DALTÓNICOS
Nacemos...
El
primer paso es entrar en este cuerpo vacío de consciencia y comenzar
a llenarlo, entrar lentos, cautelosos para darle alma a la materia,
para abrazarla y experimentarla desde dentro, evidenciando lo que una
mente que no funciona al cien por cien será capaz de soportar, de
aceptar, de recibir...
Mirar
con ojos daltónicos una realidad creada por un cinco por ciento de
uso cerebral, con tantas limitaciones que el alma se ahoga dentro de
dogmas y reglas ridículas, normas que aprisionan a la luz que se
halla atrapada, intentando emerger y ser ella misma a través de lo
físico.
Alma
de amor creada, hacia el amor nacida, encarnada en un mundo en blanco
y negro, recordando los colores y añorando regresar a ellos,
gritando fuerte para que todos escuchen que hay mucho más ahí
afuera...
Revestidos
de la mentira, la ilusión, el espejismo de un teatro que no cesa
nunca, repetitivo, obsoleto, mientras unos cuantos alzan la voz para
decir que ya están listos para dar otro paso más.
Y
están caminando, volando, elevando sus luces por encima de los
errores de la antigua humanidad, para crear una nueva, para
evolucionar, rompiendo cadenas, abriendo los ojos, uniendo sus manos,
besando el futuro desde este presente liberados...
Daltónicos
que comienzan a ver colores, que se estiran desde sus mentes para
acrecentar sus capacidades, sus habilidades, y mirar más lejos, más
alto, más profundamente, desde su interior, desde sus luces...
Almas
libres que se desperezan dentro de estos cuerpos para ser quienes son
de verdad, contagiando de amor y de verdad, emanando libertad,
mientras crean con pureza y firme lucha en favor de un mundo mejor,
el sendero que transitan para que otros lo sigan sin temor...
Me
desnudo de los dogmas para ser yo, mi mejor versión, me desvisto de
mi piel antigua, me engrandezco en este cuerpo hecho de luz, estoy
preparada para salir de la prisión y salto al vacío, salto al
vacío, salto al vacío...
Y
ahora que improntas, programas que me anclaban, engaño de la mente
encarcelada, se han deshecho entre las llamas del sol que hay dentro
de mí, puedo ver mis huellas atrás y comenzar a andar por el río,
volar por el océano, nadar en el cosmos, cantar con mis ojos, reír
con mi alma, amar con todo lo que soy de verdad, de verdad, de
verdad...
Daltónicos
se escapan de sus cárceles y saltan, vuelan, serpentean como luces
que se entrelazan las unas con las otras...
Regocijo
viviente que se expresa como fuego de colores relucientes, en el
cielo, en la lluvia, en las calles, en el mundo entero se deslizan
como estrellas fugaces, libres, libres, libres...
Un
mundo fuera de este mundo...
Depurados...
Refulgentes
y vivos, unimos nuestras mentes, nuestras almas, en un abrazo nos
fundimos, somos la nueva humanidad...
Sueño,
utopía, o destino, yo eligo que sea REALIDAD...
Arael
Líntley...
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