HE
VENIDO PARA QUEDARME
Escuchando
el mantra "Om mani padme Hum" cantado por Lex Van Someren,
he sentido cómo mi alma me hablaba.
En
su susurro, a veces casi imperceptible por el ruido de mis
pensamientos desordenados y confusos, me ha estado contando cuál es
mi presente, cuál es mi futuro, y cómo debo dejarme llevar por el
viento de mi proceso hacia ese destino, que, por otro lado, es tal
cual debía ser, de acuerdo con el plan trazado antes de que naciera.
- Todo está bien.- me dice con su voz melodiosa y apacible.
Y
yo, ajena a la realidad que vive mi Ser Superior, encastada en mi
vida terrenal, en los problemas o los anhelos no cumplidos, me
desmayo en un sueño profundo entre sus brazos y me entrego a su verdad.
Ya
lejos de mi vida corporal, me adentro en un mar de belleza y paz,
donde mi esencia brilla como un gran sol, como una estrella, y todo
se vuelve hermoso, sencillo y comprensible.
La
claridad me inunda, mi corazón rebosa de alegría, el amor parece
cobrar sentido... y ahí está él.
Su
presencia lo inunda todo, es mi mundo, el cielo que cubre mi vida y
por donde vuelo libre como un ángel, el océano por donde navega mi
alma y por donde me adentro para experimentarme y experimentarle, la
tierra por donde piso para ser humana y para enraizarme para crecer
más y aprender más y más...
Me
mira con un amor infinito, con una conexión que me desviste del ego,
con una devoción que me traspasa y me cala hasta extasiarme y
hacerme vibrar extremadamente, mientras yo le devuelvo la misma
mirada, causando el mismo efecto en él.
Un
hilo de voz que nace de su alma maravillosa a la que amo de una forma
que no podría nunca describir con la justicia que merece, se desliza
de su corazón al mío.
-
No te vayas, por favor. -Me dice con una expresión tan tierna que
mis lágrimas se derraman sutiles, como diamantes que se mezclan con
la luz de sus manos que acarician mi rostro etéreo.
Yo
le miro con la dulzura más intensa que he sentido en mi vida humana,
es más, jamás he experimentado tanto amor y tanta magestuosidad en
mí misma, y es algo tan explosivo que mi pecho estalla emanando amor
en forma de luz, de rayos incandescentes que le envuelven a él y le
hacen estallar también rodeándome a mí con sus chispas de
resplandecientes luces de amor y devoción.
Y
entonces, la voz tenue de mi ser le dice mirándole a los ojos,
desnuda de cualquier prejuicio, de cualquier temor, de cualquier
diferencia que pueda separarme de él.
-
He venido para quedarme...
Una
carta de su puño y letra se graba en mí para siempre, sus palabras,
aunque no las recuerdo, se han instalado en mí y me han devuelto la
seguridad y la certeza de que realmente todo está bien...
De
pronto, todo se desvanece, y sólo queda el residuo de su carta, de
tinta azul, letra cursiva, palabras de letras redondas que me abrazan
en mi despertar, tras mi conexión con ese mundo sutil hacia donde me
han trasladado por unos minutos...
Estoy
con los ojos abiertos, recordando su carta..., su petición, y mi
respuesta...
- He venido para quedarme- digo en voz alta sin entender por qué mi Ser ha dicho tal cosa...
A veces, los mensajes que recibo, las experiencias que vivo en esos mundos astrales o etéricos, me muestran algo que aún no ha ocurrido, algo que primero sucede en esas realidades y que luego se manifiesta en lo humano...
Pero mi ego, mi mente, se pregunta algo y vuelve a enturbiar las bellas sensaciones que me han colmado el corazón.
- ¿Será que pronto voy a encontrarle por fin en este plano físico? Eso continua siendo un misterio...
Y mis ojos vuelven a cerrarse para quedarme dormida guardando esa pregunta dentro de mí, envuelta en la duda de mis pensamientos...
A veces, los mensajes que recibo, las experiencias que vivo en esos mundos astrales o etéricos, me muestran algo que aún no ha ocurrido, algo que primero sucede en esas realidades y que luego se manifiesta en lo humano...
Pero mi ego, mi mente, se pregunta algo y vuelve a enturbiar las bellas sensaciones que me han colmado el corazón.
- ¿Será que pronto voy a encontrarle por fin en este plano físico? Eso continua siendo un misterio...
Y mis ojos vuelven a cerrarse para quedarme dormida guardando esa pregunta dentro de mí, envuelta en la duda de mis pensamientos...
Arael
Líntley.
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