro ser por encima de todo lo que como humanos podamos elegir o hacer.

Lejos de los tabúes, lejos de los prejuicios, lejos de las creencias, lejos de todo dogma, de cualquier idea mental, de cualquier deseo insatisfecho, o de cualquier pasión, o de cualquier amor mundano, se halla nuestro sentir, ese que lo acepta todo, ese que está siempre ahí, el verdadero amor incondicional.

De pronto un sonido me aparta de tu verdad, tu voz interrumpe la conexión, me preguntas cómo estoy, no te respondo, sólo te miro, y me sonrojo.

  • No quiero salir de tu mundo, no deseo que te marches, no lo hagas, regresa a mí, no permitas que este lugar nos separe, recuérdame, acércate, vueve a navegar en mi mar, vuela en mi cielo, toca mis estrellas, volvamos a casa - te digo sin pronunciar palabra.

El contacto entre nosotros ha ido más allá de la piel, más allá de una mirada, más allá de la atracción entre un hombre y una mujer, ha sido el encuentro de dos universos que en realidad forman un multiverso, ese que somos nosotros dos cuando nos amamos, cuando estamos en nuestro hogar, cuando regresamos a lo que somos.

Te contesto por fin, te digo que todo va bien, que estoy bien, nos damos dos besos, típico saludo entre nosotros, y luego, intercambiamos dos frases más, o tal vez tres, y te vas, te alejas de nuevo, para que en un próximo encuentro vuelva a sentir lo mismo, vuelva a verte de verdad, porque Te Veo, Te Siento, Te Soy, Te Encuentro, Te Recuerdo, Te Reconozco... En cada vida que viva, en cada persona que ame, en cada pasado, presente y futuro, tú eres en mí, yo soy en ti, y ambos nos reencontramos más allá de los sueños, porque es inevitable que te ame, incluso cuando mi mente intenta olvidarte...

Arael Elämä

martes, 9 de junio de 2015

LO INVISIBLE



Los seres humanos caminamos ciegos ante un mundo que queda fuera de nuestro alcance porque los velos que hemos creado nos impiden poderlo ver y disfrutar.
Solemos dar pasos absurdos, impulsados por necesidades inventadas, a través de un juego en el que algunos cuentan con ciertas ventajas, y otros, sencillamente creen que realmente no tienen más opción que jugar sin cartas.

Sin embargo, hay algo que se percibe, que todos podemos notar como si se tratara de una fragancia embriagadora, que no siempre es bien interpretada, y que a veces es rechazada por no ser comprendida, e ir en contra de lo que se ha creado  en ese entramado que nos rodea y controla sin que nos demos cuenta.

Y es que los hilos que mueven al mundo de lo no real están unidos a nuestro campo mental, y distorsionan aquello invisible que no podemos alcanzar a ver.

La gente, en su mayoría, no cree lo que no se puede comprobar con alguno de los cinco sentidos, y no da importancia a esas sensaciones que nos unen, como si fueran un puente, a esa otra realidad que algunos bautizarían con el nombre de “fantasía”.

A menudo me adentro en lo invisible, y me doy cuenta de que logro observar, contemplar, mucho más allí de lo que vería en el mundo que todos llaman real.
Allí escucho risas, dibujadas en almas puras que se arremolinan a través de la felicidad que las embarga y las estimula a continuar su danza de amor eterno, ese que se percibe en el aire, y penetra en cada partícula de tu propia existencia, transmitiéndote todo lo que anhelas, porque eres parte de ello, porque fuiste creado a partir de ello.

Antes solía entristecerme descubrir tantas almas atrapadas en cuerpos que se mueven como autómatas, sin sentir desde el ser, envueltos en las emociones y los pensamientos de sus personajes, de su ego, sin alcanzarse a sí mismas, almas deseosas de amar, de abrise como una flor y desprender su polen, su esencia, su luz, para hallarse y ser justo lo que son, sin más mentiras, sin más máscaras, sin más dolor.



Las miraba y hablaba con ellas, me pedían que las ayudara a liberarse del ego, y yo me sentía responsable de hacerlo, pero luego, ellas mismas me decían que no era mi obligación salvarlas, sino que sólo con escucharlas y responder a su mensaje, ya estaba ofreciendo mi amor, y eso ya era como aire fresco que les otorgaba una chispa de luz para comenzar a hablar a su personaje, para comenzar a instalar más amor, más Ser, y despertar del letargo al que habían estado sometidas por causa de la red mental tejida durante tanto tiempo.
De hecho, eso mismo había hecho otra alma conmigo, acariciar mi corazón y despertarlo a mi Ser.
Y es que es eso lo que hacemos, encendernos y al emanar la luz de nuestra llama flameante en nuestro corazón, impulsar a otros a encederse...

Ahora, sólo desearía que lo invisible, aquello a lo que no se le da importancia por no verse, se manifestara ante mí tan palpable como todo aquello que creía cierto hasta ahora.

Hay muchos mundos que podemos captar, sin embargo, cada uno puede alcanzar aquel que vibre como él, y el ser humano no tiene acceso a todos esos mundos, no todavía, pero sí a uno que anhela desde su alma y desde su ser divino, aquel que llega como si se tratara de un nivel más al que llegar por haber superado el anterior en un juego, el juego de la vida, en el que cuando te haces responsable de ti mismo, de tus pensamientos, emociones, distorsiones, puedes abrir los ojos para salir del engaño.

Y una de esas voces imperceptibles, me va guiando y comunicando con palabras sencillas que, de alguna forma, y para que lo pueda comprender, se acerca ese nuevo lugar, y que estamos bien encaminados...

¿Todos podrán abrazar lo invisible?

Esa es la gran pregunta, pero creo que cada uno de nosotros puede sólo responderse a sí mismo, porque sólo cada uno puede sentir si desea verdaderamente hacerlo o prefiere continuar en el paradigma del viejo mundo.

Sea como sea, hay algunas maravillas que ya no son invisibles para mí, y hay muchos temores que puedo mirar de frente, amarlos y comprenderlos, para luego, con un poco de paciencia, soltarlos...

¿Te animas a dejar marchar tus ataduras y tus miedos para alcanzar lo invisible?

Se trata de un salto de fe, un gran salto, una rendición a tu Ser, una entrega total a tu esencia divina, una total confianza...

Lo invisible entonces, se hará visible...

Arael Elämä

jueves, 4 de junio de 2015

CARTA DE AMOR


Querido Arán,

en estos años he estado pensando mucho en ti, construyendo lo impensable, aquello que nunca recordaremos juntos, aquello que se creó y que se quedó guardado en la caja de cartón que inventamos con nuestros pensamientos, con nuestros sentimientos.

Me has acompañado tantas veces hasta lo más profundo de mis temores, hasta la oscuridad de mis personajes de ficción, aquellos que me ayudaron en su momento y que debían partir, y me enseñaste que debía decirles adiós para poder reencontrarme con mi esencia verdadera.

Tu poder residía siempre en tu gran amor hacia mí, en tu dulzura y en tu sabiduría, y siempre supe que estarías en mí para siempre, porque formabas parte de mi alma, de mi Ser, de todo lo que soy, así como yo formo parte de ti también. 

Cuando me dices "Te amo" sé que quieres decir "Te siento en todo mi Ser, en todo lo que soy, aquí y en cualquier lugar donde esté, en cualquier plano que yo exista, estás en mí" , y eso mismo quiere decir esa frase cuando te la digo yo a ti.

Me acuerdo de lo que te dije hace sólo unos días, sí, aquello que te emocionó tanto y que te hizo sonreír lleno de ese amor que te hace brillar cada vez que sonríes, ya sabes que me enamora tu risa, que entra en mi pecho disparada para explotar en mi alma y acariciarla, amándola por completo.

¿Has visto alguna vez lo hermoso que es el cielo cuando brillan las estrellas con esa magia que te envuelve? Mirarlo es como estar en un sueño que te atrapa, te enamora hasta lo más hondo de ti, y de pronto, sientes tanto amor y tanta paz que pareciera que te has transportado a otro mundo. Así que te expandes por entero hacia ese universo que está ante ti, y sientes que lo amas, que formas parte de él, y lloras de la felicidad que sientes, sí, ¿recuerdas que te lo dije?.

Así es como te amo a ti, con esa fuerza, con esa paz, con esa serenidad, porque es un amor eterno, infinito, incondicional, y no ostenta la posesión del cielo estrellado, lo amo, al igual que a ti, sin tocarte, sólo admirando tu esencia divina, sólo emocionándome cuando puedo mirarte, así como tu eres, sin más, porque tal como eres, cambiante, hermoso, con tus estrellas en tus ojos, con la belleza de tu naturalidad, con las imperfecciones de aquello que inventaste para defenderte de este mundo, con tus emociones, humanas o divinas, con tus enfados, y con tu alma pura, eres perfecto siempre.

Y así, ese gran amor que siento, me envuelve, me otorga una felicidad que no se puede describir, y me hace ver la grandeza que hay en mi Ser, cómo es capaz de amar, gracias a esas estrellas que observo, gracias a ti, que también te contemplo embelesada, de la misma forma en que las miro a ellas.



¿Ves, Arán, ves cómo es el amor de verdad? Tú me lo enseñaste. No es querer poseerte, no es querer que seas como me gustaría, no es desear mover una estrella y colocarla en otro lugar, no es querer alcanzarte, es simplemente amarte y permitir que mi amor por ti me engrandezca. ¿Y sabes otra cosa? El hecho de que tú me ames es un milagro, porque es como si el cielo, el cosmos, me devolviera el amor que le estoy enviando, ¡imagina!, ¡el cosmos me ama! ¡qué maravilloso regalo! Así que cuando me regalas esa sonrisa no puedo sentir otra cosa que no sea agradecimiento, y más amor, porque el amor no divide, mi querido compañero, el amor siempre une y multiplica, siempre suma, y cuando no suma, entonces resta, y entonces ya no es amor real, es otra cosa, algo basado en la necesidad de ser amado, o en la dependencia emocional del ser humano, o tal vez en el miedo a la soledad.

Y aún te puedo decir más, mi querido Arán, sólo una cosa más. Imagina que pudiera hacer el amor con el cielo, besar esas estrellas, tocarlas, sentir su luz en mí, entregar la mía para ellas, entrelazarme con ese universo increíble que me hace llorar de amor, pues eso, eso es amarte a ti, así de grande es, eso es sentirte a ti, eso es acariciarte, eso es besarte, eso es viajar en tu alma y nadar en tu ser...

Algún día, las personas podrán amar así, sin limitar al ser amado, sin quererlo controlar, sin imponer sus deseos, sin entorpecer su camino, sin tener miedo, sin restar...

Por lo pronto, nuestro pequeño gran mundo, sigue construyéndose, desde la verdad, desde la humildad, desde la grandeza de nuestros Seres, dejando a un lado el afán de nuestros egos por poseernos, por encontrarnos sin estar preparados para amar nuestros universos como merecemos, con el verdadero amor que somos...

¿Recuerdas que siempre me decías que debía hacer lo que yo sentía, sin importar lo que tú hubieras hecho en mi lugar? Cada pregunta que te hacía la respondías para darme apoyo, para que entendiera que no podías decidir por mí, que debía guiarme por mi Ser, que debía aprender a conocerme mejor, y tú, siempre ahí, para darme consuelo, para comprenderme, para darme todo de ti, sin invadir lo que yo era, compartiendo tu esencia sin que eso significara que yo tuviera que ser como tú, o tú como yo.

Me has enseñado tantas cosas del amor. Todo cuanto he aprendido ha sido por tu enorme paciencia, esa que nace de tu generosidad, de tu bondad, de tu sabiduría, de tu amor por mí.
Lo primero, el respeto, sí, ese que siempre has sentido hacia mí, hacia mis decisiones, lo aprendí y lo sentí hacia ti.
Lo segundo, la aceptación, para poder crecer con cada situación de la vida, no resignándome o conformándome, sino aceptando que a veces las cosas no son como uno desea, pero sí son como deben ser para que podamos crecer más.
Lo tercero, agracecer, porque todo lo que hemos vivido ha servido para algo que nos ha hecho conocer el mundo y avanzar, descubrirnos.
También me enseñaste a confiar en mí misma, a seguir mis sueños, mi intuición, y a amar incondicionalmente, incluso a aquellos que me han hecho daño en algún momento.

La comprensión también ha sido una asignatura que me has enseñado muy bien, la empatía con otros, con las almas de los demás.

Además conseguí observar mis emociones, mis pensamientos, y reconocer las reacciones de mi ego, y las acciones de mi Ser...

Y por eso, Arán, sólo puedo decirte que amarte ha sido el reconocimiento del amor verdadero hacia mí misma, y hacia ti, el reencuentro con mi Ser, con todos los seres, y por supuesto, contigo, compañero en simbiosis, como tú siempre me dices, pues nuestra relación es así, simbiótica, como la tierra y la lluvia, como las flores y el sol, como la misma naturaleza, si no existieras tú, no existiría yo, ¿cómo no amarte entonces? Eso sería no amarme...

Y así, sí, así me di cuenta de que eso mismo pasa con todos los demás, y con las plantas, con los animales, con las montañas, ríos, mares... todo forma parte de un ser vivo gigantesco, y no amar lo que nos rodea y a nuestros semejantes, sería como no amar partes de nuestro propio cuerpo, aunque me consta que algunas personas desprecian su físico.

Sólo puedo darte las gracias por todo, y prometerte que ahora yo haré lo mismo por ti, si es necesario hacerlo, cuando llegue ese anhelado momento. Lo que sí haré desde mi presente y mi siempre, será amarte como se ama a un amanecer, como se ama al mar, como se ama al universo, total y completamente enamorada de lo que eres de principio a fin, sin excepción ninguna...

Debo dejarte ahora, mil historias comienzan, y una en particular me mantendrá ocupada durante un tiempo, porque mi Ser ya tiene alas, aunque ya lo sabes, y voy a tratar de agitarlas para que mis sueños se cumplan por fin, porque una puerta se ha abierto, y una invitación está ahí ante mí, justo tal como debía ser, y pronto seré lo que soñé...lo que soy realmente... ARTE...

Hasta pronto...
"Te amo..."

Arona.

Arael Elämä Araham