Una historia romántica me nace para ser contada, un cuento donde existe el encanto del amor más puro y más sabio, el que encierra el alma.
Palabras
que narran los versos de un sentimiento enlazado a la belleza, a la
pureza y la inocencia que siempre estuvo intacta.
Intacta,
indemne, brotando desde lo más profundo de mí, tal vez en una
vulnerabilidad tangible, que expesa una mirada triste, expectante.
Esas
palabras que hablan, fluyen desde mi océano hasta mi existencia
humana, tan humana, que a veces me queda tan grande...
La
magia cae del cielo para posarse en mi alba, en el amanecer de una
nueva persona que ha resurgido desde mis entrañas, se expande en mis
sentidos, entre mis manos se alza, y con los destellos luminosos que
se me escapan desde mis palmas, intento guiar mi camino como un faro
que se ayuda a sí mismo con su luz llameante, su luz hecha llama...
A mi paso, la oscuridad se pierde, se escapa, se me enredan las
chispas de amor que percibo, que me alcanzan, me siguen, me buscan,
revolotean a mi alrededor, se “entrebesan”, chocan y se me
colapsan para explotar en mi pecho, serenando incluso mi calma...
La
cordura parece haber quedado vencida, la locura de mis sueños se
hace viva, gana la batalla...
Puedo
ser un ser que vaga en su mundo de magia, un ser que busca con anhelo
a su alma compañera, su alma amada, la que la tiene enamorada, un
ser que se desmaya entre las flores, que con su fragancia la arropan
y la sacian, cuidan de sus miedos, se entretejen en sus pensamientos,
le sosiegan con sus pétalos suaves que le engalanan... Puedo ser ese
ser, lo soy...
Soy
yo, yo soy, voy deshojando mis temores, sigo caminando, permitiendo
que mis huellas dejen la marca de su paso errante, para rociarme de
la plenitud de mi propia esencia, siendo completa en mi propia
presencia, entera para no estar a medias, para mostrarme ante mi otro
yo ya concluída, ya perpetua...
Aprendí
a amarme, a respetarme, a valorarme, a no tener que justificarme,
para aprender a amar libremente, sin ataduras, sin prejuzgar a nadie,
para valorar lo que otros seres son en su esencia, para liberarme de
lo que no me hacía ser yo misma, para depurarme...
Hoy
soy un cuento, una historia infinita, un comienzo en un instante, un
final que nunca llega, una salida, una entrada, un camino para un
sólo caminante.
Y
este cuento se va explicando cada día, cada noche, creándose,
esbozándose en un minuto, al siguiente siendo arte..
Cada
silencio que se dibuja en los albores del reencuentro con mi ansiado
oasis, es el brote de una coincidencia absurda, o tal vez no, pues al
imaginarme dentro de la magia, lo que ven los ojos de mi espíritu
se hace palpable.
Una
historia romántica me nace para ser contada, un cuento donde existe
el encanto del amor más puro y más sabio, el que encierra el alma.
Esa
leyenda que recorre mis venas, surge de un viaje, el viaje de regreso
a casa, el viaje de regreso a la mitad de mi llama ondeante, la llama
que complementa la energía de mi alma.
Y
la aventura prosigue en el preludio de un futuro emocionante, un mañana que me abraza...
Arael
L.
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